México es la décimo séptima economía del mundo, por un lado la grandeza de sus recursos naturales y humanos ha forjado la riqueza de Carlos Slim, de Grupo Carso; de Sara Mota de Larrea, de Grupo México; y de Ricardo Salinas Pliego, de Grupo Salinas, pero por otro el Índice de Desarrollo Humano (IDH), que elabora las Naciones Unidas para medir el progreso de un país y con ello el nivel de vida de sus habitantes, indica que se encuentran en el puesto 86 de 196 países al ser el salario medio de los mexicanos uno de los más bajos del mundo, efecto que implica que hasta 2022 el Inegi reportara que durante el tercer trimestre del año se encontraban 51.6 millones de personas en pobreza laboral; es decir, 40.1% de su población.
Este contraste, se debe a una inequitativa distribución de la riqueza social que ha servido actualmente para que el gobierno de Morena, representado por Andrés Manuel López Obrador, se enquiste en el poder al atacar solamente en los dichos al régimen capitalista que impera en México, además de complementar su campaña con la frase de “por el bien de todos, primero los pobres”, expresión que consolidó con las transferencias monetarias a través de los Programas para el Bienestar, que de acuerdo con palabras del presidente les llega a 30 millones de familias de las 35 millones que componen al país.
Apoyos federales que benefician a 10 millones 500 mil adultos mayores con una pensión de cuatro mil 800 pesos bimestrales, cifra que en este mes de marzo se duplicará a nueve mil 600 pesos, previo a la campaña para gobernador en el Estado de México; un millón 300 mil personas con discapacidad reciben una pensión de dos mil 800 pesos bimestrales; tres millones 732 mil familias con niñas y niños de preescolar, primaria y secundaria reciben becas de mil 680 pesos y niños con discapacidad tres mil 600 pesos bimestrales; 113 mil 971 escuelas de educación básica, las sociedades de madres y padres de familia reciben su presupuesto para el mantenimiento y rehabilitación de los planteles educativos.
Además, cuatro millones 155 mil estudiantes de bachillerato o escuelas públicas de nivel medio superior reciben becas de mil 680 pesos bimestrales; dos millones 339 mil personas de 18 a 29 años se han capacitado para el trabajo como aprendices con seguro social y un apoyo mensual de cinco mil 258 pesos a través del programa Jóvenes Construyendo el Futuro; 410 mil estudiantes universitarios se les apoya con dos mil 450 pesos mensuales; 283 mil 535 madres trabajadoras con 800 pesos mensuales para que tengan a sus hijos en estancias infantiles y 180 mil pescadores son beneficiados con 7 mil 200 pesos de forma anual.
Sin embargo, el propio Gobierno federal informó que en el Cuarto Informe de esta administración, el número de beneficiarios directos de seis programas sociales es de 24 millones 669 mil 508, es decir que cinco millones no son beneficiarios de los apoyos federales. Pero de acuerdo con los datos de la ENOE, entre el primer trimestre de 2021 y el respectivo de 2022 el total de hogares que reciben programas sociales aumentó en 4% y alcanzó un promedio de 34% del total de hogares.
Pero lo más grave de las transferencias económicas es que no llegan a la población más pobre según el análisis realizado por el Instituto de Estudios sobre la Desigualdad (Indesig), con los datos de la última Encuesta de Ingreso y Gasto de los hogares 2020, las familias más pobres reciben casi los mismos beneficios sociales que los más ricos, y los hogares beneficiarios de programas sociales han pasado de 28 a 30% entre 2018 y 2020.
Cifra que refuerza las estadísticas del primer trimestre del año de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo 2022 (ENOE), que indican que actualmente sólo 52?% de los hogares con menos ingresos (del primer quintil, es decir, el 5% con ingresos laborales per cápita más bajos) recibe al menos un programa social, y en contraparte la mitad de la población con más ingresos se duplicó de 5% a 10%, según Oxfam.
Pero además, el Consejo Nacional para la Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) señaló que de los 120 programas sociales que maneja el Gobierno federal, 67 de ellos recibirán un presupuesto de 352 mil 225.4 millones de pesos y que estos no están vinculados a la reducción de la pobreza. Tales acciones reflejan que los pobres reciban menos recursos y los ricos obtengan al ser beneficiarios de estos programas sociales mayores ingresos.
La misma Oxfam en el 2020 criticó los programas sociales del Gobierno federal al señalar que “los programas sociales de AMLO descuidan a los trabajadores pobres” al publicar por redes sociales el mensaje de que “aunque estos mecanismos son importantes para brindar un esquema de protección social adicional al de la seguridad social, no están diseñados para apoyar a muchas personas en situación de pobreza en esta coyuntura, que trabajan día con día y subsisten con ingresos precarios”.
Entonces si los programas sociales de Morena no combaten la pobreza y ayudan por igual a la clases baja, media y alta ¿cuál es el beneficio para la administración morenista? La respuesta se da en estos días en el Estado de México en donde, como ejemplo, el total de beneficiarios de los adultos mayores deben cambiar su tarjeta bancaria por otra, por lo que deben de acudir, antes del 30 de abril, a renovar el programa social al que están inscritos, lugar y momento que aprovechan los servidores de la nación para aconsejarles que si quieren mantener tal beneficio deben de votar por la candidata de Morena al gobierno del Estado de México. Acción que demuestra que Morena está utilizando los programas sociales para alzarse triunfador en las próximas elecciones mexiquenses, y con ello mantenerse en el poder, al ser un ensayo para las próximas elecciones federales, aunque para tal fin mantiene cautivo al pueblo de México.
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