Un verdadero gobierno humanista, debería de ser, aquel que trabaje en comunión con sus gobernados, con todos los sectores de la sociedad sin distinción de raza o color como lo menciona la carta magna, con el único fin de llevarle bienestar, desarrollo, ciencia, cultura, arte y porque no, felicidad a los seres humanos, es decir, contribuir a una vida plena y, por lo tanto, a una sociedad menos desigual. Dicha realidad, debe basarse en el análisis de la situación social, económica, política, ideológica y cultural en que viven los seres humanos, para garantizar que existan injusticias sociales. Desafortunadamente esta idea carece de un problema que tiene sus orígenes en los inicios del sistema esclavista de producción, es decir, desde la existencia de las clases sociales y, por ende, de la lucha de clases que predomina en un mundo capitalista donde la riqueza social se concentra en grupos muy reducidos, dueños de los medios de producción, de las materias primas e incluso de la fuerza de trabajo de los trabajadores en general.
Hoy el mundo es mucho más desigual; el 1 % más rico del mundo tiene más del doble de la riqueza total conjunta que el resto de la humanidad; según la Oxfam, México está calificado como uno de los países más desiguales del mundo. Oaxaca no es la excepción, veamos porque:
Según datos más recientes del CONEVAL 2020. La población en condición de pobreza del estado de Oaxaca, aumentó del 61.3 al 61.7 % de 2018 a 2020; el porcentaje de las familias vulnerables por carencias sociales pasó de 23.4 % a 25.3, es decir aumentó 1.9% más respecto al 2018; el rezago de nuestro sistema educativo en 2018 era de 29.6 %, ahora de 29.9%; el porcentaje de las personas con acceso a los servicios de salud aumentó 20.6%, pues de 16.3 creció a 36.9%; las familias con carencias alimenticias y accesos a programas nutritivos de calidad también aumentó, pues del 32% pasa a 33.3%, estos datos porcentuales destacan la situación de pobreza y marginación existente en nuestro Estado. Además, Oaxaca registró un decremento anual en su Producto Interno Bruto (PIB) de 3.3% de 2019 a 2020, y la aportación de la entidad al indicador nacional fue de apenas 1.46% por ciento en productos básicos. Como vemos, la pobreza, no se tapa con un dedo, ni con discursos retóricos; la pobreza y desigualdad, se combaten con un modelo económico que busque una sociedad más equitativa, aplicando acciones y soluciones concretas, con un mecanismo real de superar la situación deplorable de los índices de pobreza, buscando garantizar aspectos necesarios en la situación vulnerable de las familias oaxaqueñas; generando empleo para las personas en condiciones de realizar una actividad laboral, mejorando los salarios conforme al trabajo real de los trabajadores, reorientado el gasto social en servicios públicos necesarios y reorientando la política fiscal en favor de los desprotegidos y explotados.
Amable lector, todo lo hasta aquí dicho, es decir, de la explicación real de la situación de la pobreza, viene a cuenta, por lo que sucede actualmente en Oaxaca. Hemos visto en días pasados, como diversos movimientos sociales y políticos han participado en el cierre de carreteras y cruceros importantes de la Ciudad y su periferia, las marchas, bloqueos y plantones, las múltiples manifestaciones pacíficas y reaccionarias buscando solucionar las demandas para sus agremiados, todo ello originado por el descontento social de las familias pobres oaxaqueñas.
En ese sentido, quiero referirme y destacar principalmente, el plantón que sostiene el Movimiento Antorchista del Estado de Oaxaca, a las fueras del complejo denominado Ciudad Administrativa, plantón que hoy sábado 5 de marzo, cumple 6 días y que obedece al incumplimiento de acuerdos establecidos por el Secretario General de Gobierno con la organización, el pasado 13 de febrero del año en curso y que nos tiene una vez en un plantón indefinido. Dichos incumplimientos, se resumen en tres problemas que para nuestro ejercito Antorchista, son de vital importancia y que son los siguientes:
San Miguel Monteverde, localidad perteneciente al municipio de San Antonino Monteverde, incrustada en la Región de la Mixteca, desde hace más de 38 años gracias a la organización y a su lucha, fundaron junto al Movimiento Antorchista, un asentamiento que le permitiera a cientos de familias humildes tener un espacio propio y que además por su propia lucha hoy cuentan con servicio básicos como agua potable, electrificación y demás obras, que hoy en día muestran palpablemente el desarrollo social de dicha comunidad. A pesar de dichos logros, desde hace cinco años, los antorchistas han estado solicitando su escuela preparatoria, con el fin de mejorar la calidad educativa de decenas de jóvenes que lo único que han solicitado junto a sus padres de familia, la aplicación del artículo 3° constitucional. Sin embargo, aun cuando se han cubierto todos los tramites normativos y socioeconómicos de la comunidad, mismos que a toda prueba justificaron dicha solicitud, el gobierno del Estado después de haberse comprometido a que esta institución se acreditará ante el IEEBO, sin explicación justificada, declaró improcedente la creación de la preparatoria porque no hay recursos para solventar las necesidades de nuestra petición educativa.
San Pedro Ocopetatillo, municipio enclavado en la Sierra Mazateca, en la Región de la Cañada, desde hace ya 18 años con la llegada de Antorcha, se ha destacado por el desarrollo de una comunidad pequeña de aproximadamente mil ciudadanos. Dicho esfuerzo colectivo de parte de la autoridad municipal de ese momento encabezada por el ciudadano Lucio Carreara Gamboa, lograron la construcción de calles pavimentadas, remodelación de sus escuelas, la construcción de una casa de salud, la remodelación de su Iglesia, por mencionar solo algunas, y que ahora se tiene el descontento de un grupo minoritario de la comunidad, que lo único que viene haciendo, es desprestigiar la personalidad del entonces edil de dicho municipio, sumándose las falacias de romper con los usos y costumbres del pueblo, y de sentenciar que el gobierno municipal se ejerció solo por el presidente municipal, sin contemplar la voz y la participación de los habitantes. Pues bien, en las elecciones del 2019, la voz y la participación del pueblo del que tanto pregonaron estos individuos de poca calaña, decidieron que el ciudadano Lucio Carrera saliera triunfador, pero políticos de filiación morenista, incitaron a un grupo reducido de la comunidad para presentar una segunda acta de asamblea, firmada por el Comisariado de Bienes Comunales, haciendo votar a fallecidos y a menores de edad. Ojo querido lector, fallecidos y menores de edad. Cabe señalar que, a pesar de mostrar las pruebas irrefutables del triunfo de Lucio Carrera, y demostrar las argucias y mentiras hechas por el grupo contrario, poco se ha hecho en el caso. Lo único que solicita la comunidad es que su pueblo tenga autoridad municipal, y para ello, hemos venido exigiendo al Secretario General de Gobierno, se busque la ruta conciliatoria para la presentación de la convocatoria y sus bases conforme a sus usos y costumbres, para la elección municipal. Solo eso y nada más.
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