A cinco meses que en nuestro país se declara la emergencia sanitaria por covid-19, la ignorancia del presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador (AMLO) nos ha costado muy caro.Nuestro presidente creía ciegamente que con "amuletos" y "estampitas" de la buena suerte se iban a arreglar las cosas, por lo que no se aplicaron los protocolos recomendados por la Secretaría de Salud, entre ellos, aislar a los primeros casos positivos, además de dar seguimiento a su círculo más cercano para evitar que el virus se saliera de control y, por lo tanto, no se generara el contagio masivo que hoy tenemos.
Pues bien, después de que el gobierno tuvo que aceptar que la amenaza era real, que no se iba a erradicar con buenos deseos e invocando al "sagrado corazón de Jesús", de todos modos se tardó en mejorar las condiciones para brindar seguridad a los trabajadores de la salud, en equipar los hospitales con lo necesario para que pudieran combatir con eficacia la pandemia y por lo tanto, salvar las vidas de los que eran atacados con mayor agresividad por este mortal virus.
También, se negó rotundamente a dar apoyos tangibles a las pequeñas y medianas empresas para evitar que se fueran a la quiebra, mucho menos quiso brindar apoyo a los millones de desposeídos que aún hoy exigen alimentos para permanecer un poco más en el enclaustramiento mientras la curva de contagio baja.Pues no, al contrario, se hizo toda una campaña encabezada por el mismo AMLO para que la gente saliera a trabajar y generar recursos económicos para mantener a su familia, cosa que en tiempos normales es correcto, porque de por sí los mexicanos somos de los más trabajadores del mundo.
Pero el regreso a lo que llamaron "nueva normalidad" fue un acto desesperado por la exigencia de Estados Unidos para reactivar la economía, fue éste queien presionó a México para que reiniciara con la producción, sobre todo de productos de la maquila y minería que les eran indispensables para echar a andar sus grandes industrias automotrices, de la construcción y la industria de la guerra.Por otro lado, al gobierno federal le urgía quitarse de encima la presión de empresarios y el pueblo en general, que exigían se invirtiera dinero público para resguardar a las empresas, proteger empleos, bridar seguridad alimenticia y salvaguardar la integridad física de todos los mexicanos.
La "Nueva Normalidad" inició justamente en el pico más alto de la pandemia.Por lo que está irresponsable decisión trajo como consecuencia, un mayor número de contagios y muertes a tal grado que México se ha convertido en referencia mundial porque ocupa la posición número siete en el mundo en números de contagios.En los últimos 30 días el contagio tuvo un incremento de 105 por ciento, muy por arriba de los promedios internacionales.Hasta el 20 de julio se reportaban cinco mil 311 nuevos contagios, con 344 mil 224 confirmados y un total de 39 mil 184 muertes.Por si esto fuera poco, la Johns Hopkins University estima que México tendrá 98 mil fallecidos totales a finales de octubre, lo que implica alrededor de 60 mil más que los registrados actualmente de manera oficial, sin contar, por supuesto, los no registrados por la Secretaría de Salud que por lo menos, son el triple de los oficialmente reportados.
Este panorama que ya de por sí parece bastante negativo, no toma en cuenta la posibilidad de una segunda ola durante los meses de invierno que es cuando hay más enfermedades respiratorias y, además, se puede confundir la covid- 19 y la influenza estacional lo cual empeoraría las cosas.¡Dios nos agarre confesados! Por otro lado, la economía mexicana también tiene un negro panorama por la mala política económica que el gobierno de la 4T ya de por sí venía aplicando desde el 2019 y que, este 2020 se agrava con la pandemia.Veamos.
Según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) para finales del 2020, el 67 por ciento de los mexicanos será pobre, es decir, más de 84 millones a causa de los estragos de la pandemia por covid-19.Esto quiere decir que aumentarán los mexicanos sin empleo, sin educación, sin acceso a la salud y con escasez de alimentos, el mismo CEPAL nos indica que México es el tercer país en América Latina con el mayor crecimiento en pobreza y pobreza extrema.El porcentaje de pobres pasará de 53 a 66.9 por ciento.
Pero también, es necesario decir, que según economistas serios, covid 19 no es el que genera la pobreza, sino que solo evidencia las fallas del gobierno en el combate a esta.Por lo que López Obrador y la 4T quedan evidenciados, al igual que los gobiernos anteriores, porque solo han visto la pobreza como un botín electoral.López obrador no tiene planes serios para combatir la pobreza, es erróneo pensar que con becas, despensas y subsidios se puede eliminar.Por lo tanto, según la CEPAL la Pandemia ocasionará un retroceso en materia de pobreza de 15 años, los más perjudicados serán como siempre, los obreros, campesinos y la clase trabajadora en general.
A los mexicanos nos conviene ver la realidad tal cual se manifiesta, analizar el fenómeno por su causa y no por el efecto.Hoy más que nunca urge gobierno que realmente combata la pobreza de raíz e implemente una política económica que realmente beneficie a la inmensa mayoría, para eso, es necesario, no solo cambiar de partido en el poder, sino que el poder debe estar en manos de mexicanos con profunda convicción de una patria nueva para que la riqueza generada por todos, se distribuya de mejor manera.Que haya un país donde todos se sientan seguros: los inversionistas, los empresarios, la clase media, los profesionistas y la clase trabajadora.Por eso, Antorcha sigue llamando a una alianza nacional para que juntos, en las elecciones del 2021 podamos quitar el poder del Congreso de la Unión a Morena que con sus malas decisiones en poco tiempo, ha demostrado que no sabe gobernar.Esto sería un primer paso para hacer contrapeso a la 4T y, en el 2024 sacarlos definitivamente del poder e instaurar un verdadero gobierno y no, el que hoy tenemos disfrazado de izquierda.Vale.
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