Como si se tratara de un mediador de buena fe y no de uno de los agresores, Joseph Biden presentó, sin dar detalles, una propuesta de alto al fuego en Gaza, que contempla la liberación de rehenes, excarcelación de presos y la eventual retirada del Ejército de Israel de la Franja de Gaza.
Pero no hay manera de que los Estados Unidos eludan su responsabilidad principal en las muertes de miles de niños, mujeres y hombre masacrados con bombas y metralla por el ejército de Israel en la Franja de Gaza, puesto que los estadounidenses llevan años proporcionando armas y dinero al Estado de Israel para que éste amplíe su territorio mediante la expulsión violentísima de los palestinos de su tierra y se fortalezca como una potencia armada a sus órdenes en esa zona del planeta, rica en recursos energéticos y ubicada estratégicamente en Medio Oriente.
El respaldo de Estados Unidos a Israel cumple 75 años. Harry Truman fue el primer presidente que reconoció al Estado judio, y desde entonces ha sido una prioridad de los poderes económicos y políticos estadounidenses mantener a flote a Israel y fortalecerlo económica y militarmente para colocarlo como pieza suya en la correlación mundial de fuerzas, armándolo fuertemente y usándolo para transferir armas a otros países alíados suyos y defendiéndolo en los foros internacionales y en los medios de comunicación, tal y como acaban de hacerlo los portavoces del gobierno de Biden.
Desde el 7 de octubre del 2023 a la fecha, han sido asesinados más de 36 mil 50 palestinos, especialmente niños. Según la agencia de la ONU para refugiados palestinos, en cinco meses de ataques sobre Gaza han muerto más niños que en todas las guerras en curso en el mundo. "Esta guerra es una guerra contra los niños. Es una guerra contra su infancia y su futuro", ha dicho el comisionado general de la agencia.
El más reciente asesinato masivo de palestinos ocurrió el 26 de junio. En las redes sociales circularon estos hechos brutales (en tan solo tres días, una imagen alusiva con la frase “todos los ojos puestos en Rafah” tuvo 27.5 millones de mensajes en X y fue compartida por 47 millones en Instagram) y muchos medios los reportearon. Por ejemplo: “Al menos 40 personas asesinadas en un campo de refugiados de Rafah que Israel calificó como zona “segura”. El Ejército israelí ha lanzado ocho misiles contra tiendas de campaña ocupadas en su mayoría por niños y mujeres. Muchas personas han sido quemadas vivas. Raquel Martí (UNRWA) asegura que las imágenes que llegan de Rafah "son de las peores que hemos visto desde que comenzó la ofensiva sobre Gaza" (Lamarea.com).
A los ojos del mundo se han vuelto inocultables los bombardeos y asesinatos cometidos contra los palestinos en su propia tierra, lo que hace muy difícil a Estados Unidos seguir haciendo como que no pasa nada. También se ha documentado hasta el detalle quién pone las armas. El diario The New York Times publicó que las bombas y municiones empleados para este crimen son de origen estadounidense. “El detalle clave en los restos del arma fue el sistema de actuación de la cola, que controla las aletas que guían al GBU-39 hacia un objetivo (…) El patrón de perno único del arma y la ranura donde se guardan las aletas plegables eran claramente visibles entre los escombros”, describió Trevor Ball, extécnico de eliminación de artefactos explosivos del Ejército de EE.UU., citado por “NYT” (Escambray.cu).
“Las palabras no pueden expresar el dolor de las familias pisoteadas por esta tragedia", dijo hipócritamente el representante de Estados Unidos en la ONU, ocultando que horas después del ataque contra familias palestinas indefensas el gobierno encabezado por Joe Biden había reafirmado su respaldo a Israel. “El ataque de Israel en Rafah, que dejó decenas de civiles muertos, no cruzó una 'línea roja' que pudiera provocar un cambio en la política de Washington hacia Tel Aviv, indicó este martes John Kirby, portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca” (…) "¿Cuántos cadáveres carbonizados más tendrá que ver el presidente antes de considerar un cambio de política?", preguntó el periodista. "No queremos que se quite una sola vida inocente más", dijo Kirby, antes de comentar que "en cierto modo" se sintió "un poco ofendido por la pregunta" (actualidad.rt. com).
Una idea de los grandes intereses económicos y geopolíticos que unen a los halcones de estos dos países nos la dan estos datos: sin contar los 26 mil millones de dólares aprobados en abril por EE. UU para la guerra en Gaza, “Israel recibe US$ 3,3 mil millones en financiamiento militar extranjero de los Estados Unidos cada año, que es más de lo que todos los demás estados del mundo reciben juntos” ( elobservador.com.uy). Tres cuartas partes de ese financiamiento lo debe dedicar a comprar armas estadounidenses, el resto puede usarlo en desarrollar armas propias, adiestrar a quienes las usen y fortalecer una plataforma para distribuir el armamento a gobiernos o grupos a los que Estados Unidos apoya sin dar la cara. “Durante las últimas cuatro décadas, Israel transfirió armas a más de 100 países, incluyendo Sudáfrica bajo el apartheid, Serbia durante la limpieza étnica de los bosnios y las juntas militares represivas en Guatemala y El Salvador (así como a actores no estatales que abusan de los Derechos Humanos como los Contras en Nicaragua)” (Ibidem).
No habrá un cambio de política estadounidense hacia Israel que se inspire en razones humanitarias. Al Estado norteamericano no le tembló la mano para asesinar a miles de seres humanos en Hiroshima y Nagasaki, bombardear a civiles en Vietnam, Irak, Libia y Yugoslavia, tan sólo por mencionar unas cuantas de sus agresiones que han dejado cientos de miles de cadáveres carbonizados, como aludió el periodista en la pregunta que ofendió al sensible portavoz norteamericano, mismas que han cesado cuando cuando los Estados Unidos han sido derrotados militarmente y por la fuerza de la opinión pública mundial, como ocurrió en Vietnam, o cuando les urge cerrar un frente de batalla porque no les alcanzan sus fuerzas para atacar simultáneamente en otros.
Biden anunció hoy la “nueva propuesta integral” para alto al fuego en Gaza, supuestamente propuesta por Israel. No tardaremos mucho en saber si esta propuesta, cuya iniciativa parte sin duda de la Casa Blanca, es una simple lavada de cara de los agresores, una maniobra para escapar de escena unos meses ante la condena mundial provocada por las masacres de palestinos o una retirada forzosa de Estados Unidos para concentrarse en la guerra contra Rusia y China.
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