La industria del entretenimiento, me refiero a la gran industria, por ejemplo, el de la compañía del ratón de orejas redondas que ha comprado un gran número de otras pequeñas compañías que guardaban alguna peculiaridad, que en algún momento revolucionó la televisión y el cine con caricaturas animadas, y que gustó a un gran número de personas en el mundo, ahora no es más que un sartén de ideas refritas.
Esta empresa, después de ganar poder en la industria y los directivos llenarse la bolsa con mucho efectivo, empezaron a comprar muchas pequeñas compañías y franquicias como Star Wars, Nat Geo, Marvel Studios y varias más, con las cuales en años recientes comenzaron a producir contenido nuevo para los televidentes y a los que les gusta el cine. No obstante , los contenidos siguen siendo en esencia los mismos.
Sin haber visto, por ejemplo, la película de El Rey León o La Bella y la Bestia en Live Action, saben que la trama es la misma que la animada, lo interesante es la imagen más real, nada más.
Ahí les va un ejemplo más extenso: Pinocho es un cuento original de un italiano que se llamó Carlo Collodi, escrito en el 1881, después salieron, al menos, 30 películas, algunas hechas por la compañía del ratón y, en este año, al parecer se van a estrenar dos más, una será en Live Action y es de Disney, la otra de Netflix y será en Stop Motion, dirigida por un mexicano admirado por muchos: Guillermo del Toro.
Hay tantos ejemplos de producciones que la lista sería muy larga, pero, por último, para no dejarlo pasar, están también las 9 películas de Rápidos y Furiosos. La industria vende lo que se vende bien, y si pudiera vender películas de las princesas de Disney hasta que sean decrépitas lo haría.
No pretendo criticar y sentirnos superior ante la creatividad de las personas que realizan estos contenidos, lo que quiero es evidenciar que estamos estancados en un bucle del que es difícil escapar, porque dentro del bucle hay una infinidad de propaganda que nos incita a consumir siempre lo mismo.
Mas, una de las cosas que pueden ayudar a los consumidores a conocer lo que en nuestro país ha sido poco explotado, es la literatura, hucha de buenas historias y muy distintas. Sea cual sea el género que prefieran, los invito a leer y conocer mundos más extraordinarios que los que han visto hasta ahora en las pantallas. Pueden empezar con una novela, por ejemplo, la única de México en la lista de las 100 mejores obras literarias de la Historia mundial, según el Club del Libro Noruego: Pedro Páramo de Juan Rulfo.
No quiero ser presumido y decir que soy un gran lector, porque no lo soy, sin embargo, ahora que estoy leyendo Don Quijote de la Mancha de Miguel de Cervantes, puedo sostener las ideas que aquí expuse. No condeno al cine ni a la televisión, aclaro nuevamente, porque admiro la creatividad y sé lo difícil que es tenerla.
0 Comentarios:
Dejar un Comentario