El candidato por Morena, Mario Miguel Carrillo Cubillas, antes del 23 de marzo del presente año buscaba ser diputado federal por el Distrito 10. Sin embargo, no se lo permitieron pues Nayeli Salvatori Bojalil (que muchos la recordarán como “lady montaje”) decidió reelegirse en acuerdo con su partido. Por esa razón, a Carrillo Cubillas no le quedó más remedio que conformarse con el distrito 13, “porque el chiste es contender en estas elecciones” y por lo que se observa en Morena se pueden “catafixiar” los puestos y las candidaturas.
Miguel Carrillo confió, y lo sigue haciendo, en la popularidad del presidente de México y de la demagogia de éste, para así asegurar un triunfo en donde lo asignen candidato. La demagogia de Carrillo, y en algo la marca, da para eso y mucho más. Estando las cosas en esa forma, los morenistas del Distrito 13 se inconformaron, pues el personaje no vive en el distrito, no conoce al distrito, no tiene trabajo en él y mucho menos lo conocen en este territorio. Pero, como es costumbre en Morena, la dirigencia nacional del partido lo designó, seguramente porque es primo de Mario Delgado, el actual presidente de Morena, y además es amigo del gobernador Miguel Barbosa, que ha dejado una estela de corrupción, nepotismo y tráfico de influencias, cualidades intrínsecas del partido Morena.
El candidato en cuestión abraza y defiende la política del presidente de la República. Dicho en otras palabras, no defenderá lo racional, lo justo, lo moral y sobre todo no estará con el pueblo del Distrito 13, y seguramente será, si permitimos que gane en la elección, este súbdito del mandatario estatal, cuyo estilo de gobernar es seguir las órdenes e indicaciones. En pocas palabras, trabajará para el presidente y no para toda la población del distrito.
Solamente tiene dos propuestas registradas ante el INE, la primera es “…maximizar los esfuerzos en materia de Inversión en Infraestructura para México, con el objetivo de evitar en gran medida una duplicidad de funciones entre los diferentes niveles del Gobierno Federal, buscando siempre la optimización de los recursos, tanto materiales, como humanos y financieros…”, por lo que propondrá “transformar la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, así como las diferentes Direcciones de Obras y Servicios de las Secretarias del Ejecutivo Federal, para crear una Secretaría de Infraestructura que atienda las inversiones y los proyectos relacionados con Caminos, Puentes y Vialidades, Proyectos Hidráulicos …”.
Vamos con la segunda. “El estado de Puebla ha tenido una reducción, en términos reales, de cerca del 8% desde el 2018 en el Presupuesto de Egresos de la Federación. Esto significa una menor inversión por parte del Ejecutivo Local, reduciéndose así la inversión y generando menor desarrollo económico…” Por lo anterior, como Diputado Federal, se compromete “a realizar las gestiones necesarias para que el estado de Puebla recupere el nivel de Inversión en materia de Infraestructura, que se aplicaba previo al año 2018”.
Como se aprecia lo único que propone en la primera propuesta es hacer un uso más eficiente de los recursos y crear otra secretaría para ello, propuesta al parecer no razonada bien, primero porque cada vez se van reduciendo más y más las instituciones y secretarias, porque el presidente redujo la parte administrativa, por la llamada austeridad. Tan solo proponerla contraviene a lo dicho por su majestad.
En la segunda el aspirante menciona regresarle a Puebla el presupuesto que recibía antes del 2018, otra vez topa con pared, ¿acaso no sabe él que los diputados morenistas quitaron el Ramo 23 por órdenes del presidente? ¿No sabe él que la mayor parte del presupuesto está destinado a construir las obras emblema del presidente? ¿No conoce él la consigna “se está o no con la Cuarta Transformación, no hay medias tintas”? Claro que lo sabe y está prometiendo algo que nunca va cumplir; concediéndole el beneficio de la duda y suponiendo que su ignorancia es tan grande que desconoce lo dicho más arriba, de igual manera no cumplirá.
Con estas dos propuestas el candidato demuestra no conocer los problemas de la Mixteca, desconoce la inseguridad, la falta de empleos, los salarios bajos, los problemas con el ingenio azucarero, la falta de apoyos, etc. Pero tampoco se está dando a la tarea de conocer, no ha visitado a la mayoría de los municipios, no vemos esfuerzo de él en recorrer y hablar con la gente, la pregunta sería, ¿por qué? Está claro que no le interesa.
Así pues, debemos razonar nuestro voto, de eso dependerán los siguientes 3 años. ¿Queremos seguir sin obras ni servicios? ¿Queremos seguir sin medicamentos en los hospitales? ¿Queremos que se sigan gastando los recursos en el “tren maya”, en el aeropuerto de Santa Lucía o en la refinería “dos Bocas”? ¿Queremos que se nos condicionen los programas sociales? ¿Queremos que se sigan aprobando leyes que perjudican a la nación? ¿Queremos que la ola de inseguridad siga en aumento? ¿Queremos seguir sin empleos? ¿Queremos seguir preguntándonos si alcanzará el recurso para comer mañana?
Si la respuesta es no, no queremos seguir así, entonces no votemos por Mario Miguel Carrillo Cubillas, pues de llegar a la diputación sólo contribuirá al deterioro del país y beneficiará al círculo del presidente, pues la candidatura no se la dieron “de gratis”.
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