Avanza el sexenio de Andrés Manuel López Obrador, estamos prácticamente a dos años de que concluya, y los mexicanos siguen en espera de que cumpla las promesas de campaña que hizo y de que se hagan realidad las frases “por el bien de todos primero los pobres”, “Morena, la esperanza de México” y “limpiar las escaleras de arriba abajo”, entre otras.
Por más que se esfuerza el mandatario federal en sus discursos para hacer creer que el mexicano de a pie está muy contento y que, además, está feliz, feliz, feliz…en la vida diaria, nada de esto sucede ¿realmente hay motivo para estar feliz?, desde mi punto de vista no. Veamos algunos datos.
El 29 de agosto inició el ciclo escolar 2022-2023; la Secretaría de Educación Pública (SEP) declaró que las escuelas de educación básica retomarán las clases de forma presencial, al 100 por ciento, se espera que 24 millones 479,952 de estudiantes de educación básica regresen a clases para dejar atrás las clases a distancia y el formato híbrido.
Pero tenemos déficit en infraestructura. El Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), reveló que 48 mil 667 escuelas necesitan reparaciones urgentes, mientras que más de 31 mil carecen de agua potable. La pregunta obligada, ¿Y que se hizo con el dinero destinado al programa de la Escuela es Nuestra?, si del presupuesto destinado a la educación el 94.6 por ciento se fue a dicho programa; es decir, 14 mil 763 millones de pesos.
Pero si revisamos el nivel medio superior nos damos cuenta de que en el ciclo escolar 2021-2022 la deserción fue de más de 563,000 jóvenes de este nivel que abandonaron sus estudios y que ven truncada su carrera, principalmente, porque sus padres no pueden cubrir los gastos familiares.
Ya que el aumento en los precios de los artículos y alimentos que los mexicanos necesitan para vivir está a la orden del día y causa un gran daño a la economía familiar, sobre todo porque los alimentos registran un aumento anual en la primera quincena de agosto del 13.77 por ciento.
Y los programas emblemáticos de López Obrador, enfocados a los jóvenes, como Jóvenes Construyendo el Futuro y las Universidades del Bienestar Benito Juárez, no han dado buenos resultados.
La educación es un tema que a todos nos debe interesar y en el que todos nos debemos involucrar, incluidos los tres niveles de gobierno que, en los hechos, han demostrado que hay muy poco interés para invertir en este rubro, a pesar de que de eso depende el presente y el futuro de nuestro país.
Desafortunadamente las cosas no pintan mejor para este ciclo escolar, “La inflación no para y supera expectativas; llega a 8.62 por ciento en la primera quincena de agosto”, cabeceó su nota el diario El Universal, el 24 de agosto, “la inflación continuó su carrera ascendente durante la primera mitad de este mes, superando las expectativas de los especialista, impulsada principalmente por los aumentos en los precios de alimentos”, revelan datos del Inegi publicados por este diario.
Por lo tanto, ahora es más difícil para los padres de familia cubrir los gastos de sus hijos en el retorno a clases, ¿Cómo hacer rendir el dinero, el poco ingreso que se tiene en los hogares mexicanos?, si un trabajador formal gana 9311.00 pesos al mes, mientras que al trabajador informal le ingresan $4,544.00 mensuales (El Universal 23 de agosto), y si a esto le sumamos los millones de mexicanos desempleados, definitivamente no hay motivo para creer en los discursos de López Obrador cuando estos van en sentido totalmente inverso a la realidad que viven los hogares mexicanos.
Es momento de reaccionar y asumir una actitud crítica ante los discursos y los resultados de quienes gobiernan el país.
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