Ha quedado atrás el 6 de junio, el importante día en que acudimos a elegir a quienes nos habrán de representar en el gobierno, aún y cuando hubo acusaciones de los distintos partidos sobre una elección inequitativa con el uso de recursos públicos a favor de tal o cual candidato, el veredicto de las urnas y la ratificación del instituto electoral ha dado paso al ungimiento de nuevas autoridades.
La realidad política ha generado una conformación multipartidista, atrás han quedado los tiempos en que un solo partido obtenía el control mayoritario del Poder Legislativo y municipios, por lo que hoy se hace necesario el diálogo y la ponderación de cada una de las visiones a efecto de tomar determinaciones consensadas.
Los primeros representantes populares en tomar protesta fueron los integrantes de la 64 Legislatura el pasado 7 de septiembre, posteriormente, el día 12 lo hizo el licenciado David Monreal Ávila como gobernador constitucional del estado de Zacatecas y el pasado 15 de agosto fue el turno de los 58 ayuntamientos.
Por tal motivo deseo que las nuevas autoridades tengan éxito en su gestión, pues si les va bien a ellos nos irá bien a todos los zacatecanos. En ese sentido creo oportuno mencionar que desde la trinchera de la lucha social efectuada por más de 25 años ininterrumpidos de gestión, hemos logrado acciones de beneficio colectivo como obras que están a la vista del que quiera constatar y que están al servicio de toda la ciudadanía.
Sin embargo, creo conveniente hacer algunas reflexiones a efecto de llamar la atención de mis escasos lectores y concientizarnos sobre las circunstancias que enfrentaremos próximamente.
La realidad política que se vive en todo el país da cuenta de agudos problemas que tienen su origen en la estructura social, estos se han visto agravados por los errores gubernamentales de la administración federal, y los datos no admiten duda alguna.
A pesar de los programas sociales el número de pobres creció en 4.7 millones, la violencia está desatada alcanzando datos históricos con cerca de 100,000 homicidios violentos que mantienen con la zozobra a la mayoría de los mexicanos; la pandemia se ha manejado desastrosamente sobrepasando los 3.5 millones de infectados y tenemos al menos 322, 582 muertos, mientras que la vacunación se aplica muy lentamente. Los efectos económicos de la crisis lastiman a la mayoría de compatriotas, al mismo tiempo la desaparición de programas como el Procampo, Oportunidades, Seguro Popular y otros han agravado la situación de la mayoría de las familias.
Esta adversa situación se agrava día a día, por ello conviene tomar conciencia de ello para disponerse a enfrentarla y esperar las mejores alternativas de solución; hoy no hay lugar a las excusas como culpar al pasado y buscar justificaciones para atenuar los cuestionamientos y reclamos populares. Difícilmente alguien de los recién ungidos puede decirse sorprendido e incluso alegar catástrofes financieras u operativas para el ejercicio de sus funciones, es necesario que se asuma la responsabilidad buscando propuestas reales, jamás justificaciones.
Está demostrado que perder tiempo en culpar al pasado sólo retrasa la búsqueda de soluciones y los más afectados son siempre los ciudadanos que esperan atención y apoyo para enfrentar los problemas descritos con anterioridad. Por eso, hoy más que nunca resulta necesario mantener la unidad y disponernos a trabajar juntos ciudadanos y gobierno para cambiar la adversa realidad, de no hacerlo se agravará la situación y sufrirán más los que menos tienen. Por ello reitero mi felicitación a las nuevas autoridades, en hora buena y ante los problemas sociales que aquejan pongamos manos a la obra.
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