El progreso de un estado educativo está por los suelos, y la falta de escuelas de todos los niveles decae, agravándose más por la pandemia; muchos jóvenes y niños se han tenido que salir de la escuela debido a que su familia no cuenta con un ingreso fijo para la compra de útiles o de comida.
La renuencia a regresar no es resultado de que la escuela en casa vaya mejor ya que muchos jóvenes no tienen la manera de tener clases por la falta de internet. El miedo, la ansiedad y la depresión continúan en aumento entre estudiantes. Dos de cada tres empleos perdidos durante la pandemia las mujeres son las que temen más al no tener una buena educación por sus hijos, entre las cuales están quienes deben quedarse en casa para cuidar de sus hijos o hijas mientras no van a la escuela.
La percepción sobre las clases a distancia tampoco ha mejorado. De hecho, 75 por ciento de los padres siguen considerando que las clases a distancia las y los estudiantes no aprenden lo mismo que en las aulas, pero de mandarlos, corren el riesgo a contagiarse por Covid-19, y la realidad les da la razón a los padres de familia, pues los casos van en aumento.
A esta enorme incertidumbre se suma que, "llueve, truene o relampaguee", según el presidente Andrés Manuel López Obrador, los jóvenes tuvieron que regresar a sus aulas, corriendo todos los riesgos que pudieran tener.
La educación en nuestro país es necesaria para el desarrollo de nuestra sociedad y las decisiones que ha tomado el actual Gobierno a raíz de la pandemia, han sido erróneas y la ha sumergido cada vez más, pues datos oficiales señalaron que 5.2 millones de alumnos no continuaron con sus estudios en el 2021.
Ante este panorama, se hace necesario que luchemos por una educación de calidad y para todos porque es justa y necesaria, pero sobre todo para el desarrollo de nuestra sociedad.
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