Muchos nos hemos preguntado dónde están nuestras y nuestros 72 alcaldes sonorenses, con sus equipos de funcionarios, la mayoría de filiación morenista.A muy pocos hemos visto andar en la calle, barrios, colonias y ejidos entregando apoyos, atendiendo las necesidades y preguntando cuáles son las carencias que apremian y lastiman a la población en esta contingencia, procurando ser consecuentes con los compromisos que hicieron en campaña a su pueblo hace dos años. ¿O será que están padeciendo las mismas carencias y sufrimientos, enfrentando la contingencia con dificultades, viviendo los mismos estragos de la pandemia que nosotros? Duda interesante con respuesta pronta, sin tanta investigación.
Muy poco de los recursos financieros que se asignan a los ayuntamientos procedentes de las partidas federales, estatales y recursos propios que recaban, se ha empleado para mitigar los estragos que está provocando la pandemia; cierto es que reciben esos recursos en proporción a la población que tienen cada uno de ellos y que hay recursos que vienen etiquetados para ciertos rubros y no se pueden cambiar porque se viola la ley.Pero tampoco vemos a los alcaldes a una sola voz, exigiendo ante el estado y la federación recursos económicos extraordinarios para apoyar a su pueblo durante esta contingencia, prefieren ser sumisos, agachones y serviles con los de arriba, aunque le fallen a su pueblo incumpliendo sus compromisos.Ya llevan dos años de administración y ahí siguen los grandes pendientes por resolverse en las colonias y comunidades.Estarán esperando que pase la pandemia, para salir a las calles a justificarse que no hay dinero, que los recursos los ocuparon en la emergencia, que por cuestión de las elecciones no se pueden hacer obras y que ha disminuido su recaudación de recursos propios, por eso algunos ¡piden reelegirse por otro periodo para que les alcance el tiempo de hacer todo lo pendiente! Esto y más hay que esperar de nuestros actuales gobernantes.Algunos otros están pensando abandonar "el barco de la política e irse a trabajar de jornaleros para sobrevivir ante la difícil situación económica".Hay que esperar dramas, justificaciones y brillantes propuestas con que saldrán nuestros actuales alcaldes y algunos futuros candidatos.Hay que esperar escenas de tragedia, comedia y "casos de la vida real".
Pero hay que tenerlo presente, compañeros y amigos: en los momentos difíciles que viven los pueblos se conoce verdaderamente a sus gobiernos locales y se les califica como lo que realmente son.O los munícipes se la han partido al lado de su pueblo y se la han rifado con los que menos tienen o son unos simuladores que en los hechos no se han ido a parar ni una sola vez entre el pueblo y menos le han ido a entregar algún apoyo.Comportamiento igual o peor al que ellos tanto criticaron de los gobiernos anteriores.Será porque son los mismos de siempre sólo que se montaron en un partido de seudo izquierda para llegar al poder; son los adinerados, arribistas, oportunistas que han empleado la política como el negocio que les ha dejado jugosas ganancias, de eso han vivido sus familias de rancio abolengo en varios municipios y durante décadas sólo cambian de candidatos y partidos según vean la de ganar, pero todos a fin de cuentas son familia de élite.Así se han hecho ricos y en cada elección aparecen con ropaje nuevo en el escenario político, luchan por el poder… para seguir viviendo de él.Son gobernantes "de diferente color", pero con pésimos resultados, igual que los gobiernos anteriores.En realidad, no les importa el cambio, ellos están bien así.Son los verdaderos conservadores, y la 4T les cayó como anillo al dedo.
¿Qué debe hacer el pueblo trabajador ante tan finos, sensibles y atentos gobernantes de seudo izquierda?, ¿qué hacer ante estos simuladores que no están trabajando por su pueblo durante estos dos años que llevan en el poder, como lo prometieron en campaña?, ¿qué hacer con los que no cumplen ni en obras sociales ni en apoyos asistenciales durante esta contingencia de cuatro meses? Nos dejan una opción: buscarlos en sus oficinas, en sus casas o en sus redes sociales y exigirles que cumplan sus compromisos.
Pues haremos lo que siempre han hecho los pueblos que luchan legal, civil y democráticamente por el progreso: los denunciaremos públicamente como unos falsos, incongruentes, mentirosos que le están fallando a su pueblo.Es hoy cuando se debe evaluar a los gobernantes por sus acciones y no por lo que dicen, "por sus hechos los conoceréis", dice la Biblia.No vemos hechos de los gobernantes de los municipios: nuestros hijos crecen, ahora más que antes, en la miseria, con hambre, sin servicios, rodeados de crimen, de droga, sin protección ante enfermedades comunes y ante la covid-19.Para nosotros, los humildes, francamente, pareciera que sólo tenemos autoridades municipales para que nos cobren impuestos, nada más.No tiene por qué seguir siendo así.
Amigos, compañeros: seamos los arreadores de los munícipes para que cumplan las promesas que le hicieron al pueblo en el poco tiempo que les queda de gobierno, antes de que lleguen las próximas elecciones y nos vuelvan a prometer lo mismo.
Todos atentos al llamado de la organización de los humildes de México, amigos; todos atentos al llamado de nuestra organización en cada municipio para asistir en grupo a cada uno de sus ayuntamientos a exigir obras y servicios, además de pedir apoyos alimenticios y empleo temporal para mitigar los estragos de la pandemia.Debemos solicitar drenaje, agua potable, pavimento, regularización de predios, electrificaciones, microcréditos.Las carencias, las necesidades de nuestro pueblo, para satisfacerse con justicia, necesitan un proyecto que esté por encima de ideologías, colores, ubicaciones geográficas.Vamos todos juntos, antorchistas y no antorchistas, como un sólo hombre, a exigir, de manera respetuosa pero enérgica, que nos den lo que es nuestro, porque siempre se lo han quedado esos pocos en sus bolsillos.Asistamos sin penas ni temores.Si los alcaldes y funcionarios no sintieron vergüenza para pedir el voto en campaña, para prometer y ahora no cumplir, ¿por qué nosotros deberíamos de tener vergüenza, si estamos exigiendo nuestros derechos? Vamos, amigos y compañeros de todo el Estado, a asistir a nuestros palacios municipales a buscar a los alcaldes, antes de que sea demasiado tarde.Todos a la lucha.
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