MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Opinión: La alerta no debe ser sólo de género sino de la especie humana

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En todos los medios escritos más importantes, mexiquenses y algunos nacionales, se ha publicado con cierta profusión lo que el gobierno llama Alerta de Género que dicen "es un mecanismo mediante el cual se identifican contextos de violencia contra mujeres y niñas en territorios determinados, y se definen acciones gubernamentales de emergencia para enfrentar dicha problemática".Y se añade que esta Alerta de Género fue acordada en la XVI sesión extraordinaria del Sistema Nacional de Prevención, Atención, Sanción y Erradicación de la Violencia contra las Mujeres (como se mira, por nombres rimbombantes y kilométricos no paramos), para aplicarse en los once municipios más poblados del Estado de México: Ecatepec, Nezahualcóyotl, Naucalpan, Toluca, Tlalnepantla, Chimalhuacán, Cuautitlán Izcalli, Tultitlán, Ixtapaluca, Chalco y Valle de Chalco".Se agrega, además, que la emisión de dicha alerta contó con la participación de altos funcionarios del ámbito federal, de las secretarías de Salud, del Trabajo y Previsión Social, de Desarrollo Agrario Territorial y Urbano, de Desarrollo Social, con la PGR y el Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia.En suma, se nos informa que del problema de violencia contra el género femenino se ocuparon las más altas esferas del poder federal, incluso estatal, y que acordaron erradicarlo, acuerdo que así visto, en general y a simple vista, no queda más remedio que aplaudirlo y sumarse de todo corazón a dicha iniciativa, más aún si todos reconocemos la relativa fragilidad y delicadeza de nuestras féminas.

No obstante lo antedicho y porque tengo información de primera mano por parte de la Dirección de la Unidad Especializada de la Policía para la Atención a las Víctimas de Violencia Familiar y de Género de Chimalhuacán (siguen los membretes rimbombantes y kilométricos), en el sentido de que el mencionado municipio contará con una Subprocuraduría de Delitos Vinculados a la Violencia y que, prácticamente, sólo a esta medida concreta se reduce la pomposa "Alerta de Género", el hecho me hizo reflexionar y concluir que estamos ante un evento más, típico de la demagogia oficial, que busca engañar al vulgo con frases grandilocuentes en vez de emplear remedios efectivos para encarar los graves problemas que padece el pueblo mexicano.Veamos:

En primer lugar, es un hecho admitido a todos los niveles, incluidas las instancias gubernamentales, que, números más números menos, la delincuencia en México, organizada o no (incluida la violencia, no sólo contra la mujer sino también contra los varones) ha crecido cuantitativa y cualitativamente en forma alarmante, de manera nunca antes vista y que, a pesar de que las cárceles están repletas de delincuentes pues ya no caben en ellas, y todos los días los medios informativos nos dan cuenta de las muchas muertes que ocurren por infringir la ley; sin embargo, en lugar de que la cantidad de delincuentes disminuya, por el contrario, se acrecienta cada vez más, a grado tal que la inseguridad de la población es, con mucho, el problema más sentido de la sociedad.Y la causa última de este fenómeno está a la vista: el incremento sostenido de la pobreza que, también, números más números menos, oscila entre los 56 millones y los 100 millones de mexicanos (este último dato lo dio recientemente un reconocido investigador del Colegio de México), de acuerdo con la metodología empleada, pero que aun en el escenario más optimista (56 millones), de todas maneras se trata de un mar de gente.Y aunque haya quienes atribuyan a la pobreza (causa) y a la delincuencia (efecto), "razones" de otra índole, como "la flojera", "el dispendio", la "falta de ahorro" etc., hasta hoy la ciencia no ha encontrado ningún gen que induzca a ningún ser humano a delinquir, sino que el mal es social y obedece a que la pobreza empuja a la gente, por instinto de sobrevivencia, por hambre, por enfermedad o por lo que sea, a violentar a sus semejantes, sean estos mujeres u hombres.El problema, pues, no es de género, sino mucho más grave aún: es de especie, de toda la especie Homo Sapiens, es decir, como lo ha sostenido Antorcha a lo largo de sus cuatro décadas de existencia, unos cuantos vivales acaparan la riqueza social producida por la inmensa mayoría de los trabajadores, y esta injusta explotación afecta lo mismo a mujeres que a hombres, a niños que a niñas, a jóvenes que a ancianos.

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Consiguientemente, con todo el respeto que me merecen el género femenino y los funcionarios que se ocupan del tema, si queremos ir a la raíz del asunto, obligadamente tendríamos que cambiar el modelo económico actual que concentra la riqueza nacional en unas pocas manos, por otro más equitativo (ojo, equitativo no es lo mismo que igualitario, porque plantearlo así sería inviable y demagógico), donde los dos extremos, la riqueza y la pobreza, no sean tan distantes.¿Qué modelo económico, concretamente, sería el idóneo para redistribuir la riqueza? Antorcha lo ha dicho toda la vida y lo puntualizó con precisión en todos los foros a lo largo y ancho del país el año pasado, con motivo de nuestro 40 aniversario: hay cuatro medidas económicas complementarias entre sí para construir una sociedad mas justa y equitativa, las cuales son perfectamente compatibles con nuestra Carta Magna y no violentan ninguna ley: 1) pleno empleo para todos los mexicanos en edad y con capacidad de trabajar; 2) salario digno para que alcance para la canasta básica que oscila entre los 400 y 600 pesos diarios; 3) pago de impuestos equitativos, de modo que pague más quien más gane y pague menos quien obtenga menos ingresos; 4) gasto social de los tres niveles de gobierno (municipal, estatal y federal) que realmente beneficie a las clases populares y no sólo a los adinerados del país, para que así todo mundo tenga acceso a los servicios básicos y viva dignamente.Nada más, pero nada menos y, francamente, nada de esto se dice en la "Alerta de Género".

En segundo lugar, me ocupo del tema, también, porque en los citados once municipios se habla de Chimalhuacán y de Ixtapaluca, dos comunas que gobierna el PRI y que todo mundo sabe que lo hace a través del Movimiento Antorchista, organización a la cual orgullosamente pertenezco.Y al respecto opino que, aun aceptando de buena fe que existen problemas de inseguridad en ambos municipios, porque ello es evidente, de todas maneras vale aclarar que entre los once ayuntamientos mencionados hay diferencias, y muy marcadas, porque se comete el error de absolutizar el número de delitos que se comete y no se relativiza, como sí lo hace correctamente el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) que, independientemente del número total de población de cada municipio, calcula el número de delitos por cada mil habitantes y así homogeniza el criterio para estimar el índice delictivo.Con base en este criterio, el SESNSP arrojó que en el año 2014, en Chimalhuacán se presentaron 6.7 delitos por cada mil habitantes, en Ixtapaluca 10.2 , en Nezahualcóyotl 11.9, en Tultitlán 15.0, en Ecatepec 17.9, en Atizapán 19.8, en Cuautitlán Izcalli 23.6, en Tlalnepantla 25.0, en Toluca 25.6, en Naucalpan 25.7 y en municipios con menor población, por ejemplo Texcoco, tienen ¡el 25.2%!, que lo ubica en el quinto lugar estatal más inseguro de los 125 municipios con que cuenta el Edomex, de donde se deduce que el criterio de absolutizar oculta la verdad.A estos datos sustentados oficialmente, repito, y no inventados por mí, debo añadir que los dos municipios gobernados por Antorcha y que se ubican en la zona oriente de la entidad, están claramente marginados en materia de creación de empleos, si se les compara con las otras dos regiones del Estado como son la noroeste (donde se ubican Tlalnepantla, Naucalpan, Cuautitlán Izcalli y Atizapán), y con Toluca, la capital, donde históricamente se han concentrado los más grandes parques industriales del Estado de México (y del país) y el mayor desarrollo social del Estado.Lo preciso, solamente, porque ya dice la sentencia popular que "el que calla otorga".Y lo digo, también, para solicitar encarecida pero enérgicamente a las autoridades estatales y federales, que haga efectivo el acuerdo que tenemos con ambas instancias de gobierno en el sentido de construir en Chimalhuacán un parque industrial y en Ixtapaluca un puerto seco (almacenaje y distribución de materias primas y mercancías a gran escala), el primero acordado desde hace ¡ocho años! y el segundo, gestionado desde hace dos, pues así, ofertando decenas de miles de empleos se haría verdadera justicia distributiva en el Estado y se contribuiría a atacar una segunda causa de las cuatro que ocasionan la pobreza (en la otra, en la referente al gasto social, la vienen resolviendo con su lucha cotidiana los gobiernos antorchistas mediante la gran inversión en obra pública que se realiza).Claro, sin olvidar nunca las cuatro medidas para combatir la pobreza, no sólo en dos municipios, sino a nivel estatal y nacional.

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