Si bien este fin de semana Morena en Tlaxcala dio de qué hablar sólo fue para exhibir los conflictos internos y fracturas por la elección de candidatos.
Vaya conflicto está convertido Morena en Tlaxcala, luego que este fin de semana ha continuado sin control la lista de escándalos en todos los frentes políticos. Y es que en apenas unas cuantas horas nuevamente la desbandada de militantes ha sido el pan nuestro de cada día. Un verdadero embrollo que no tiene fin, al menos en el horizonte.
El peligro es constante y más en pleno proceso de campañas por la gubernatura, un botín que luce en medio de un campo de espinas para los morenistas en Tlaxcala. Si bien este fin de semana Morena en Tlaxcala dio de qué hablar sólo fue para exhibir los conflictos internos y fracturas por la elección de candidatos.
Simplemente, Ricardo Morales Cruz, aspirante morenista en Apizaco, anunció a los cuatro vientos su dimisión al partido y llegada a Encuentro Solidario (PES). Será, justamente bajo estas filas que buscará consolidar la candidatura al ayuntamiento. Así de simple, les dijo adiós. ¿La razón?
En primer lugar, no fue convocado a participar en el proceso interno y, además, los mecanismos de selección fueron los reclamos. O sea, las benditas encuestas patito de Morena. Si no fuera suficiente, ahí tenemos otra bomba. Militantes e integrantes de “Un pacto desde abajo”, brazo morenista que ha buscado colocarse con candidaturas, denunciaron que la candidata al gobierno de Tlaxcala Lorena Cuéllar Cisneros ha impuesto perfiles. Entre ellos, puro chapulín, así como los definieron.
Al frente de los integrantes de “Un pacto desde abajo” estuvo Floria Hernández, quien busca una candidatura federal. La denuncia, además, fue simple: la candidata se ha “entrometido” en la vida interna de Morena en Tlaxcala.
Así de caliente anda el ambiente político en el partido. Con todos estos conflictos, ¿en verdad quieren ganar la gubernatura, las diputaciones federales, locales, ayuntamientos o presidencias de comunidad? Está visto que el CEN de Morena no sólo ha abandonado a la dirigencia en Tlaxcala, sino que son un cero a la izquierda. Ya ni de la operación cicatriz hablamos. A este paso Morena en Tlaxcala estará condenado a la derrota. ¿Quiénes son los culpables de esta crisis?
Todos los dirigentes que han visto las candidaturas como un pago de facturas al mejor postor. De ese tamaño es la fractura que nadie quiere reconocer. Se avecina una tormenta y nadie en Morena saldrá bien parado. Al tiempo.
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