Desde hace varios meses, todo el país se ha visto envuelto en una guerra de declaraciones, espectaculares, pintas, campañas en medios y en las redes sociales, de los precandidatos de Morena a la presidencia de la República. La verdad es que se encuentran desatados y no hay nadie que ponga un alto a la campaña promocional que hacen en cada estado y que, claro está, es violatoria de la ley y de los reglamentos electorales. Es violatoria de la ley porque las elecciones presidenciales en México son en el 2024 y nadie, aunque sea con el cobijo del actual presidente, puede hacerse promoción aun, porque deja sin la misma posibilidad a los demás partidos políticos y a sus candidatos.
Muchos analistas de la prensa más seria, los políticos de otros partidos y los intelectuales de la oposición han denunciado esta sucia maniobra electoral de los precandidatos morenistas a la presidencia, pero nadie les hace caso. Y no se les hace caso porque tanto Claudia Sheinbaum, como Marcelo Ebrard y Adán Augusto López, tienen el respaldo de Andrés Manuel López Obrador para violar la ley. Él los destapó en sus “conferencias mañaneras” y ahora quiere que todo el país los conozca, se aprenda sus nombres y grabe sus caras, porque Morena vive de las trampas electorales. Es un experto en las mañas, sabe que sus candidatos deben ser conocidos, compran millones de votos el día de la elección y a los beneficiarios de un apoyo económico del gobierno se les obliga, como ya se ha demostrado en elecciones recientes, a votar por el candidato de Morena. Son especialistas para ganar elecciones a la mala.
En Puebla sucede lo mismo. Desde hace varias semanas, hemos visto que los precandidatos de Morena a la gubernatura también usan las redes sociales para hacerse promoción, se compran entrevistas en la prensa, la radio y la televisión, se aparecen en todos los eventos públicos que pueden, promueven que algunos morenistas inconscientes les griten que sean los gobernadores, se han puesto a hacer cientos de pintas en las ciudades, carreteras y los pueblos, y han montado decenas de espectaculares, pero ¿con qué dinero? Porque todos los iniciados en la política saben que esa campaña adelantada de Mier, Armenta y Julio Huerta no se paga con el cambio que trae uno en la bolsa, sino con varios millones de pesos. ¿Con qué dinero, pues, se paga todo eso? Con el dinero de los poblanos, con el dinero del gobierno, que debería servir -antes que para promocionar a una persona- para resolver los graves problemas de educación, inseguridad, salud, vivienda, servicios básicos y muchas cosas que nos llevan a todos a ser más pobres cada día.
Estamos en contra de que se viole la ley, sea quien sea que lo haga. Estamos en contra de que los precandidatos de Morena hagan campaña electoral, como si ya fueran los tiempos para hacerla. Porque creemos que los verdaderos políticos queridos por el pueblo mexicano son aquellos que han forjado su imagen con el trabajo que realizan para mejorar las condiciones de vida de los poblanos. Primero, siendo funcionarios ejemplares en sus conductas, que no roben, que no engañen a la gente, que no le mientan. Segundo, generando empleos para todos los que deseen trabajar. Tercero, logrando que los salarios alcancen para vivir cómodamente, alimentar a la familia, vestirla, cuidarla en su salud y darle un poco de recreación. Cuarto, construyendo las obras que necesitan los pueblos y las colonias, como escuelas con bibliotecas, salas de cómputo, laboratorios, canchas de deporte, escuelas de arte, así como todos los servicios básicos que hacen faltan en muchas regiones del estado y, finalmente, cobrándole más impuestos a los empresarios, porque ellos pueden pagar más dinero al gobierno, cosa que el pueblo no puede hacer.
¿Ustedes creen que quienes hoy nos llenan la cabeza de publicidad están realizando estas acciones? También creo que no. Que no nos engañe la propaganda. Exijamos a los precandidatos resultados en concreto de sus acciones a favor del pueblo y, cuando llegue el tiempo, compromisos serios para resolver nuestros problemas. Si no hay nada de eso, no les hagamos caso, porque de promesas ya estamos hartos. Recuerden que López Obrador jamás trabajó por México, hizo campaña durante 18 años, prometió mucho y ha dejado al país peor de como lo tomó, con más problemas, más muertos, más inseguridad, más desempleo y más hambre. Aprendamos esa lección.
0 Comentarios:
Dejar un Comentario