* La falta de programas de apoyo a la producción agrícola ha provocado que millones de hectáreas queden sin trabajar, señala el líder antorchista en Durango
Durango, Dgo. El abandono del campo mexicano sigue siendo una herida abierta para el país. Desde hace décadas, la desmantelación de las instituciones agropecuarias y la reducción drástica del presupuesto destinado al sector han dejado a ejidatarios y comuneros en una situación de extrema vulnerabilidad. Así lo denunció Pedro Martínez Coronilla, líder estatal del Movimiento Antorchista en Durango, en un breve pero contundente mensaje difundido en redes sociales.
Los pequeños productores, relegados y desprovistos de apoyo, son ignorados por las autoridades excepto en los momentos de elecciones, cuando su voto se convierte en una necesidad:
“La falta de programas de apoyo a la producción agrícola ha provocado que millones de hectáreas queden sin trabajar, agravando el éxodo de las poblaciones rurales hacia los centros urbanos y Estados Unidos. A esto se suma la carencia de servicios básicos: acceso a atención médica, infraestructura escolar adecuada y servicios esenciales como agua potable y electricidad”.
Según los datos del Inegi, la población rural en 1950 constituía el 57 % del total nacional; para 1990 cayó al 29 %, y en 2020 se redujo al 21 %.
Esta disminución no refleja, explicó, un proceso natural de modernización agrícola, sino la falta de oportunidades y el abandono de un sector vital para la soberanía alimentaria del país:
“Actualmente, el 55,7 % de los trabajadores mexicanos se encuentra en la informalidad, sin contrato, prestaciones ni acceso a la seguridad social. Este fenómeno está ligado al desplazamiento de la población rural y al fracaso de los programas gubernamentales para erradicar la pobreza. Las cifras de migración también son alarmantes: en 2022, más de 800 mil mexicanos fueron detenidos al intentar cruzar la frontera con Estados Unidos, una cifra que se ha triplicado durante el actual sexenio”.
El líder del Movimiento Antorchista utilizó el ejemplo:
“La región lagunera es un claro ejemplo del impacto de estas políticas. La mayoría de las tierras ejidales y los derechos de agua del sistema de presas del Río Nazas están ahora en manos de grandes corporativos agroindustriales, mientras los pequeños productores enfrentan un futuro incierto”.
El abandono del campo pone en riesgo la soberanía nacional, pues la falta de una infraestructura agropecuaria sólida amenaza la autosuficiencia alimentaria y expone a millones de mexicanos a la inseguridad alimentaria, advirtió.
La realidad actual exige una reflexión profunda sobre las prioridades del Estado y la urgencia de atender a quienes han sostenido históricamente al país desde sus tierras, finalizó el líder.
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