El jueves 19 de marzo, hace casi cinco meses, ante el Presidente de la República Andrés Manuel López Obrador, el equipo coordinador de la estrategia contra el coronavirus, encabezado por el subsecretario Hugo López-Gatell y su equipo de epidemiólogos, el secretario de Salud Jorge Alcocer y el titular del Insabi Juan Ferrer, presentaron sus cálculos acerca de la entonces apenas iniciada pandemia por covid-19 y decían que la cifra estimada de mexicanos que morirán por este nuevo virus sería de entre 400, la cifra más optimista, hasta los dos mil fallecimientos, la proyección más alta.Pero a la fecha van 55 mil víctimas fatales y nunca se observó una política firme de Estado ni disposición a aplicar los recursos de la nación para controlar la enfermedad.
Desde entonces se pudo haber apreciado, pero era muy difícil, lo que hoy es un hecho incontestable, demostrado por los resultados de sus "estimaciones" y de estos cinco meses de gestión de la pandemia y aplicación del proyecto de gobierno de Morena y su líder López Obrador, con su célebre 4T: lo que menos le preocupa al Presidente y a su partido Morena es la salud y la vida de los mexicanos.
Son muchos los hechos y las acciones del Gobierno Federal, desde antes de la aparición del Coronoavirus y su entrada en la vida de los mexicanos, que dicen esto, y recordaré solamente unos: despidió 30 por ciento de personal de salud presumiendo ahorros millonarios pero poniendo en riesgo la atención médica, la situación se profundizó tras la renuncia de Germán Martínez a la dirección del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), quién acusó a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) de "injerencia perniciosa" que pone en riesgo la prestación de servicios de salud.Desapareció del Seguro Popular con el argumento de que "ni es seguro, ni es popular", dejando sin atención médica ni esperanza a más de 30 millones de trabajadores no asegurados y a sus familias.Ordenó el cierre de 300 unidades del IMSS que operaban en zonas urbanas y atendían a población adscrita a Prospera (que también canceló); doctores y personal de 18 estados del país denunciaron entonces despidos sin indemnización y no se hizo nada.Provocó el desabasto de medicamentos para tratamientos de cáncer, retrovirales para VIH y otros con el argumento de combatir el huachicoleo de medicamentos y al abuso de intermediarios, provocando el retraso en tratamientos y la muerte de menores con cáncer.
Tampoco dotó al personal de salud con equipo para protegerse contra el Coronavirus en su guerra contra la pandemia, lo que provocó el contagio y muerte de doctores y enfermeros.Su mal manejo de la pandemia, caracterizado por aplicar muy pocas pruebas del virus, no perseguir y combatir las cadenas de contagios, no obligar a el confinamiento necesario apoyando a las familias con alimentos y prorrogas en pagos para aguantar ante la falta de ingresos y apresurando la apertura en el aparato productivo, sobre todo las maquiladoras y empresas gringas, para quedar bien con el mandatario Donald Trump, ha provocado que México sea el tercer lugar mundial en víctimas fatales con 55 mil muertes, séptimo lugar en contagios, tercer lugar en tasa de letalidad y último lugar en aplicación de pruebas.Finalmente, durante lo que va de su mandato no se ha realizado NINGUNA obra de infraestructura hospitalaria, ni siquiera ante la crisis sanitaria.
Ante esta demostración de principios ¿cómo se puede interpretar el apresuramiento del Presidente para, personalmente, salir a los medios a anunciar un convenio para producir una vacuna desarrollada por la Universidad de Oxford, Reino Unido? Se trata de un convenio entre el laboratorio anglo-sueco AstraZéneca, su socio científico la Universidad de Oxford, el gobierno argentino y el de México, el laboratorio argentino hub biotecnológico mAbxience y la Fundación Slim de México, para producir una vacuna que ya entró en Fase 3 contra la covid-19, "para toda América latina" con excepción de Brasil- y presumen que las dosis estarán listas durante el primer semestre del 2021, con un precio de dos a cuatro dólares, "gracias a un acuerdo con la Fundación Slim para el desarrollo del proyecto regional".
Evidentemente ya estaban trabajando en ello y al Presidente Obrador (que se ha convertido en eficiente y demandada plataforma mediática para cualquier personaje o producto), no siente ningún escrúpulo al afirmar en su conferencia mañanera que "estamos a la vanguardia de este proceso", del que, sin embargo, no habían hablado ni "consultado" con los mexicanos de la calle.
Es evidente que la apresurada declaración responde al anuncio realizado por el presidente ruso Vladimir Putin de que su país había desarrollado y registrado la "primera" vacuna contra el coronavirus, que entra en fase tres esta semana e inicia su producción industrial en septiembre.La vacuna será distribuida el 1 de enero de 2021 y 20 países han encargado ya mil millones de dosis.
Todos deberíamos estar contentos con ambas noticias, por fin se tiene la esperanza de poder combatir en serio la enfermedad e iniciar una nueva normalidad con un riesgo menor, si no es que nulo, de que se disparen los contagios.Pero no nos engañemos, el mundo occidental se ha caracterizado por sacrificar a sus poblaciones y la salud es un negocio en el que las instituciones públicas solamente han sido comparsas y los únicos conglomerados sociales del planeta en donde sus gobiernos sí se han preocupado por convertir en realidad eso de que "toda persona tiene derecho a la protección de la salud", (Art.4º de la Constitución mexicana), han sido aquellos en los que el pueblo ha hecho una revolución, y se ha puesto al frente del proceso social.
Así, la salud universal, gratuita, de calidad y de carácter completamente humano, sin un ápice de negocio generador de utilidades, solo ha sido realidad en la extinta Unión Soviética (algo queda de herencia en la Rusia de hoy), Cuba, China, y las demás naciones socialistas.México no, ni de lejos.Por ello me atreví a recordarle, amable lector, los HECHOS que describen los principios verdaderos del Presidente y su 4T en el sector salud.
Por eso, hoy que López Obrador nos sale a presumir con aires afectados que se preocupa por la salud de los mexicanos y lanza la "aclaración no pedida" de que "éste es un emprendimiento privado que se ha convertido en un proyecto sin fines de lucro…" en vez de sentir agradecimiento y esperanza, no puedo dejar de sentir una enorme indignación, un deseo irrefrenable de reprocharle a López Obrador su criminal política de salud y la decisión de dejar patente que considero un agravio y una afrenta el hecho de que él siga diciendo que le preocupa la salud del pueblo, cuando ha demostrado todo lo contrario.Los muertos provocados por la mala gestión de López Obrador, con la complicidad de todas las criaturas de la 4T y el partido político Morena, claman justicia, han dejado dolientes y un sello en el ánimo y la consciencia de los mexicanos que no nos dejamos engañar con otros datos ni distractores circenses.No a todos engaña la 4T y algún día le alcanzará el brazo de la justicia del pueblo.
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