El partido de Morena se ha caracterizado por las frases de López Obrador, como “no mentir, no robar” y “primero los pobres”.
Todos los electos de Morena han seguido la misma tendencia del presidente: engañar al pueblo con su generosidad en las campañas políticas con el fin de ganarse el voto y confianza de la gente; sin embargo, las estadísticas los exhiben.
De acuerdo con los datos del Consejo Nacional de Evaluacion de la Politica de Desarrollo Social (Coneval), en 2018, cuando inició la administración de López Obrador, había 51.9 millones de personas en situación de pobreza y actualmente dicha cifra aumentó a 55.9 millones de personas. Pregúntense ustedes: ¿realmente vamos requetebien? Los datos no mienten pues es palmario la necesidad y descontento social.
Quintana Roo está ubicado en la región sureste de México; su capital es Chetumal y está dividido en once municipios, donde aloja fantásticos destinos de playa como Cancún y la Riviera Maya, y asombrosas ciudades prehispánicas como Tulum, dispuesta frente al mar caribe.
A pesar de que esta joya caribeña es rica en zona turística e infraestructura, es donde más abunda la pobreza, la inseguridad, la mala atención a la salud y el rezago educativo.
No es novedad que en las elecciones los aspirantes a un puesto político, aprovechándose de la esperanza que tiene la gente de ver un verdadero cambio, llenen de falsas promesas a los más humildes y se comprometan a resolver las carencias que estos demandan.
Los “servidores públicos” les mienten a los ciudadanos de Quintana Roo, y lejos de hacer una verdadera “transformación”, perjudican y hunden al pueblo libre y soberano.
Aun así, la gente eligió como gobernadora a Mara Lezama, quien dijo ser una mujer sincera, trabajadora y comprometida con los quintanarroenses para resolver de manera inmediata los servicios que solicitan, en su toma de protesta aseguró que “finaliza un régimen neoliberal e inicia el gobierno del pueblo, para el pueblo y por el pueblo”.
Pero parece ser que este pacto se esfumó en el aire, pues ya pasó más de un año desde que la gobernadora tomó posesión y no ha sido de su interés apoyar a campesinos con fertilizante para sus cosecha, servicios de pavimentación, alumbrado público, electrificación o agua potable en colonias que por ser irregulares no les pueden dotar lo antes mencionado.
Tampoco hay salario digno para maestros que no cuentan con una plaza, construcción de aulas aptas, comedores, despensa y mobiliario para albergues de estudiantes que vienen de distintas comunidades vulnerables, entre otros.
Todo esto se plasmó en el pliego petitorio que el Movimiento Antorchista, organización que representa a los más pobres de México, entregó a inicios de su administración, pero hasta el momento la mandataria estatal no ha dado atención a las necesidades que plantearon. Vemos pues que nuevamente los “servidores públicos” les mienten a los ciudadanos, y lejos de hacer una verdadera “transformación”, perjudican y hunden al pueblo libre y soberano de Quintana Roo.
Antorcha ha sido paciente y respetuosa en espera de respuesta solutoria, incluso ha acudido a las largas reuniones con los funcionarios, pero solo ha sido acuerdos tras acuerdos, pues en los hechos no han resuelto nada. La gente está desistiendo a la espera, pues ya se ha esperado lo suficiente y no han resuelto lo que acuerdan en cada mesa de diálogo.
La Gobernadora no debe olvidar que fue el pueblo quien la eligió con el fin de que cumpla con las promesas que hizo y por esa razón, está obligada a solucionar. Son más los quintanarroenses que viven entre la pobreza y desigualdad, por eso es urgente que se organicen y luchen para terminar con este desorden social si estos toman protesta ante la falta de cumplimiento, estarán en todo uso de sus derecho
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