“Tanto vales cuanto tienes”; “dos linajes solos hay en el mundo, que son el tener y el no tener”, escribió don Miguel de Cervantes Saavedra, en 1615, cuando expresó la dura situación social de los pobres, menesterosos y desvalidos de aquel tiempo. Aquella dura situación que describía, si bien es cierto, era una referencia de la España de finales del siglo XVI y principios del XVII, pero que no es muy alejada de lo que pasa actualmente en México, en Puebla, y en particular en la zona norte de la capital poblana.
El modelo económico vigente es incapaz de garantizar empleo e ingreso competente a la inmensa mayoría de los mexicanos, los deja en el olvido sin solución alguna, abandonados a su suerte y desesperados.
Según el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI), la economía poblana creció un 3.33 por ciento en términos reales por arriba de la media nacional mientras que el Producto Interno Bruto (PIB) de la entidad aumento un valor de 557 mil 401 millones de pesos a precios de 2013; es decir, hay crecimiento de la riqueza producida y es grande el volumen de la riqueza.
Pero, ¿la riqueza producida es garantía de desarrollo social? Veamos, actualmente solo el 13 por ciento de la población del estado está exento de problemas sociales, mientras que el 87 por ciento padece de pobreza o forma parte de los grupos vulnerables por ingresos; dentro de los indicadores que miden esta situación podemos destacar el rezago educativo, acceso a la salud, seguridad social, calidad y espacios de vivienda, servicios básicos en la vivienda, empleo, alimentación, población con ingreso inferior a la Línea de Bienestar Mínima (LBM) y población con ingreso inferior a la Línea de Bienestar (LB), factores que perjudican directamente el desarrollo de las ciudades y de los pueblos. Vemos, pues, que el aumento de la riqueza poblana no es garantía de desarrollo social.
El problema no radica en la producción de la riqueza, sino en su distribución, la cual está sometida a la política económica del país. Una de las formas de distribuir la riqueza producida es a través del salario, el cual debería ser suficiente para cubrir las necesidades, pero para sorpresa nuestra, el salario mínimo en el estado es de sólo 80 pesos con 40 centavos, una cantidad minúscula en comparación con lo que producen los trabajadores día con día.
Por tanto, el desarrollo como transformación de la sociedad debe tener un conjunto más amplio de objetivos enfocados no sólo en el crecimiento del PIB, sino hacia los estándares de vida de la población.
La ciudad de Puebla se encuentra localizada en el centro sur del país, a 116 kilómetros de la Ciudad de México y a 270 kilómetros del puerto internacional de Veracruz. Tiene una población de más de 1.5 millones de habitantes, los sectores productivos más importantes son el de automotriz y autopartes, metalmecánica, química, plásticos, alimentos frescos y procesados y tecnologías de información.
El crecimiento y fortalecimiento económico se mantiene en pleno apogeo y tiene tendencia al alza; sin embargo, las condiciones de vida no guardan ninguna proporción justa con la riqueza producida.
La ciudad se divide en 17 juntas auxiliares, de las cuales solo me referiré a cuatro que se encuentran inmersas en la zona noreste, correspondientes al distrito electoral federal 6: San Miguel Canoa, Resurrección, Santa María Xonacatepec y San Sebastián de Aparicio. En dicha zona geográfica se encuentran dos grandes parques industriales (Puebla 2000 y FINSA Puebla) los cuales tienen una extensión de aproximadamente 200 hectáreas y una población de cerca de 100 empresas de diversos giros que producen y producen sin parar.
Por ello, es menester que analicemos las condiciones de vida de la gente. ¿Cuál es la situación de las comunidades?
El coeficiente de Gini, unidad de medición de la desigualdad de ingresos, de la zona es de 0.51, ¡dato alarmante! San Miguel Canoa es una de las localidades más pobres; la Resurrección concentra 7 de cada 10 poblanos en pobreza alimentaria y, además, Santa María Xonacatepec, junto con San Sebastián de Aparicio, concentran los índices más altos de violencia, robo de hidrocarburos, balaceras, secuestros, asaltos y, en los últimos meses, han servido de tiraderos de cadáveres; el promedio de escolaridad, por su parte, apenas si alcanza el segundo año de secundaria y el 55 por ciento de la población se encuentra sin seguridad social.
El desarrollo debe tener un conjunto más amplio de objetivos, no sólo en el crecimiento del PIB, se debe preocupar por mejorar las condiciones de vida de la sociedad, en la ciudad de Puebla y en particular la zona del distrito citado, es tarea fundamental del gobierno en turno vigilar el crecimiento económico, que se distribuya de mejor forma a través del salario bien remunerado, que se generen más empleos y que el cobro de impuestos sea proporcional con el salario de cada individuo, de tal forma que con lo recaudado se levante la infraestructura social que tanto hace falta: espacios deportivos, clínicas de salud, áreas verdes, calles pavimentadas, instalaciones educativas y una mejora sustancial en los servicios básicos de agua, luz y drenaje.
Pero mientras no se cumplan estas condiciones, la gente de la zona, que es la que padece en carne propia estos males, debe de organizarse, buscar a sus semejantes, luchar y luchar por una vida digna, está titánica tarea, está hecha para hombres y mujeres de igual calidad, hombres y mujeres.
El Movimiento Antorchista al norte de la ciudad ha demostrado que los sueños se pueden hacer realizad, ejemplo son las colonias organizadas, ejemplo vivo de que si la gente se organiza y lucha puede alcanzar tanto como se proponga, ya decía Lenin, “es preciso soñar, pero con la condición de creer en nuestros sueños. De examinar con atención la vida real, de confrontar nuestra observación con nuestros sueños, y de realizar escrupulosamente nuestra fantasía” hasta entonces seguiremos en pie de lucha y te invitamos a luchar con nosotros.
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