El pasado sábado 23 de septiembre los antorchistas de las 32 entidades de la República rendimos un merecido homenaje al poeta Chileno Ricardo Eliecer Neftalí Reyes Basoalto, mejor conocido en el mundo de las letras como “Pablo Neruda”, a 50 años de su partida del mundo terrenal. Fue un poeta oceánico, polémico, pero, sobre todo uno de los revolucionarios más importantes del Siglo XX.
Antes de dar mi opinión en torno al homenaje hecho a Neruda y de algunas de sus muchísimas actividades que hizo en vida, considero importante también destacar la labor titánica que hace Antorcha a través de la Comisión Nacional Cultural con este tipo de actividades, porque no sólo recordamos a Pablo Neruda como un gran poeta revolucionario, sino que al mismo tiempo, estamos impulsando la poesía en el pueblo, lo cual es una tarea muy difícil si tomamos en cuenta que la inmensa mayoría de los mexicanos no están acostumbrados a ello.
Nosotros sí tenemos claro que leer, escuchar y declamar poesía nos vuelve hombres y mujeres más cultos y sobre todo más sensibles ante las desgracias que se cometen con los más desprotegidos de la tierra, por eso debemos imitar a los grandes poetas como Neruda, o al menos, conocer sus palabras, declamarlas para darles voz con sus versos que son tan vigentes hoy en día, en este mundo que se está cayendo a pedazos por todas las injusticias que los poderosos cometen con los más desvalidos.
Así que, compañeros y amigos, nosotros sí tenemos claro que la poesía despierta los sentidos mediante las palabras y la creación de belleza en el lenguaje, y también cultiva la imaginación y la memoria. Es toda una realización de las facultades corporales y anímicas
del ser humano. Porque la forma de cuanto se dice o escribe es tan importante como el sentido o el mensaje. Por esas poderosas razones los antorchistas impulsamos la poesía; el arte y la cultura en general, porque sabemos que es una de las mejores armas para despertar
al ser humano para que luche por su libertad.
Ahora bien, doy un rápido resumen de lo mucho que hizo Pablo Neruda a lo largo de sus 69 años de vida y que hasta hoy día, a 50 años de su muerte, lo recordamos por sus grandes aportaciones. Veamos. Fue mundialmente conocido por su obra poética más popular, publicada por vez primera el 15 de junio de 1924, llamada “20 poemas de amor y una canción desesperada”, de la cual transcribo algunos versos, de su famoso poema #20. Neruda, es uno de los poetas de la literatura latinoamericana y universal más prolíficos, autor de una obra oceánica que fue coronada con el Premio Nobel de literatura en 1971; escribió desde los sonetos de amor a los cantos épicos, de las odas a las experimentaciones de la vanguardia y de ahí navegó hasta esos versos conmovidos de “Alturas de Machu Picchu”, cuyos fragmentos fueron musicalizados por “Los Jaivas” y convertidos en parte de la cultura popular.
Para la investigadora y poeta Grace Gálvez, el vate chileno “evoluciona de acuerdo con su contexto histórico, social y político, y entonces pasa de una poesía amorosa a una poesía comprometida con una causa que considera justa, y va a abordar temas de todo tipo, incluidas sus odas acerca de objetos, animales y plantas; pero nunca va a dejar de lado dos cosas: su aspecto combativo y el tema amoroso, que retoma con “Los versos del capitán” y con los “Cien sonetos”, que es una poesía mucho más madura e interesante”.
Pablo Neruda también fue el militante comunista, el exiliado, el activista que, tras la guerra civil española, salvó de morir a más de dos mil refugiados republicanos (que luchaban contra un régimen fascista como el de Francisco Franco), consiguiendo facilidades para embarcarlos a Chile, quien los recibió como exiliados políticos. Fue amigo de los poetas españoles de la generación del 27 y el autor sibarita que coleccionaba caracolas y adoraba el mar. Fue el hombre que tuvo múltiples amores y se casó tres veces. ¿Por qué los antorchistas, en los 32 estados de la República, realizamos este homenaje a Pablo Neruda?
En primer lugar, porque Pablo Neruda se identificó, escribió y luchó para defender la causa de los oprimidos por el sistema capitalista de su época y de las épocas futuras, porque fue un luchador social que deseaba la construcción de una patria más humana y más justa para
todos; por eso se identificó con la lucha que libró su amigo Salvador Allende, el primer presidente de Chile con ideología similar a la suya, que conquistó el poder político de su país por la vía democrática electoral, que días antes de su muerte, también perdió la vida, brutalmente asesinado dentro del Palacio de la Moneda (sede del Poder Ejecutivo de ese país), a causa de un golpe de estado que encabezó el militar y dictador Augusto Pinochet.
En segundo lugar, porque es uno de los pocos poetas que encontró en la poesía un arma formidable para despertar conciencias entre sus semejantes y motivarlos a la reflexión y decisión de organizarse y luchar para construir un mejor futuro para la humanidad. Estas son dos suficientes razones para recordar y conocer mucho más la obra literaria de uno de nuestros grandes poetas que, sin ser perfecto, supo expresar bella y profundamente sus ideas y concepción del hombre y de la sociedad de su época; que fue honesto consigo mismo y con sus semejantes y que nunca se escondió en la hipocresía. Vale.
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