El sábado 23 de abril durante un mitin político en Ohio el expresidente de Estados Unidos (EE. UU.), Donald Trump volvió a hacer declaraciones despectivas y de agresión en contra de México. Si bien sus comentarios no figuran como una novedad para todos aquellos que alguna vez lo han escuchado, no puede ignorarse el carácter ofensivo y azaroso de los mismos.
Pese a no ocupar un cargo en la función pública del gobierno estadounidense en la actualidad, su influencia mediática y de clase le brinda la posibilidad de reorientar la política exterior de EE. UU., en la elección intermedia en 2024. Así, el regreso de la política proteccionista vuelve asomarse y depende en gran medida del fracaso de la política guerrerista de Joseph Robinette Biden, cuyo esfuerzo principal radica en Ucrania.
Si comparamos ambas políticas exteriores, surge una disyuntiva ¿cuál resultaría más beneficiosa para nuestro país? Realmente ninguna, ya que el agravio radica en el carácter económico de la relación bilateral. Es decir, mientras prevalezca la dependencia económica con el vecino del norte, dígase el contenido, la forma pasa a segundo plano como reflejo en última instancia de la primera condición. Sin embargo, mi intención es realizar un breve recuento sobre una serie de acontecimientos que ponen de manifiesto la hostil política exterior de Donald John Trump. Veamos.
“El comercio entre México y Estados Unidos ascendió a 262 mil 811 millones de dólares entre enero y mayo de 2021, lo que representó un crecimiento de 30.4 por ciento respecto al mismo periodo de 2020; esto consolidó al país como el principal socio comercial estadounidense, según cifras de la Oficina del Censo de aquella nación.” (El Financiero, 5 de julio de 2021). Especialistas indican que las cifras corresponden a la apertura que brinda el Tratado de libre comercio de México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC). ¿Qué vende México a EE. UU.? “Los principales productos que México exportó a Estados Unidos fueron Automóviles y otros vehículos Automóviles diseñados principalmente para el transporte de personas ($29,1MM), Máquinas y Unidades de Procesamiento de Datos, no especificados o incluidos en otro lugar ($28,5MM), y Partes y Accesorios de Vehículos Automotores ($22,9MM). (MM equivale a miles de millones de dólares, agrego yo, A.S.) (https://oec.world/es).
Las principales compras de México a Estados Unidos son las siguientes: “En 2020, Estados Unidos exportó $196MM a México. Los principales productos que Estados Unidos exportó a México fueron Aceites de Petróleo o Minerales Bituminosos ($16,8MM), Partes y Accesorios de Vehículos Automotores ($12,5MM), y Circuitos Electrónicos Integrados ($9,05MM)” (Ibidem).
En suma, México encuentra en Estados Unidos a su principal socio comercial, mientras que, para el caso inverso, aumenta también la dependencia en exportaciones, rebasando incluso a compradores potenciales como China o Canadá. No sorprende pues, que tal condición fuera aprovechada por Trump para exigir a López Obrador el despliegue del ejército para evitar la migración hacia el norte, amenazando encarecer sus productos en un 25 por ciento.
Deportación y xenofobia tras alarmantes y peligrosas declaraciones en materia de migración en periodo de campaña, ya como presidente, Trump no titubeó al realizar restricciones discriminantes contra diversos sectores sociales como la comunidad LGBTQ+ o la musulmana. La más hostil fue la que emprendiera contra inmigrantes mexicanos y centroamericanos, detenidos en centros de inmigración. “El Gobierno del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en su política de separar las familias de inmigrantes indocumentados tras su detención en la frontera, apartó de sus parientes a 1.566 menores de edad más de lo que se había informado, según la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU). (…) La mayoría de los niños, separados de sus familias tras cruzar la frontera para pedir asilo en Estados Unidos, son menores de 12 años, incluidos más de 200 con edades por debajo de los cinco años. Durante su campaña electoral en 2016, Trump prometió una política severa para detener la inmigración ilegal y un año después su Gobierno empezó a separar de sus familiares a los menores, que fueron recluidos en centros de detención o llevados a diferentes partes del país.” (El Periódico, 25 de octubre 2019)
Muro proteccionista durante su segundo año la política antinmigración se reavivó cuando señaló el inicio de la construcción del muro fronterizo. Francamente, por lo descabellado de la iniciativa, no es de sorprender que su realización fuera suspendida por el congreso de aquel país, negando la autorización de recursos para concretarse. “La frontera austral tiene una longitud de alrededor de 2.000 millas (3.218 kilómetros); aproximadamente 700 millas (1.126 kilómetros) se encuentran en tierra, en tanto que las restantes 1.300 (2.092 kilómetros) corren por el Río Grande. Según la Oficina de Auditoría del Gobierno de Estados Unidos (GAO, por sus siglas en inglés), antes de 2005 se encontraban valladas solamente cerca de 150 millas (241 kilómetros) de la frontera. En un periodo de aproximadamente 8 años el vallado se extendió hasta cubrir alrededor de 650 millas (1.060 kilómetros), con un costo de cerca de 2.400 millones de dólares. (…) El gobierno de Trump no ha logrado que el Congreso asigne las sumas que, según el presidente, serían necesarias para el muro. Según una estimación elaborada en 2017 por el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) su costo podría ascender a los 21.600 millones de dólares. (…) En febrero de 2019 Trump no logró persuadir al Congreso de que asignara los fondos que deseaba para el muro, por lo que declaró una emergencia nacional.” (Policy Brookings, 7 de julio de 2020).
Negación a la transición a energías limpias El 1 de Junio de 2017, Trump anunció el retiro de EE.UU: del Acuerdo de París, firmado durante la XXI Conferencia Internacional sobre el Cambio Climático (COP21). Dicha decisión puso de manifiesto ante las naciones del mundo el nulo compromiso de dicho país a reorientar su producción energética a base de energías renovables. Políticamente la ruptura significó un daño considerable a las relaciones diplomáticas multilaterales. Cabe decirse, que Trump siempre se mostró escéptico al cambio climático, impulsando la producción de combustóleo y carbón sin consideración alguna.
Hostilidad contra Cuba y Siria “En la primavera de 2019, Donald Trump intensificó la presión económica de su país con Cuba. En claro contraste con la reconciliación histórica entre EEUU y la isla-país caribeña que ocurrió con Obama, el presidente impuso nuevas restricciones de viaje y envío de dinero entre los dos países. (…) En la noche entre el 2 y el 3 de enero de 2020, un dron estadounidense impactó contra un convoy cerca del aeropuerto internacional de Bagdad, en Iraq. El convoy incluía altos cargos de Hashd al-Shaabi (las unidades de movilización popular de la coalición militar chiíta en Iraq) y, sobre todo, Qasem Soleimani, un poderoso y popular jefe militar iraní. Soleimani murió en el lugar. Esta operación militar fue ordenada directamente por la Casa Blanca y reivindicada con orgullo por Trump, convirtiendo de repente la región del Golfo en un polvorín.” (Lifegate, 20 de enero 2021)
Coincido con quienes afirman que Donald Trump figura como la encarnación de la decadencia del imperio norteamericano, siendo la hostilidad; el racismo, la agresión bélica y financiera, despotismo y conservadurismo sus principales síntomas. La reaparición mediática del norteamericano figura nuevamente como una seria posibilidad de que las cupulas del poder adopten el aislamiento como modo de supervivencia.
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