Para todos los que tenemos ojos para ver y oídos para escuchar, nos damos cuenta de que nada es cómo señalan nuestros gobiernos federal, estatal y municipal, existe una total falta de congruencia entre lo que vemos y escuchamos.
Desde que inició la administración del presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, muchos tabasqueños estaban esperando los grandes cambios prometidos por "el paisano”. Todo era cuestión de tiempo. Las dependencias de gobierno estaban confiadas y prometían que de forma natural la vida de Tabasco cambiaría. El municipio de Centro, prometía muchas obras porque se les mandarían suficientes recursos para lograr cubrir todas las necesidades en el municipio, que en poco tiempo todo cambiaría, sólo era cuestión de esperar, decían.
A más de dos años, todos podemos darnos cuenta que por donde le busquemos las cosas han empeorado y mucho debido a la falta de mantenimiento y atención a los servicios de pueblos y colonias, la tragedia de las inundaciones que sacudieron fuertemente a la entidad y sumado a que en México ha fallado el gobierno para la implementación de medidas que realmente funcionen para evitar drenajes azolvados, carencia de agua potable, lámparas fundidas, carreteras en pedazos por doquier sin mencionar que el año pasado no se ejercieron obras y contagios de covid-19.
Todo quedó en buenas intenciones. Dicen que los recursos los emplearon para combatir la pandemia. Si no les dieron mantenimiento a lo que ya existe, ni hablar de obras nuevas. Ahora las carencias son más. Hablando de carreteras y caminos, vemos con mucho enojo el manejo que ha hecho la Junta Estatal de Caminos en el estado, me referiré en esta ocasión a las carreteras del municipio de Tacotalpa, en particular la carretera de Raya Zaragoza y Puxcatan, tiene más de dos años que se hundió y es momento que no se le ha atendido. Todas las autoridades de estos poblados la han solicitado sin tener mayor respuesta que: "ya la tomaron en cuenta y de que sólo que bajen los recursos la reconstruirán”. En agosto del año pasado el Movimiento Antorchista retomó la petición y se planteó de nueva cuenta con el director general de la Junta Estatal de Caminos, Rafael Paniagua Garduño, quien ordenó que se haría la visita al lugar para hacer el levantamiento, y actualizar el proyecto que tenían desde 2019. Ciertamente se realizó la visita y para el mes de septiembre, la dependencia había notificado que estaba por iniciar la obra, nada más se estaba a la espera de la aprobación de recursos y antes del fin de año la obra quedaría atendida.
Todos sabemos que el mes de octubre lamentablemente los tabasqueños sufrimos los estragos de una nueva inundación y lo que estaba mal, empeoró. Esperamos a que pasara la emergencia de manera prudente, pero es de esperarse que el hundimiento fuera aún mayor por el reblandecimiento de la tierra. Para diciembre estaba la notificación de que estaba programada la obra y era, nuevamente, cuestión de esperar. Sin que a la fecha haya respuesta alguna, más de que está programada, y por más de que los campesinos que viajan varias horas desde sus comunidades a las oficinas estatales en busca de respuesta, no se les deja pasar a las oficinas por "lo de la pandemia”. Siguiendo con la misma cantaleta de que a Tabasco llegarán recursos para componer las carreteras y caminos estatales, y las obras propuestas, están contempladas.
El Movimiento Antorchista en el municipio de Tacotalpa tiene planteadas la necesidad de las carreteras de diversas localidades como la carretera Oxolotán a Nuevo Madero, Cerro Blanco 5ta y Cerro Blanco 2da sección a Tapijulapa, el puente de Caridad Guerrero, por mencionar algunas, así como también varias obras de reencarpetado y puentes vehiculares más urgentes. Aseguran que se liberarán los recursos para esas obras y sólo hay que esperar.
Así las cosas, con las promesas de las dependencias estatales. Poco le importa a esta administración que la población de la sierra tabasqueña esté en un inminente peligro, que para transitar por estas carreteras cada día es más peligroso. Hago responsables a las autoridades competentes ante estos riesgos que no son resultados de la inundación, sino que se deben a la falta de mantenimiento constante de caminos y carreteras que ha provocado estos resultados.
El presidente de la República, en cambio, se dedica a decir que todo está bien y como nunca se está apoyando al pueblo de México, vemos estos resultados y sólo podemos estar en total desacuerdo. No vemos a "un pueblo feliz&rdquo, sino todo lo contrario, prometió mucho al calor de la campaña que durante más de 18 años hizo. Y ¿qué pasa ahora?, ahora tiene excusas para todo y por eso ahora solo puede ver un pueblo feliz, pero la falta de congruencia salta a la vista con las necesidades del pueblo que tanto dice querer.
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