El mundo entero se debate en una crisis económica y en México cada día es más complicado comprar la canasta básica. Es decir, actualmente, más mexicanos sufren por hambre, a pesar de que somos un pueblo muy trabajador. Pero el gobierno de Morena y López Obrador hacen como que no ven el aumento de la miseria y en lugar de aplicar remedios económicos contra la hambruna entre los pobres del país, se dedican a seguirle invirtiendo dinero al por mayor a las obras faraónicas de AMLO, como el Tren Maya, el Aeropuerto Felipe Ángeles, la Refinería de Dos Bocas y el ferrocarril Transístmico.
En estas obras faraónicas, improvisadas en lo fundamental a decir de los especialistas, se están gastando ríos de dinero que salen de severos recortes a otros programas de mayor impacto social, como los destinados a reforzar el ingreso de los trabajadores, la salud y la educación. Apresurando a los constructores para que las “terminen” a medias antes de los plazos fijados, hasta ahora se han inaugurado dos de ellas: el AIFA y hace unos días la Refinería Dos Bocas.
Ni los pasajeros ni las aerolíneas quieren usar el AIFA, debido a su lejanía y su falta de conexión con el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles y con la Ciudad de México, porque es más costoso en tiempo el viaje del AIFA a la ciudad que el vuelo tomado desde el lugar origen. El gobierno de AMLO presiona y obliga a las aerolíneas a que ubiquen vuelos desde el nuevo aeropuerto, mismo al que le faltan servicios, como restaurantes, para hacer más cómoda la espera. El AIFA no sirve, porque se construyó como un capricho de AMLO para no seguir construyendo el aeropuerto de Texcoco.
La semana pasada se inauguró, con gran despliegue mediático, la Refinería Dos Bocas. En la inauguración estuvo presente la crema y nata de Morena, todos desviviéndose ante un presidente que al parecer ya enloqueció, porque inauguró una refinería que no refina nada, que refinará algo hasta dentro de algunos años. Es decir, el presidente y su gobierno inauguraron una obra no terminada, que no sirve aún, que según los especialistas es probable que su vida útil sea muy breve, en medio de un cambio mundial a las energías de fuentes renovables para sacudirse de la esclavitud del petróleo y que, por si fuera poco, le ha costado a México más del doble proyectado por AMLO. Según esto, el gobierno se gastó más de 16 mil millones de dólares.
Y ya todos conocemos lo que pasa con el tan criticado Tren Maya, que también es una obra de AMLO fuera de control. Y todo esto, ¿por qué nos afecta a los mexicanos? Por una razón muy sencilla: el gobierno de Morena se gasta el dinero del país en obras que no sirven, recortando programas que le podrían ayudar a los mexicanos a superar la crisis económica, educativa y del Covid, por ejemplo. Ni AMLO, ni Morena, tienen un plan económico serio que aumente el empleo y que obligue a los empresarios a pagar salarios buenos a todos los trabajadores. Claro que no. AMLO es muy amigo de los hombres más ricos de este país y enemigo sincero de los pobres, de muchos de quienes lo llevaron a la presidencia.
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