El gobierno que encabeza Andrés Manuel López Obrador en México, que de palabra se nombra humanista, no lo es, y cargará en su conciencia la muerte de miles de mexicanos. Sus actuaciones desde que asumió el poder hace tres años no ha dado alguna muestra de que le interese la vida de la gente. Enumeramos a continuación los hechos.
Primero: porque canceló el Seguro Popular, que daba atención a 58 millones de mexicanos afiliados, ahora es muy complicada la atención médica. Su propuesta de Insabi no tiene pies ni cabeza, recortaron la cantidad de médicos contratados, cerraron centros de salud, con el pretexto de la corrupción no han adquirido los medicamentos para los hospitales y clínicas del sector. Es pésimo el servicio, él nos prometió un sistema de salud, como el de los Países Bajos y estamos peor.
Segundo: se dejó morir a los niños con cáncer, pues les cancelaron los medicamentos, y a los que aún sobreviven no se les ha dotado de sus medicamentos en tiempo y forma.
Tercero: No existe la preocupación por proteger a las familias vulnerables al paso de los huracanes; no se ha avisado con anticipación de las posibles afectaciones y daños, para salvaguardar la vida, de haberlo hecho, nadie hubiera fallecido; ni en Tula, Hidalgo, previnieron a la gente sobre la necesidad de resguardarse, pues se abrirían las compuertas y el saldo de 17 muertos, es una tragedia más del pueblo pobre. Recordamos los 117 muertos en Tlahuelilpan, Hidalgo, que fueron el baño de sangre en la supuesta “lucha contra el huachicol”. No olvidamos que él mismo AMLO confeso decidir inundar a los más pobres en Tabasco.
Cuarto: Desde el año pasado que se ordenó volver a la nueva normalidad se demostró una vez más que para nuestro Gobierno “la vida no vale nada”, como dice la canción, pues las muertes se incrementan, las contabilizados oficialmente ya son 267 mil y los no contabilizados rebasan el medio millón de muertos por la pandemia de Covid-19 y otras enfermedades que debido a la covid-19 no se atendieron.
Quinto: No se adquirieron las vacunas suficientes en tiempo y forma, con lo que se muestra la negligencia criminal del doctor Hugo López-Gattel, además de la poca información de la gran utilidad de las vacunas, más bien dieron paso a la multiplicación de mensajes de gente ignorante de que las vacunas no sirven que eran para matar más gente, son miles de personas que se han negado a ser vacunadas, lo más criminal ha sido la lentitud en el plan de aplicación de las vacunas, la poca compra de vacunas, que ha obligado a nuestro gobierno estar mendigando por todo el mundo algunas dosis, porque no ha querido gastar en ellas, está convencido de que son negocio de las farmacéuticas, Andrés Manuel López Obrador prefiere pedirlas regaladas y gastar el dinero en sus obras faraónicas, pero no en salvar la vida del pueblo.
Sexto: Asesinatos de periodistas, de ambientalistas, las masacres y asesinatos dolosos crecen día con día y no hay una estrategia ni mueven un dedo para pararlas.
Séptimo: Con el mandato del regreso a clases presenciales, desde el pasado 30 de agosto, sin que estén vacunados los niños y jóvenes otra vez es una muestra más de que aquí se aplica, el sálvese quien pueda, no le interesa la vida y la salud de los niños, muérase el que se tenga que morir. Seguramente en su mente perversa está así calculando el crecimiento del PIB per cápita, ya que la economía no crece, pues que se disminuya la población, tenemos como presidente un homicida, no es humanista es un asesino, junto con el doctor Hugo López-Gattel, deberán de dar cuenta de su mal desempeño.
¿Qué hacer? Estoy convencida que solamente la sociedad organizada, educada y consciente puede parar la masacre. Los padres de familia debemos exigir las vacunas para los niños y jóvenes. Detener, poner un alto a la destrucción de la vida, es una lucha que debemos dar. Primero todos los que tenemos consciencia debemos ayudar, debemos contribuir para hablar, difundir lo que está pasando, porque aún tiene sus defensores, hay mucha gente que le cree, que confía en él; por eso la tarea es difundir la verdad.
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