Nunca será suficiente denunciar la muerte de seres humanos en cualquier accidente en el que ocurran; más aún cuando suceden por negligencia de los gobernantes, quienes prometieron trabajar para brindar a la ciudadanía un gobierno que velara por sus intereses y, por supuesto, para darles garantías de seguridad y proteger sus bienes y vidas.
No es para menos la indignación que millones de mexicanos han manifestado, día a día, por los accidentes que han sucedido, desde el pasado 7 de enero, en la línea 3 del Transporte Colectivo Metro, en el que diariamente se movilizan más de cinco millones de mexicanos.
Todos sabemos que el saldo fue de cerca de 100 personas lesionadas y una joven fallecida, Yaritzi Adriana, quien tenía 18 años y era estudiante de Artes Plásticas en la Facultad de Artes y Diseño de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Seguramente su familia y amigos sabían de los sueños que tenía, como concluir sus estudios universitarios y forjarse una carrera como artista; tal vez en un futuro pensaba viajar al extranjero para nutrir su talento y conocimientos y, estarán de acuerdo conmigo, que a su corta edad tendría varias expectativas, como conseguir el amor de una buena pareja con la cual transitar feliz en esta vida.
Desgraciadamente todo eso se frustró, quedó en el vacío debido a que perdió la vida en el fatal choque de trenes entre las estaciones Potrero-La Raza.
Todo mundo está expuesto a un accidente en el que puede perder la vida o que quede lisiado y dependiente de lo que puedan o quieran darle sus familiares, pero una cosa es ser víctima de circunstancias ajenas a la voluntad humana, y otra muy diferente ser víctima por la negligencia de seres ambiciosos y con muy poco sentido humano, como es el caso de la actual jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, militante del partido Morena y, por tanto, ejecutora de las políticas públicas que sigue su líder, Andrés Manuel López Obrador, quien con sus absurdas acciones ha llevado al país a la crisis económica y social más grave y cruel que las generadas por los anteriores gobiernos priistas y panistas.
Una muestra de la falta de sensibilidad de Sheinbaum es la nula atención médica que ha brindado a varios lesionados en el choque de la Línea 3. En la prensa nacional y digital hay testimonios que indican que a varios de ellos no los atendió el servicio médico de la capital o lo hizo superficialmente, como lo declaró Carolina Jiménez, quien no fue atendida por los paramédicos capitalinos a pesar de que tenía dolor de cuello, hasta la cintura, y no podía sentarse; solo le dijeron que se tomara un paracetamol.
O el caso de la señora Lourdes, quien sufrió fuertes golpes en la pierna, pero a la que también solo le dieron analgésicos, pero posteriormente tuvo que ingresar al hospital San Ángel Inn por los dolores tan fuertes que la aquejaban al grado de no poder caminar. Así, muchos de los lesionados no fueron atendidos seriamente, pues ni los paramédicos ni los médicos tomaron en cuenta los problemas internos que presentaron muchos de ellos.
Tanto Claudia Sheinbaum como el presidente López Obrador y todos los que trabajan incondicionalmente con los de la 4T, se esfuerzan en lavarse las manos con el argumento de que esos accidentes han sido generados por la corrupción de los gobiernos anteriores, que durante sus gestiones no han dado mantenimiento a ese transporte público.
Con ese argumento, los morenistas pretenden nuevamente envolver con sus mentiras a los capitalinos, y a los mexicanos en general, a pesar de que estos están conscientes de que los gobiernos anteriores también forman parte de la corriente política a la que ellos pertenecen, la autollamada izquierda mexicana, la cual, desde hace 25 años gobierna a la capital mexicana, y la que, precisamente, en 24 años no ha invertido en infraestructura y mantenimiento del transporte público de los trabajadores.
Los gobiernos supuestamente de izquierda, que iniciaron en 1997 con Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, y luego le siguieron con Andrés Manuel López Obrador (2000-2005), Marcelo Ebrard Casaubon (2006-2012), Miguel Ángel Mancera (2012-2018) y Claudia Sheinbaum Pardo (2018-2023), son los responsables absolutos de la falta de mantenimiento del Metro de la Ciudad de México, pues tienen 25 años gobernando, pero en todo ese tiempo no le han dado la importancia que merece el transporte colectivo más popular del país, pues en 24 años no han invertido en infraestructura ni en su mantenimiento serio y profundo.
Es más, si acercamos más la lupa al problema, nos encontramos con que días antes de la tragedia del 7 de enero de este año, los trabajadores de la Línea 3 ya habían advertido a las autoridades de fallas graves que había que atender. Los conductores de los trenes no veían las vías sobre las que transitaban porque el alumbrado está descompuesto desde hace tiempo y tampoco sirve el sistema de comunicación interno por lo que tienen que comunicarse vía celulares, pero solo cuando salen de la zona sin señal.
Tan no le importa la vida de los trabajadores capitalinos a la morenista Claudia Sheinbaum que, de acuerdo con la Cuenta Pública de la Ciudad de México 2021: “… las condiciones de operación de los trenes y dar labores de conservación a los equipos mecánicos y eléctricos, se llevaron a cabo en 43.17% contra 43.8% del año anterior y versus 86% del 2018”. El mantenimiento cíclico mayor fue el que tuvo la mayor caída, con sólo 38.9% cumplido en el año.
O sea, la corcholata mayor de Morena, es la principal responsable de la tragedia del 7 de enero en la que perdió la vida Yaritzi Adriana; y también fue responsable del desplome del tren de la Línea 12, ocurrida el 3 de mayo de 2022, en el que perdieron la vida 26 personas que dejaron doloridos tanto a madres, padres, hijos, esposas, esposos huérfanos, como proyectos y sueños por cumplir.
Pero eso no le importa a la Sheinbaum, a ella lo que realmente le importa son sus aspiraciones presidenciales, las cuales quiere que se concreten en 2024. Por eso ha recorrido el país de norte a sur para buscar el voto popular, por supuesto gastando los dineros públicos de la CDMX, incluidos los correspondientes al mantenimiento del Metro.
Los accidentes en el Metro de la CDMX no son inventos ni cuestión de sabotaje, como asegura la 4T y por eso utiliza a más de seis mil elementos de la Guardia Nacional para supuestamente dar seguridad a los usuarios, lo cual no es cierto; más bien es una estrategia de la 4T para generar percepción de que la jefa de Gobierno es víctima de sabotaje, lo cual es absolutaente mentira.
No hay duda, los accidentes en el Metro son producto de la negligencia de las autoridades morenistas de la capital del país debido a que no aplican los dineros públicos para dar mantenimiento a la red del transporte de los trabajadores, ni adquieren refacciones y trenes para brindar un buen servicio a los millones de mexicanos que hacen uso de él y que no podrán dejar de usarlo por carecer de medios económicos suficientes para movilizarse en taxi o Uber.
Los millones de mexicanos que abordan el Metro, ya no lo harán con la tranquilidad con que lo hacían antes e incluso aprovechaban para realizar otras actividades, como leer o descansar con tranquilidad mientras llegan a su destino, pues los invade el pánico porque saben que la negligencia de la Sheinbaum, y en general de la 4T puede arrebatarles la vida por su negligencia que mata.
¿La 4T y Claudia Sheinbaum son la alternativa de gobierno seguro para los mexicanos? Sus resultados dicen que no, que hay entre todos debemos buscar un camino que nos lleve a la construcción de una sociedad que nos dé garantías de seguridad y bienestar.
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