MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

México se tiñe de sangre con la 4T

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El presidente de México Andrés Manuel López Obrador, aparece en una de sus tantas conferencias de prensa llamadas “La Mañanera” flanqueado por el sub secretario de Seguridad Pública Ricardo Mejía Berdeja, ambos se miran seguros de que son cómplices en una cuestión de enorme gravedad, los dos le mienten a los mexicanos diciendo que en cuestión de seguridad todo avanza por el camino correcto, mientras que afuera en diversas entidades del país, las bandas criminales siguen actuando con sobrada impunidad, tiñendo de sangre y muerte a la Nación dirigida desde palacio nacional por la famosa Cuarta Transformación emanada de los reductos del Movimiento de Regeneración Nacional.

Ahora, la torpeza del gobierno mexicano ya no consiste únicamente en no haber atendido debidamente la pandemia de la Covid-19 por lo que es responsable de miles y miles de muertes que pudieron haberse evitado, también está la pésima estrategia implementada para combatir la inseguridad y criminalidad, las desapariciones de mexicanos o las ejecuciones a cualquier hora del día y la noche.

Lavándose las manos como Pilatos, López Obrador, lejos de actuar para frenar tan enorme tragedia nacional, se dedica a responsabilizar a los gobiernos del pasado a la vez que sigue promoviendo su famoso refrán de “abrazos no balazos” pues según él, quienes asesinan impunemente también son seres humanos que merecen ser tratados con sobrada benevolencia.

Es evidente que la 4T se encuentra en un callejón sin salida, después de la sobrada indignación mundial generada por el asesinato de los jesuitas Javier Campos y Joaquín Mora, y el guía de turistas, Pedro Eliodoro Palma -registrado al interior del templo de la comunidad de Cerocahui, municipio de Urique, Chihuahua.

De acuerdo a las publicaciones en diversos medios nacionales, el secretario general de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), Ramón Castro Castro, señaló que los índices de violencia y sus estructuras de muerte se han desbordado e instalado en nuestras comunidades desfigurando a la persona humana y destruyendo la cultura de paz.

Es necesario y urgente, anexó, esperar una respuesta a la altura de las circunstancias por parte de las autoridades civiles de todos los niveles, ya que es responsabilidad de quienes gobiernan procurar la justicia y favorecer la paz y la concordia.

En contraparte se debe señalar que lejos de pugnar por una estrategia en materia de seguridad, el encargado de ese aspecto Ricardo Mejía Berdeja, está más dedicado a su futurismo político, diciéndose el conquistador de los coahuilenses a quienes asegura que llegará a gobernar sin importarle en lo mínimo que la patria se siga llenando de sangre y la impunidad de los responsables esté presente, bastando imaginar que si ha fracasado y engañado a los mexicanos desde esa encomienda, difícilmente podrá brindar tranquilidad a Coahuila.

El comunicado emitido por el CEM advierte que: “Es tiempo de escuchar a la ciudadanía, a las voces de miles de familiares de las víctimas, de asesinados y desaparecidos, a los cuerpos policiacos maltratados por el crimen, a los académicos e investigadores, a las denuncias de los medios de comunicación, a todas las fuerzas políticas, a la sociedad civil y a las asociaciones religiosas”.

Desde Guadalajara, el cardenal José Francisco Robles, afirma que “el abrazos no balazos es un mensaje de impunidad” y que los asesinatos de los curas demuestran una estrategia fallida.
Porque refiere: “Ellos no entienden de abrazos, ellos solamente saben de balazos, y no estoy diciendo con esto que el Gobierno tiene que tomar la estrategia de echarles balazos a esta gente, no, sencillamente de llevarlos ante la ley”.

Lo cierto es que la violencia se ha desbordado en todo el territorio mexicano, siendo una cuestión confirmada que se ha acentuado en los lugares donde Morena ha llegado a gobernar aunque López Obrador califique de “ruin” que se culpe al gobierno federal por tan sobradas muertes en lo que va de su sexenio, superando con creces a gobiernos anteriores.

No se ve por dónde pueda resolver tan difícil circunstancia el gobierno Lopezobradorista que inmerso en un falso populismo ha incentivado la criminalidad a lo largo y ancho de la patria tal como se confirma en ese mismo comunicado de la conferencia del Episcopado Mexicano, que menciona; “Esta realidad de violencia nos golpea, nuestro México está salpicando sangre de tantos muertos y desaparecidos, entre ellos 27 sacerdotes, incluidos los padres jesuitas que han sido asesinados por el crimen organizado, identificándose así con los miles de víctimas de nuestro pueblo que han tenido este fin, junto con las decenas de miles de desaparecidos a quienes sus familias siguen buscando”. 

Mientras tanto, López Obrador y Mejía Berdeja siguen asegurando que todo en México está en calma, que vamos por el rumbo correcto, aunque la patria se siga pintando de sangre y muerte, bajo el estigma de construir una patria transformada que no se desea mientras imperen los criminales y su sobrada impunidad.

 

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