El 15 de marzo del año 2017, los comerciantes del municipio de Huamantla, Tlaxcala, organizados en antorcha, fueron reprimidos por un numeroso contingente de policías, desalojando a los vendedores con toda violencia sin importar que entre ellos se encontraran familias completas, niños, mujeres, personas de la tercera edad. Para rematar el acto, encarcelaron injustamente a un comerciante y dos activistas, uno de ellos responsable del trabajo de antorcha en la región. El día lo tengo presente no por el carácter represivo de los acontecimientos sino porque la situación me dio la oportunidad de organizar la liberación de nuestros compañeros con Nancy López García.
Ese día me encontraba atendiendo un asunto con antorchistas en el municipio de Ixtenco, así que fue casi inmediato mi traslado a Huamantla en donde encontré en crisis emocional a la mayoría de nuestros compañeros comerciantes, sin embargo, la escena se rompió con la presencia de Nancy que, con toda calma y buen ánimo, se acercó a informarme los acontecimientos: “acaban de desalojar a nuestros compañeros comerciantes, los golpearon, les tiraron sus mercancías, no sabemos bien a cuentos detuvieron... pero no se preocupe, ya avisamos a los plenistas de los diferentes grupos para que organicen el apoyo a los comerciantes, es solo cuestión de tiempo para que estén aquí”, con la misma calma con que me informó se retiró a continuar su labor de tranquilizar a nuestros compañeros.
Reagrupamos a los comerciantes y comenzamos nuestra marcha de protesta desde el tianguis a la presidencia municipal, en donde encontraríamos a nuestros compañeros convocados para el auxilio. Apenas llegamos frente al municipio empezó a llover y arreció el frío, inmediatamente nos cubrimos del agua, pues estábamos decididos a durar el tiempo que fuera necesario para hacer efectiva nuestra exigencia de libertad para los detenidos y no lo lograríamos mojados. Nuevamente se acercó Nancy y me dijo: “ya casi estamos completos, los que faltan ya están cerca. Vamos a comer, las compañeras trajeron comida, seguramente no ha comido nada”. Le respondí que no tenía hambre, que no tenía cabeza para pensar en comer, que la lluvia estaba pasando y con la llegada de los compañeros teníamos que redoblar nuestra exigencia. Me contestó: “¡vamos a comer, no vamos despreciar a las compañeras!¡nuestros detenidos no se van a ir, nosotros los vamos a sacar! (risa)”, acompañó sus palabras con tal alegría que no necesité más argumentos para convencerme. Qué bien personificaba el popular refrán de “al mal tiempo buena cara”. La jornada fue larga pero ya no fue pesada, realizamos nuestro mitin rayando la noche, marchamos a los separos que estan a la entrada de la ciudad y, liberados nuestros compañeros, volvimos a marchar al zócalo, había tal euforia y ánimo que nos costó despedir a los contingentes después de medianoche. Ese día constaté la capacidad de liderazgo en Nancy, de cuya alegre y calmada actitud ante la adversidad quedé admirado. Después, sólo fue cuestión de tiempo para que tomara las riendas del trabajo político del Movimiento Antorchista en la Región de Huamantla.
Nancy López García, creció en la comunidad de Santa Cruz Pocitos, municipio de Atltzayanca, Tlaxcala. Desarrolló su afinidad a las causas del pueblo pobre, al cursar la universidad y ser integrante de la Casa del Estudiante “Tlahuicole”, donde por su inteligencia y nobleza, inmediatamente después de terminar sus estudios se integró de tiempo completo al trabajo de los grupos antorchistas, donde poco a poco, se fue destacando en el trabajo campesino y popular, su abnegación la llevó a ser integrante del Comité Estatal y responsable del Seccional Huamantla.
Su liderazgo y gestión estuvo siempre al servicio de los pueblos y colonias más vulnerables. Entre su trabajo podemos destacar la rehabilitación de concreto hidráulico en la calle 3 poniente en Ixtenco; el colector de drenaje para la Primera y Segunda sección de Lomas de Guadalupe, el Foro Cultural de la colonia Héroes y la electrificación de la colonia 6 de junio, en Huamantla. Con trato gentil y afable, ayudó para que diferentes grupos accedieran a apoyos de vivienda, pies de casa, fertilizante, empleo temporal y otros, buscando siempre mejorar las condiciones de vida de la gente en sus grupos.
Los antorchistas, familiares y amigos, sufrimos una pérdida irreparable por su ausencia, pero su ejemplo, su alegría, su disciplina, nos alienta para continuar con la ardua tarea con la que nos comprometimos: organizar y educar a los pobres de México para hacer de nuestra patria una nación más justa y equitativa para todos los mexicanos y eso implica mucho trabajo y lucha, que, sin duda, recordando a Nancy, enfrentaremos con ánimo y alegría.
Con cariño fraternal, en su III Aniversario Luctuoso, honramos la memoria de Nancy López García, joven heroína tlaxcalteca, que no morirá porque está en los corazones de todos los antorchistas, llamándonos a hacer un movimiento más sólido, más vigoroso y más decidido, para hacerle justicia y para lograr la transformación profunda que está exigiendo este país, ideal al que destinó su vida. ¡Que viva Nancy López García!
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