A raíz de la contingencia sanitaria para evitar el contagio de covid-19, varias áreas del sector productivo tuvieron que detenerse: la industria fabril, el campo, el turismo, servicios y el comercio.Con un efecto negativo doble, primero, porque se afectó gravemente la salud de los mexicanos. Hoy se reportan más de 50 mil mexicanos fallecidos por la pandemia, y en SLP, rompiendo récord con cerca de 400, una situación verdaderamente terrible.Segundo, en el terreno económico nuestra economía en picada, el Banco de México advierte que, para este año, tendremos un crecimiento del Producto Interno Bruto de menos ocho puntos.El desempleo, según datos del Instituto Mexicano del Seguro Social, informa que ya existen más de un millón de trabajadores despedidos de sus empleos formales y del empleo informal, reporta el Inegi, suman más de 11 millones de mexicanos desempleados.
En San Luis Potosí, hace unos meses la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS) reportaba antes de la pandemia, que debido a los bajos salarios en los trabajos formales, más del 65% de los potosinos se ubica en la informalidad, entre ellos, los comerciantes ambulantes; aquellos que todos los días, sufriendo las inclemencias del frío, calor o viento, salen a trabajar a la calle exponiéndose a muchos peligros; sin gozar de ningún derecho que la Ley Laboral ampara, como es el seguro social, prestaciones de jubilación, vacaciones, aguinaldo, etcétera.
En estos momentos de la contingencia los ambulantes, han sido los más afectados, tanto por las restricciones del sector salud y de los gobiernos estatal y municipal, quienes obligaron a los modestos vendedores irse a sus domicilios para protegerse de los contagios de la pandemia, como de sus bajas ventas, una situación verdaderamente terrible.
Una vez que el gobierno federal mandó a los mexicanos a resguardarse en sus casas, pero sin apoyo de un salario o de alimentos, nuestros compañeros comerciantes antorchistas sufrieron bastante para poder sostenerse.Y después de que el mismo gobierno llamó a todos a salir a la calle para ganarse el pan de la casa, la situación y suerte de los ambulantes ha empeorado, dado que en los meses de resguardo se gastaron lo poco que tenían para surtir su mercancía, muchos dejaron de salir a la calle a vender por la falta de capital para relanzar su actividad, y los pocos que han reanudado su trabajo han salido con un sinfín de problemas, deudas por pagar a los acreedores, deudas por pagos de renta, servicios de agua, energía eléctrica, con problemas de alimentación y salud; y lo peor, las bajas ventas.Y en medio de éste sombrío panorama la pandemia no ha termina, ahora hay más contagiados y muertes por el coronavirus, que también les pegó a varios de nuestros compañeros, tenemos enfermos de Covid-19 y varios lamentablemente han fallecido.
Ante esta terrible situación que viven los ambulantes antorchistas, se esperaba un poco de atención y apoyo solidario de las autoridades estatales, sin embargo, sólo han encontrado oídos sordos a sus reclamos, y peor aún, burlas.Hace unos días nuestros compañeros acudieron a Palacio de Gobierno del Estado para solicitar un apoyo de los que tanto habló el gobernador Juan Manuel Carreras, para la "reactivación económica" en tiempos de contingencia sanitaria, y les dijeron "aquí no hay apoyos, vayan a pedir prestado al SIFIDE", dieron trámite a su petición a través de funcionarios estatales, a ésa dependencia, y les pidieron llenar formatos y un sinfín de documentos que imponía la normativa, para al final decirles que no podían ser sujetos de crédito porque no tenían propiedades y además necesitaban avales con suficiente solvencia económica; también solicitaron despensas, y aún no les resuelven, igual está su petición, de apoyo para pagar una parcialidad mínima del consumo del agua de los mercados el Tomás Vargas y Allende.
El gobierno del estado recomienda, "quédate en casa, cuídate", pero no hay apoyo.Hoy nuestros compañeros ambulantes ante la falta auxilio del gobierno estatal salen a la calle a trabajar con todo y los riesgos de contagio.Pero seguro que también mañana saldrán a la calle a protestar, a denunciar la falta de apoyo y de insensibilidad de la administración estatal en su forma de gobernar.Dejo esta frase de Vivien Leigh, una gran actriz británica, protagonista de la estupenda película titulada "Lo que el viento se llevó".
"Pongo a Dios por testigo de que no podrán derribarme.Sobreviviré, y cuando todo haya pasado, nunca volveré a pasar hambre, ni yo ni ninguno de los míos.Aunque tenga que mentir, robar, mendigar o matar, ¡Pongo a Dios por testigo de que jamás volveré a pasar hambre!".
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