Para demostrar que son totalmente falsas las cifras que maneja el gobierno de la Cuarta Transformación, en relación con la covid-19, mucha tinta ha corrido, muchos medios se han ocupado del tema y muchos analistas de polendas han esgrimido argumentos sólidos, basados en datos y teorías irrefutables, que han probado su efectividad en otros países que sufren la pandemia.Por su parte, abusando del control que ejerce el gobierno sobre la mayoría de los medios de comunicación y redes sociales, López Obrador, y por la tarde Hugo López-Gatell, se han encargado de ofender, maltratar y exhibir a sus críticos, con el claro propósito de convencer a la población de que lo que dicen y hacen, tanto el presidente como el subsecretario, es total y absolutamente correcto, aunque no lo demuestren con la más mínima racionalidad.La polémica ha sido tan intensa que, al día de hoy, la ciudadanía en general se encuentra totalmente confundida, situación que está aprovechando el gobierno para tomar decisiones que, en otras circunstancias, el pueblo desecharía, por quedar en riesgo la estabilidad del país, así como la vida y la salud de los mexicanos.No sobra decir que yo estoy con los que critican las cifras que da el gobierno.
Quienes sostienen que la gravedad de la pandemia se oculta al pueblo, argumentan para ello el hecho de que se han hecho pruebas para detectar el mal a únicamente el 0.1% de la ciudadanía, sin saber por consiguiente qué situación guarda el 99.9% de la población restante.Países como Corea del Sur, que han tenido cierto éxito en el control de la pandemia, realizaron pruebas al 1.32% de su población, Alemania al 3.2% y Chile al l.5%.El porcentaje de pruebas en México es tan bajo que no es suficientemente demostrativo para probar estadísticamente, como lo afirma el gobierno, que la pandemia está controlada y la población fuera de peligro.Los organismos internacionales han señalado a México, las deficiencias de la metodología para evaluar a la pandemia, la escasez de material médico-inmunológico y el abandono del gobierno para cumplir oportunamente con la obligación de tomar todas las precauciones, en todos los terrenos, para evitar daños mayores a la población.Los hospitales asignados para atender a los enfermos se encuentran saturados, y el personal médico sin material ni medicina para atender a los pacientes.Estos señalamientos, sin duda alguna, son parte de las razones que llevan al gobierno a ocultar la verdad, para evitar críticas mayores y más generalizadas a su manera de actuar.El ángeles Times caracteriza a López Obrador como "un Jefe de Estado necio y lento para reconocer la gravedad de la situación".
Otra razón de López Obrador, para ocultar las cifras verdaderas, es la presión gringa de su "amigo" Trump, para que se reabran urgentemente las ensambladoras y las empresas de materia prima, necesarias para la fabricación de equipos de transporte en Estados Unidos, lo que no podría hacerse, si se manejaran cifras verídicas de contagiados y muertos por la pandemia.
Para cumplir los caprichos yanquis y el papel de servidor de los gringos, López Obrador tiene que dar datos falsos, que oculten la realidad, para así poder justificar su decisión de reabrir dichas empresas.De esa manera, también justifica el absoluto y total abandono en que tiene a la población humilde, enclaustrada y sin alimentos, así como a los hospitales y trabajadores del sector salud, sin equipamiento y sin insumos médicos.Por ello se atreve a decir: "No es necesario tanto apoyo para una situación no tan grave".
Por último, no se manejan cifras verdaderas porque darían sustento irrebatible a los datos del CONEVAL, que afirma: "l0 millones de mexicanos, por la pandemia, engrosarán las filas de los individuos en pobreza extrema, que pasarán de 21 millones en la actualidad a 31 millones de mexicanos entre 2018 y 2020".Esta escalofriante cifra de gente en pobreza extrema, aclara aún más la política económica errónea de la cuarta transformación, cuando se malgastan los recursos en obras inoperantes e innecesarias y en entrega de recursos de manera directa, en lugar de aplicarlos a la creación de fuentes de empleo para dar trabajo permanente y un sueldo remunerador a los trabajadores.
Al mismo tiempo que estos argumentos demuestran los motivos que tiene el gobierno para ocultar los números verdaderos de la pandemia, prueban también que quienes lo acusan de falsear los datos tienen sobradas razones para hacerlo.
Por estas razones, no debemos alegrarnos por la reapertura de la economía y de la finalización del confinamiento, anunciado por López Obrador, pues aunque es muy elevada la necesidad de allegarse recursos para sobrevivir, también es muy alto el riesgo, (ojalá y me equivoque) de ver mas temprano que tarde una reactivación de los contagios, que nos llevará a un nuevo confinamiento, al cierre de industrias y comercios, y de ver a los pobres muriéndose de hambre, enclaustrados y sin ningún tipo de apoyo por parte del gobierno morenista.
Debemos entender que al capitalismo, como sistema social y, por lo tanto, a sus representantes más conspicuos, no le importa la vida de los trabajadores; si deben ponerla en juego, para saciar sus ansias de riqueza, no repararán en nada.Para ellos, nada somos, nada valemos, nada importamos, y si morimos ya encontrarán a otros que cubrirán nuestros lugares, para que puedan seguir atesorando riqueza a costa de la vida y el sudor de los trabajadores.
Entender esta realidad, es entender la necesidad de cambiar este sistema y gobierno injusto, por otro donde de los pobres seamos la razón y el motivo del reparto equitativo de la riqueza social.El camino es la toma de poder político, la forma es el partido, la tarea es su conformación.Vamos juntos a lograrlo.
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