La Cámara de Diputados ya aprobó el Presupuesto de Egresos de la Federación 2023, presentado por el secretario de Hacienda y Crédito Público, Rogelio Ramírez de la O, con 273 votos a favor y 222 en contra. Este documento, como ya lo habíamos visto en julio del presente año, se basa sobre una propuesta utópica de bienestar y estabilidad económicas, muy distante de la realidad nacional.
El Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) para el año 2023, propone un gasto neto presupuestario de 8.3 billones de pesos que van a ser destinados a todos los sectores y ramas de la sociedad, pero si ponemos la lupa en los elementos que se llevan los porcentajes mayores del total del presupuesto, sabremos que este y el próximo año, como los cuatro anteriores, serán de sacrificio significativo para la población más desprotegida y que más sufre las injusticias sociales a nivel nacional.
En primera, como ya mencionaba, el paquete económico para 2023, es un proyecto irreal diseñado sobre un marco macroeconómico irrealizable: porque se proyecta para el ejercicio, un crecimiento económico del tres por ciento, contrario a las proyecciones de instituciones especialistas que prevén un crecimiento de entre el uno y 1.6 por ciento; proyectan una inflación de 3.2 por ciento cuando actualmente se ubica en 8.7 por ciento y que, según el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (Inegi) y el Banco de México, aún no alcanza su cenit; el precio del petróleo mexicano de exportación es de 82.5 dólares por barril con un precio promedio anual de 98.4 dólares por barril, pero en las proyecciones se estima que solo será 68.7 dólares por barril, casi 14 por debajo de su precio actual y 30 de su promedio anual.
En segundo lugar, no se busca impulsar la economía, no se impulsa el crecimiento económico de las y los mexicanos. Si bien no se han incrementado sustancialmente los impuestos, no se establecen apoyos fiscales para los trabajadores de bajos ingresos ni para las micro, pequeñas y medianas empresas. No hay programas que generen nuevas empresas o proyectos y con ellos, más empleos para los más de un millón 100 mil desempleados que han tenido que retirar su pensión, situación muy peligrosa para el futuro de cada uno de ellos. Aún con el mínimo 15 por ciento que se propone de aumento en el salario mínimo, los precios de los alimentos golpean cada vez más los bolsillos de los mexicanos, y tampoco se tiene propuesta alguna para este problema.
Pero, además, se proyecta destinar 11,743 millones de pesos al gasto de operación del Banco del Bienestar, que ni banco es ni genera bienestar, y no al otorgamiento de créditos, que se supone debería ser su función. Además, este es un incremento, de 4,444 millones de pesos más con respecto al del presente año, y es tres veces mayor que el presupuesto que se proyecta para la Secretaría de Economía (SE).
En cuarto lugar, se abandona al campo mexicano, no hay políticas ni presupuesto para la reactivación de la producción de granos básicos, siendo este el sector más importante de cualquier país por ser la base de una necesidad primaria de toda sociedad.
En quinto lugar, la salud se reduce en más de 12 mil millones de pesos el gasto para la Adquisición de Medicamentos, a pesar del desabasto que hemos sufrido a lo largo de estos cuatro años; para el IMSS se proyectan 1.16 billones de pesos, pero de ese monto, el pago de pensiones representa el 64 por ciento, el gasto a la inversión física en inmuebles y equipamiento es apenas del 1.2 por ciento, y para su operación cotidiana el 13 por ciento.
Y, por último, el gasto en sueldos y salarios del sector público será de 1.5 billones de pesos, por mucho más que los 1.2 billones que se destinaban en 2018, a pesar de las tan anunciadas “Austeridad Republicana” y “pobreza franciscana”. El gasto en inversión a obras públicas será apenas el 14 por ciento del total del PEF, lo que significa que, por cada peso gastado por las autoridades del gobierno, la inversión pública será apenas de 14 centavos.
Sorprendente, pero no inesperada, la postura que toma, nuevamente, el gobierno de López Obrador y su 4T. Debido a estas malas decisiones, y a pesar de que el gasto social ha aumentado en 40 por ciento con esta administración al pasar de 2.4 billones en 2018 a 3.4 billones hasta el presente año. Hay cuatro millones más de personas que se sumaron a las filas de la pobreza, es decir que casi 2,900 personas se suman diariamente desde 2019 al 2022 a la pobreza.
Para nada este es un gobierno para la transformación de México , para nada es el gobierno de los pobres, ¿O acaso lo que quiere, es un gran ejercito de pobres que, sin poder acceder a esta información y acostumbrados a sus discursos de bajo nivel intelectual, de nulo conocimiento político, económico y social, le crean y aplaudan sus cuentos y pretextos de cada mañanera, al decir que vamos avanzando para así ganar conciencias y votos para el 2024? Eso es seguro.
Pero nosotros, el pueblo, no nos dejemos manipular una vez más. Aprendamos de este serio y peligroso error, tomemos conciencia estudiando los principios del marxismo-leninismo, conozcamos la verdad y luchemos por cambiarla, por realmente transformarla, y esto, solo lo puede hacer el pueblo educado y organizado, nadie más.
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