Con la expresión que título mi opinión en esta ocasión, quiero hacer una analogía para ejemplificar qué es poner en manos de sus peores enemigos la conducción de la educación en nuestro país.Nos enteramos en días recientes que el gobierno de la 4T ha anunciado como una novedosa medida el poner en manos de las televisoras la educación de niños y jóvenes, debido a que por el mal manejo que ha hecho este gobierno de la pandemia a cinco meses que diera inicio, aún no se podrá regresar a las aulas, pues el peligro de contagio es muy alto y sigue en aumento cada día.
No se trata de ninguna manera de buscar el prietito en el arroz, pero es necesario que todos los mexicanos estemos claros de lo que implica esta medida; la televisión es el polo opuesto de la educación ya que mediante los programas que se ofrecen en ella no se enseña a los televidentes a pensar, alguien en algún momento la llamó la caja idiotizadora, pues no enseñan al ser humano a ser críticos o disciplinados.Aunque se anunció que quien estará a cargo de los programas será la propia Secretaria de Educación, no debemos olvidar que educar y enseñar no son sinónimos.Enseñar es nutrir con conocimientos científicos nuevos a los niños y jóvenes que asisten a las aulas, educar es formarlos integralmente, inculcarles una filosofía de vida, hábitos de convivencia, hábitos de camaradería, respeto por la sociedad, respeto recíproco, puntualidad, hábitos de estudio y de concentración, corregir los errores que cometan en este contexto y explicarles el porqué de su equivocación.La televisión puede enseñar, pero no educar ya que no hay diálogo, no hay retro-alimentación, carece de interacción en tiempo real, imposibilita el uso de herramientas didácticas modernas: ejercicios, creación colectiva, intercambio de experiencias, etc., no se sabe si el alumno entiende o no, y cuál es su avance.
Para que diera buen resultado este aparente buen sustituto de la educación en el aula, se necesitaría que además de la televisión se tuviera por cada alumno a un maestro a su lado, o en su defecto a un padre de familia que coadyuvara al alumno a entender y asimilar los contenidos.Pero esto es prácticamente imposible, pues en el caso de los maestros no se darían abasto ya que numéricamente es muy inferior el número de maestros respecto al de alumnos, aun cuando se rolara entre los hogares de sus alumnos; en el caso de los padres de familia deberán elegir entre salir a ganarse la vida y quedarse con sus hijos para garantizar que aprendan, suponiendo que tengan esta capacidad, porque no olvidemos que en nuestro país el nivel de analfabetismo es muy elevado.Pero para poder hacerlo el gobierno les tendría que garantizar sustento seguro.Si a esto agregamos que en México no es el 100 por ciento de la población la que cuenta con un televisor y que existen cientos de comunidades que no tienen energía eléctrica, queda claro que la medida es incorrecta y poco estudiada, que sólo se está usando como medida política pero no educativa.
En el mundo, 168 países cerraron sus aulas por la pandemia y de 63 que ya reactivaron su actividad a ninguno se le ocurrió utilizar a la televisión como sustituto, la UNESCO organismo mundial para la educación, propone que la tarea de los gobiernos es colocar a la educación en el primer lugar de las preocupaciones y presupuestos por parte del gobierno, no plantea sustituto de educación sino mejores condiciones para los alumnos entre otras el control de la pandemia para poder regresar de las aulas.Y como sabemos esto en nuestro país está muy lejos de ocurrir pues a pesar de las declaraciones de nuestro gobierno los números crecen aceleradamente en contagios y muertos.La enseñanza mecanizada que nos proponen sólo acrecentará la brecha de la desigualdad ya existente.
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