Queridos compañeros: hoy, cuando la humanidad vive momentos aciagos porque la pobreza y la desigualdad afecta dramáticamente la vida del 99 por ciento de la población que ha visto deteriorada su salud y su condición de vida a causa de la covid-19, y los diez hombres más ricos del mundo han duplicado su fortuna; a los pobres, debe quedarnos claro que esto no es fruto del azar, sino el resultado de las decisiones políticas deliberadas a nivel estructural, que están diseñadas para favorecer a los más ricos y poderosos, a costa de la precarización de los enormes sectores desprotegidos, entre los que nos encontramos nosotros.
Pese a que, en nuestro país, el presidente, Andrés Manuel López Obrador, ha declarado en varios foros que su gobierno obedece a los intereses de los más pobres, la realidad nos indica que, también aquí, como ocurre en la mayoría de los países, la pobreza y la desigualdad, lejos de disminuir va en aumento.
En México, el 10 por ciento de la población más rica tiene ingresos 30 veces más que la mitad de los más pobres, lo que lo convierte en uno de los países con mayor desigualdad. Aquí, las personas más acaudaladas concentran el 57 por ciento de los ingresos nacionales, mientras que el 50 por ciento de la población más pobre sólo tiene el 9.2 por ciento, según el World Inequality Report 2022, realizado por el Laboratorio de las Desigualdades Mundiales.
Y si hablamos de nuestro estado, las cosas tampoco son mejores. En Yucatán, casi la mitad de la población es pobre; un millón 156 mil 900 yucatecos, para ser exactos, según datos registrados por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) hasta 2020. Ha pasado más de un año y las cosas han empeorado, situación que el gobernador Mauricio Vila Dosal reconoció en su Tercer Informe de Resultados, al mencionar la existencia de dos yucatanes, uno donde hay avance y progreso, y otro, donde permea la marginación y la pobreza, donde las familias yucatecas no pueden atender sus necesidades básicas.
Dijo, además, que su gobierno seguirá trabajando para todos, pero por justicia, tendrá una opción responsable y preferente por los más pobres y marginados: “No podemos estar completamente satisfechos mientras aún la pobreza y la marginación dañen la vida y las oportunidades de miles de familias yucatecas. Por ello nuestro empeño en mejorar las condiciones de acceso a la salud, a la educación, a la alimentación, y a empleos mejor pagados”.
Los antorchistas, como a todos ustedes le consta, desde el inicio de esta administración estatal, hemos planteado nuestro modesto pliego petitorio de demandas, que tiene como objetivo disminuir estas condiciones de pobreza y desigualdad en las que vivimos, sin que hasta el momento haya respuestas satisfactorias. Hemos peregrinado por las dependencias estatales encargadas de atender y resolverlas, y solamente nos hemos topado con oídos sordos; por eso, desde el pasado mes de enero, por distintos medios, hemos pedido la intervención del Gobernador, para avanzar en la solución de la problemática planteada.
Compañeros, en nada ha cambiado la situación, por el contrario, los funcionarios con los que hasta hace semanas reiteramos nuestras demandas, han adoptado un mutismo total que raya en la irracionalidad, cuando ellos deberían ser los más preocupados en resolver y aterrizar el planteamiento del titular del Ejecutivo estatal y atender, de manera preferente, a los más pobres y marginados.
Por eso, en esta ocasión me dirijo a todos ustedes para decirles que esta situación no debe desalentarnos, lejos de ello, debemos llenarnos de gran inconformidad porque aquellos que están obligados a gobernar para todos los yucatecos, en particular para los más pobres, nos ignoran, para ellos no existimos, ni nos ven ni nos escuchan.
Los llamo a todos a que como un solo hombre y como un solo ideal, nos sumemos a la campaña de protesta y denuncia que hemos iniciado con volanteos, pintas, comisiones, mítines, cadenas humanas, y si fuera necesario, como lo hemos hecho en otras ocasiones, asistamos a marchar por las principales calles y avenidas de Mérida en demanda de soluciones.
Que nada nos detenga, la lucha organizada por nuestro derecho a la vivienda, a los servicios básicos, a la educación, a la salud, al empleo, al esparcimiento y la cultura, hará posible una vida de verdaderos seres humanos, porque lo que pedimos beneficiará a niños, jóvenes, amas de casas, campesinos, trabajadores de la ciudad, hasta profesionistas y comerciantes que han venido a menos, por las grandes dificultades que vive el 99 por ciento de la población mundial, entre ellos, nosotros.
La negativa reiterada, la indolencia de aquellos que están obligados a resolver, no debe de matar en nosotros el ansia de una verdadera justicia social: el hambre, la enfermedad, la falta de vivienda donde guarecer a nuestras familias, la falta de oportunidades, no se los lleva el viento, por el contrario, deben calar hondo y para siempre en nuestra conciencia, haciéndonos de una determinación inquebrantable por conquistar una vida mejor. No dudemos. ¡Adelante antorchistas yucatecos! Sepan ustedes que todos los antorchistas del país están con nosotros, siempre, como un solo hombre.
¡Que viva, la organización de los pobres de México!
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