El presidente Andrés Manuel entregó su Cuarto Informe de Gobierno. En el último tercio de gobierno es imposible poner sobre la mesa nuevos proyectos, nuevos programas porque no resta tiempo y mucho menos con la ineficacia de la que ha hecho gala la 4T. Es momento, pues, de hacer corte de caja, ir concluyendo lo que esté en marcha y empezar a recoger el tinglado. Aunque con una cobertura más bien mesurada, los medios se hicieron eco del informe destacando que está lleno de verdades a medias y francas mentiras, interpretaciones muy personales y hasta arbitrarias de la realidad mexicana.
Las crisis económica y social se agudizaron con las medidas sanitarias tomadas por la pandemia de Covid19 y la recuperación no ha alcanzado a la gran mayoría, particularmente a los más pobres. Los mexicanos de a pie somos testigos de que la miseria y el hambre campean; así como la delincuencia y la falta de oportunidades laborales y educativas. En el informe y en el mensaje televisado, ni se intenta reflejar, mucho menos reflexionar la realidad y los problemas que padecemos los mexicanos; tampoco se valoran con objetividad el resultado y el alcance de las políticas del gobierno. En cambio, se hace una impune apología de la 4T.
Vamos a atenernos a la síntesis de los logros más destacables de la 4T que el mismo Andrés Manuel hizo al final de su mensaje, el criterio y la selección de los asuntos son del mismo presidente y la mayoría se enuncian como lo hizo.
Por una parte, se enlistan como “logros” que en México “Existe libertad religiosa y Estado laico”; que “Se garantiza como nunca la libertad de expresión y el derecho a disentir”; que “El Estado dejó de ser el principal violador de los derechos humanos”; que “La Fiscalía General de la República, y los poderes Legislativo y Judicial actúan con absoluta independencia”; y que “El gobierno no participa en fraudes electorales”.
En fin, afirmaciones sobre que el ejercicio del poder ejecutivo se apega a la Constitución. Sin embargo, los ejemplos de abuso de poder, de denuncias desde la palestra de la presidencia, de presión y revancha, de juicios públicos, en contra de sus opositores, son más que anécdotas con la 4T.
Siguiendo con la lista de “logros”, se repite que en la 4T la prioridad son los pobres y que “Está por convertirse en realidad el principio de que la educación y la salud no son privilegios, sino derechos del pueblo.” ¿Se les olvida que en México más que en otro lugar del mundo se dejó morir a enfermos y médicos en la pandemia de Covid19; del desabasto de medicamentos y los enfermos crónicos y de cáncer que no están siendo tratados? ¿Tampoco se acuerdan de la deserción de casi medio millón de estudiantes del sistema educativo? Entre los logros se menciona de manera reiterada que se acabaron los privilegios, la corrupción, la impunidad, los lujos en el gobierno, etc., que esto ha permitido disponer de 2.4 billones más a lo largo de estos cuatro años. Esto representa poco más de medio billón al año, 10% del presupuesto federal. Pero se omite el destino de estos recursos, mientras que es conocido que los gastos en salud, educación y obras públicas se han recortado, que ha habido subejercicios del presupuesto en estos rubros.
Sobre la situación económica de los hogares dijo que “El aumento al salario, el reparto de utilidades y los Programas para el Bienestar se han convertido en nuevos y eficaces medios para la distribución más justa de la riqueza.”; que “Se elevó a rango constitucional la pensión para adultos mayores, el apoyo universal a discapacitados y el otorgamiento de becas a estudiantes de familias pobres.”. Pero no menciona que la caída de la desigualdad se debe a la pasajera disminución de los ingresos de los deciles más ricos durante la pandemia; ni que hay más de 10 millones de trabajadores cuyo ingreso está por debajo del costo de la canasta básica; ni que el monto total de las transferencias en la 4T no rebasa el gasto en programas sociales del sexenio anterior. Asimismo se presume que “El peso no se ha devaluado” y que “han aumentado las reservas del Banco de México”. No se menciona, por un lado, que las decisiones en torno al volumen de reservas y tasas de interés, es decir, la política monetaria, es materia del Banco de México; ni, por otro, que han sido las remesas las que han permitido sortear el incremento del déficit comercial de los últimos meses.
Finalmente, se presume que “Son pocas las manifestaciones de protesta, no proliferan las huelgas ni existe ingobernabilidad.” Aunque los estallamientos de huelgas habían disminuido sistemáticamente desde años anteriores, que la 4T frasee esta realidad como un logro revela su profundo carácter electorero y antipopular. Evidencia su repudio a los derechos de organización y protesta del pueblo.
El huero cambio de la 4T nos recuerda que la única fuerza para hacer un modelo que realmente beneficie a los trabajadores es su organización y lucha. Si un gobierno repudia la capacidad de movilización de un pueblo es porque sirve a sus enemigos, lo demás son frases para adormilar, para mediatizar la lucha del pueblo.
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