¿Quién fue Marta Harnecker y cuál es la importancia de su obra? En términos muy generales, podemos decir que Marta Harnecker fue una divulgadora del pensamiento marxista, una pedagoga popular, y su obra, fundamentalmente, consiste en eso, en un intento por difundir, popularizar, hacer asequibles las ideas de Marx y otros revolucionarios. En este sentido, es habitual, es común que muchas de las personas que recién se aproximan al marxismo, recurran a los libros de Marta como una vía de acceso, como un primer paso para tratar de comprender el materialismo dialéctico e histórico, la lucha de clases, el modo de producción y las relaciones de producción capitalistas, etc.
Entonces, Marta Harnecker fue una divulgadora del pensamiento marxista. Sin embargo, toda divulgación es al mismo tiempo una interpretación y, en alguna medida, una simplificación. En otras palabras, cuando alguien hace el esfuerzo de comprender, sintetizar y poner en términos más comprensibles algún tema, ese alguien, forzosamente, se ve en la necesidad de dar una interpretación a lo que lee y explica, y además debe encontrar la manera de presentarlo de forma simple, que sea comprensible para su público.
El divulgador o la divulgadora, entonces, para poder hacer su trabajo debe interpretar y simplificar lo que pretende enseñar. De manera que el divulgador corre el riesgo de cometer errores, ya sea interpretando equivocadamente o caricaturizando, simplificando demasiado su tema. La labor no es sencilla. Hay temas científicos o filosóficos tan avanzados, que, para comprenderlos bien, cabalmente, es necesario que seamos nosotros los que elevemos nuestra comprensión, pues el tema difícilmente puede ponerse en términos más sencillos sin caer en una tergiversación o en una caricaturización. Pero elevar nuestra comprensión es un proceso que requiere tiempo, esfuerzo y sobre todo mucho interés y curiosidad.
En realidad, casi todos los temas, para ser bien comprendidos, requieren que seamos nosotros quienes nos elevemos y desarrollemos nuestras capacidades de abstracción, análisis, síntesis, reflexión, creatividad y crítica. El conocimiento no nos va a caer del cielo, ya digerido y procesado, para que lo entendamos sin necesidad de esforzarnos. Y nosotros no vamos a poder alzarnos mágicamente a alcanzarlo sin antes atravesar por un arduo, laborioso proceso de educación.
Aquí es donde radica la importancia de los divulgadores y, por lo tanto, aquí radica también la importancia de la obra de Marta Harnecker. El divulgador es alguien que nos ayuda a tender los primeros lazos, las primeras conexiones entre nuestro entendimiento actual y el conocimiento nuevo que queremos alcanzar. Esas conexiones son las que nos ayudarán a construir los puentes firmes que nos permitirán avanzar en nuestro conocimiento. Pero esos puentes debemos construirlos nosotros, cada uno, con nuestro propio esfuerzo e intelecto. Nadie va a venir a pensar por nosotros. La importancia de las y los divulgadores radica en esto, en que nos ayudan a dar los primeros pasos en nuestra búsqueda de conocimientos. Pero es importante tener en mente que se trata solo de los primeros pasos.
A mi modo de ver, la labor del divulgador debe cumplir necesariamente con dos requisitos: el primero es facilitar, ayudar a que sus lectores comprendan algunas nociones básicas que le permitirán profundizar o entrar a temas más avanzados; el segundo requisito es que el divulgador debe despertar la curiosidad y el interés de su lector. Si el lector o estudiante se conforma con la versión del divulgador, si el divulgador no logró despertar en él o en ella las ganas de saber más, entonces el divulgador no habrá conseguido su objetivo y el estudiante no podrá avanzar en su conocimiento o, peor, no podrá avanzar y además creerá que ya lo sabe todo. Esto es algo que hay que evitar.
El estudio en general, y el estudio del marxismo en particular, son tareas que nunca están completas. Nunca podemos llegar a saberlo todo. Pero sí podemos trabajar constantemente, conscientemente por ser cada día más cultos y conocedores. Y para eso es necesario estudiar. Pero es necesario estudiar con curiosidad, haciéndonos preguntas y cuestionando al autor. Porque, así como no podemos llegar a saberlo todo, tampoco está todo dicho y resuelto. Ningún libro, ni siquiera todos los libros que se han escrito, abarcan todo el conocimiento de la realidad. Por eso tenemos que estudiar, no solo con el ánimo de comprender, sino también con el ánimo de dudar y cuestionar.
El mejor conocimiento no es el que se memoriza y se repite. El mejor conocimiento es el que, además de haberse memorizado, nos hace reflexionar, nos hace pensarnos a nosotros mismos y al mundo de una manera más realista, más crítica y autocrítica, y que, además, nos permite estudiar, comprender y explicar fenómenos y problemas nuevos. Ese es el conocimiento más importante, el que incorporamos y asimilamos, que nos transforma y que nos permite avanzar en nuestra comprensión del mundo. Y esto es importante, precisamente, porque el conocimiento, la comprensión correcta de la verdad, es la condición necesaria y uno de los medios más eficaces para transformar la realidad con arreglo a nuestros intereses y objetivos.
Pero volvamos a Marta Harnecker. La pedagoga popular, como a ella le gustaba pensarse, escribió más de 89 textos, entre libros y folletos. Con estos trabajos, su autora trató de facilitar a los pueblos de América Latina el pensamiento marxista y no solo de forma teórica, sino también aplicada. Entre todos sus escritos, además de trabajos de divulgación, hay también trabajos de análisis y reflexión en torno a los procesos políticos de Nicaragua, El Salvador, Colombia, Venezuela y Cuba[1].
Sin embargo, su libro más famoso es el de Los conceptos elementales del materialismo histórico[2] (Harnecker, 2013), que ya va en su edición número 66. Este libro, que ha sido ampliamente difundido, fue escrito y publicado originalmente en 1969. Después, en 1985 sería reeditado, corregido y ampliado. Esta es la versión que circula hoy en día. El libro es relativamente extenso, con más de 300 páginas. Y aunque es un libro introductorio, por su extensión y detalle, quizás aún pueda resultar un tanto complicado para algunos lectores. Marta ya había considerado esto, por lo que había escrito y publicado varios folletos en la colección Cuadernos de educación popular a inicios de la década de 1970, durante el Gobierno Popular de Salvador Allende, en Chile. Estos textos tenían el objetivo de ser mucho más sencillos y accesibles para las clases populares y también fueron ampliamente difundidos en los distintos países de América Latina (Harnecker, 1996).
Sin embargo, Marta tenía una preocupación: que las ideas vertidas en esos folletos fueran distorsionadas, parcializadas o que no cumplieran, adecuadamente, con su objetivo pedagógico. Por eso se planteó la tarea de elaborar un nuevo libro. Este libro recuperaría los folletos publicados a inicios de 1970 y los juntaría en un solo texto. Su objetivo era elaborar un mejor material, que ayudara a la educación política de las clases populares y que, al mismo tiempo, les permitiera tener una visión de conjunto de los distintos temas, evitando así tergiversaciones. Además, al elaborar un nuevo libro, Marta podría poner un mayor énfasis y cuidado en el aspecto pedagógico del texto, elaborando preguntas y problemas que invitaran al lector, no solo a aprenderse los temas, sino a aplicarlos para pensar su propia realidad. Finalmente, Marta elaboró y publicó el libro, que ahora conocemos con el nombre de ¿Qué es la sociedad? (Harnecker, 1996).
Con este libro, Marta trató de presentar, en muy breve espacio, todo lo que consideró fundamental para comenzar a estudiar marxismo, especialmente las partes económica y política. El libro, está compuesto de nueve capítulos, y aunque en algunas ediciones tiene una extensión relativamente grande, de casi 200 páginas, el texto en verdad es bastante corto. Con cada capítulo, la autora trata de presentar uno de los argumentos centrales del pensamiento marxista, que el sistema económico que impera en nuestros días, el modo de producción capitalista, es un sistema que guarda en su propio seno las contradicciones que lo llevan a ser insostenible, al mismo tiempo que crean las condiciones para su propia superación.
Así, el libro comienza hablando de la producción de riquezas, para después abordar las particularidades de esta producción bajo el capitalismo. Estas particularidades llevan a Marta a hablar de las clases sociales, la explotación y la propiedad privada. En otras palabras, Marta comienza su libro abordando, a grandes rasgos, lo que comúnmente conocemos como estructura económica de la sociedad. Después habla de la relación entre dicha estructura y la superestructura social. Siguiendo esta analogía, esta metáfora de la sociedad como un edificio, se entiende que la estructura económica es la base que condiciona, en última instancia, otro tipo de manifestaciones o fenómenos sociales como la cultura, la política, la religión, la filosofía, etc. Por supuesto, esta metáfora arquitectónica, de la sociedad como un edificio, es solo eso, una metáfora que nos ayuda a comprender que, en última instancia, todas las prácticas y relaciones humanas están condicionadas, aunque no mecánicamente, por las prácticas y relaciones de subsistencia, es decir, por las prácticas y relaciones de producción. Pero la sociedad no es en realidad un edificio. Por eso debemos tener cuidado, pues el uso inadecuado de esta metáfora nos puede llevar a malas interpretaciones. Las relaciones entre la estructura económica y la llamada superestructura son bastante más complejas. Sin embargo, la metáfora nos ayuda como una primera forma de entender el problema. Prosigamos.
El libro continúa hablando del Estado, y su condición de clase. En este punto, lo que Marta busca enfatizar es otra cuestión central para el pensamiento marxista: que la política y el Estado no son neutrales con respecto a los intereses antagónicos de la burguesía y el proletariado. La política y el Estado no son meros administradores, sino que toman partido y defienden los intereses de la clase dominante: la burguesía. En este sentido, la lucha de clases, que en su forma más básica gira en torno a intereses económicos, se extiende también a la política. Y no solo a la política. La lucha de clases, entendida como el conflicto, a veces evidente y directo y otras veces soterrado e indirecto, entre las clases sociales y sus distintos estratos, se extiende a todas las esferas o dominios de la sociedad. Por eso es muy importante, imprescindible, comprender las principales tendencias y lógicas detrás de esta lucha, de este conflicto.
Después de abordar todos estos temas, el libro llega a uno de sus puntos centrales, las contradicciones propias, inmanentes del modo de producción capitalista. Dentro de estas contradicciones, una, la contradicción principal, consiste en que, por un lado, el capitalismo hace que la producción sea cada día más social, más global, mientras que, por otro lado, ese mismo capitalismo hace que la riqueza, producida por todos los trabajadores, se concentre en las manos de unos pocos propietarios privados. Esta contradicción, entre el carácter social de la producción y el carácter privado de la apropiación de riqueza, es una de las contradicciones que hacen que dicho modo de producción sea cada día más insostenible.
Pero, como dicen Marx y Engels en el Manifiesto del partido comunista (1848/2012), el capitalismo no solo cava su propia tumba, sino que también crea sus propios sepultureros: el proletariado. Aquí, el proletariado está integrado por todos aquellos trabajadores que, por no contar con medios de producción, se ven en la necesidad de vender su fuerza de trabajo a un productor privado. Estos trabajadores son los que en realidad producen toda la riqueza social y, sin embargo, no tienen acceso a ella. Son estos trabajadores los que tienen que alcanzar una clara conciencia sobre su situación, sobre sus intereses y sobre su fuerza, que radica en su número y en su posibilidad de organizarse para defender sus propios intereses.
Llegados a este punto del libro, Marta se detiene, finalmente, a hablar de socialismo y comunismo. Aquí, la autora chilena suscribe la concepción del socialismo como primera etapa de construcción del comunismo. El socialismo vendría a ser un periodo de transición, por lo que su tarea consistiría en edificar, en construir las bases para una nueva sociedad y una nueva economía. Esta nueva economía tendría que erigirse sobre una nueva forma de propiedad de los medios de producción. Esta propiedad no sería privada ni estatal, sino social. Y la producción, altamente desarrollada y tecnificada (además de sustentable), tendría que estar orientada a la satisfacción de las necesidades sociales e individuales.
Por supuesto, lo que Marta nos presenta en estos últimos apartados no debe entenderse como una premonición o un presagio. El comunismo, como dicen Marx y Engels (1846/2014), no es un sistema ya prefigurado, ya pensado y planeado por la cabeza de algún teórico y que solo debe ser instaurado. El comunismo es solo uno de nuestros futuros posibles; un futuro en el que las actuales contradicciones y lógicas del sistema económico se verán superadas de manera positiva, abriendo la posibilidad de una sociedad más justa y mejor, aunque tampoco perfecta o ideal. El comunismo no es una utopía, es una posibilidad cuyas bases o cimientos se encuentran al interior del sistema actual.
En este sentido, la tarea de los comunistas no debe entenderse como la de instaurar una utopía. La tarea de los comunistas consiste, esencialmente, en contribuir a la organización y educación del proletariado como clase. Y esta labor tiene un doble objetivo: el primero es ayudar a que el proletariado comprenda y estudie su propia realidad como clase social, de manera que sea capaz de discernir, de entender mejor cuáles son sus intereses, cuáles son sus objetivos y cuáles son las mejores vías, tácticas y organizativas, para realizarlos; el segundo objetivo es contribuir a que el proletariado se organice para la defensa real de sus intereses. Esto es importante porque la organización y la educación no pueden ir desligadas. La práctica organizativa es también una parte importante de la educación del proletariado.
La tarea de los comunistas es, entonces, la de contribuir a la educación y organización del pueblo para que este, con sus propias fuerzas y su propia razón, sea capaz de comprender su realidad y sea capaz de tomar las acciones necesarias para la defensa de sus intereses en cada momento histórico, en cada contexto y en cada coyuntura específicas.
Entonces, en ¿Qué es la sociedad? Marta se ocupa de darnos un panorama general: (1) las características y funcionamiento básico del capitalismo, así como su lógica de clases sociales antagónicas, (2) las relaciones entre esta estructura económica y los demás dominios de la sociedad, entendidos aquí como superestructura, (3) las contradicciones fundamentales del capitalismo, y (4) algunas reflexiones en torno a la posible transición socialista y el desarrollo del comunismo. Por supuesto, el libro de Marta se limita darnos un panorama muy general de cada uno de estos temas. Por eso es imprescindible terminar el libro y avanzar, para poder ampliar y profundizar nuestra comprensión.
Finalmente, hay que decir que el marxismo de Marta Harnecker es un marxismo altamente influido por el pensamiento y la obra de Luis Althusser. Pero ¿quién fue Luis Althusser y por qué es importante considerar esto? Veamos. En la década de 1960, Marta acababa de egresar de la licenciatura en psicología y era dirigente de la Acción Católica Universitaria. El interés de Marta por la revolución tiene, cuando menos, dos fuentes originarias: primero, la influencia de comunistas católicos, que en aquellos años trataban de mancomunar el pensamiento revolucionario con las ideas humanistas y emancipatorias del cristianismo, y, segundo, la revolución cubana, que se había consumado apenas en 1959 y que Marta tuvo la oportunidad de conocer al poco tiempo. Ya con estas inquietudes, Marta obtiene una beca para estudiar en Francia y allá se pone en contacto con un sacerdote comunista, quien le recomienda buscar a Althusser. Con él, Marta Harnecker se volvería marxista[3].
Louis Althusser es uno de los filósofos marxistas más conocidos y controversiales de la segunda mitad del siglo XX. Fue profesor de la Escuela Normal Superior en Francia, donde dio clases de filosofía y, junto con Henri Lefebvre, es uno de los marxistas franceses más conocidos a nivel mundial. La postura teórica de Althusser, sin embargo, fue bastante polémica. Por su concepción sobre la ideología, la filosofía y la ciencia, Althusser terminó cayendo en posturas teoricistas, que Adolfo Sánchez Vázquez (1983) se ocupó de señalar y criticar ampliamente. Por otro lado, estuvieron los intentos de Althusser, por desterrar a la dialéctica del pensamiento marxista. A su modo de ver, tal filosofía era algo que formaba parte del pasado intelectual de Marx, pero que no era central para comprender su teoría económica. Esta interpretación equivocada del marxismo, que él mismo cuestionó en Elementos de autocrítica (1974), ha sido también fuertemente criticada por otros marxistas (Kohan, 2013). Además, es probable que sea precisamente esta falta de comprensión de la dialéctica marxista la que llevó a Althusser a sustentar posiciones estructuralistas, entendiendo por estructuralismo un énfasis excesivo y unilateral, no dialéctico, en la determinación de los individuos y su conciencia por parte de la estructura económica.
En pocas palabras, el marxismo althusseriano es cuando menos polémico y cuestionable. Por supuesto, esto no quiere decir que Althusser no haya tenido contribuciones importantes al marxismo, y tampoco quiere decir que los errores que Althusser haya podido cometer se hayan trasladado necesariamente a la obra de Marta Harnecker. Lo que es importante tener en cuenta es que dentro del pensamiento marxista también hay corrientes e interpretaciones y algunas interpretaciones son más o menos precisas, más o menos correctas. Por eso tenemos que entrenar nuestro pensamiento para hacer una lectura crítica de las obras que estudiamos. Y esto es importante considerarlo porque, a final de cuentas, el marxismo es un pensamiento vivo, que cambia, que avanza y que se transforma. En este sentido, diferentes corrientes del marxismo han hecho aportes en diferentes áreas, algunos han profundizado o desarrollado el pensamiento político, otros el pensamiento económico, otros la filosofía, y otros más, incluso, han llevado el método marxista de conocimiento a otras disciplinas. Y no todas las corrientes del marxismo están de acuerdo en todos y cada uno de los temas. Por eso es importante saber quién escribe, desde qué posición y con qué influencias. Y esto aplica no solo para el marxismo, aplica para todas las ciencias y filosofías.
En conclusión, Marta Harnecker fue una gran divulgadora del pensamiento marxista, a la que le debemos mucho en América Latina. Aún hoy, sus libros más conocidos, siguen siendo un recurso útil para que muchas personas inicien sus estudios en el marxismo. Estos textos, sin embargo, hay que tomarlos con el espíritu que su autora siempre buscó imprimirles: un espíritu pedagógico, que le brindara a sus lectores las nociones básicas para proseguir con sus estudios, pero de una manera crítica, no dogmática, tratando de despertar la curiosidad del lector y su interés por aprender más. Este es el espíritu con que debemos dar nuestros primeros pasos en el estudio del marxismo y no conformarnos con eso. Nuestro objetivo debe ser avanzar en nuestro conocimiento, no sólo con el ánimo de comprender a los autores, sino con el ánimo de asimilar, críticamente, sus ideas, para incorporarlas en nuestra mente como herramientas que nos ayuden a comprender nuestra siempre cambiante realidad. El conocimiento más importante es el que está por hacerse, el que necesitamos para resolver nuevos problemas y enfrentar nuevas circunstancias, el que necesitamos para la revolución.
Referencias
Althusser, L. (1974). Elementos de autocrítica. Editorial Laia.
Harnecker, M. (1996). ¿Qué es la sociedad? Editorial Nuestro Tiempo.
Harnecker, M. (2013). Los conceptos elementales del materialismo histórico. Siglo XXI.
Kohan, N. (2013). Nuestro Marx. La oveja roja.
Marx, K., & Engels, F. (2012). Manifiesto del Partido Comunista. En Textos Selectos y Manuscritos de París; Manifiesto del Partido Comunista con Friedrich Engels; Crítica del Programa de Gotha. Editorial Gredos.
Marx, K., & Engels, F. (2014). La Ideología Alemana. Akal.
Sánchez Vázquez, A. (1983). Ciencia y revolución. El marxismo de Althusser. Grijalbo.
Libros y folletos de Marta Harnecker |
|
Año |
Título |
1969 |
Los conceptos elementales del materialismo histórico |
1971 |
Explotados y explotadores |
1971 |
El Capital: conceptos fundamentales |
1971 |
Explotación capitalista |
1971 |
Clases sociales y lucha de clases |
1972 |
Capitalismo y socialismo |
1972 |
El partido: su organización |
1972 |
El partido: vanguardia del proletariado |
1972 |
Imperialismo y dependencia |
1972 |
Monopolios y miseria |
1972 |
Socialismo y comunismo |
1973 |
Alianzas y frente político |
1973 |
Dirigentes y masas |
1973 |
Estrategia y táctica |
1979 |
Sobre las dificultades objetivas de la revolución: lo que el pueblo debe saber |
1979 |
Cuba ¿dictadura o democracia? |
1983 |
Pueblos en armas |
1983 |
Nicaragua: el gran desafío |
1985 |
La revolución social: Lenin y América Latina |
1985 |
Fidel: la estrategia política de la victoria |
1985 |
La deuda externa |
1985 |
Reflexiones acerca del problema de la transición al socialismo |
1985 |
Estrategia y táctica |
1986 |
¿Qué es la sociedad? |
1986 |
Nicaragua: el papel de la vanguardia |
1986 |
Los cristianos y la revolución sandinista |
1987 |
Enemigos, aliados, frente político |
1987 |
Perestroika: la revolución de las esperanzas |
1988 |
El Salvador: Partido Comunista y guerra revolucionaria |
1988 |
José Antonio Echeverría: movimiento estudiantil en la revolución cubana |
1988 |
Colombia: ELN: unidad que multiplica |
1988 |
Colombia: combinación de todas las formas de lucha |
1989 |
Che: vigencia y convocatoria |
1989 |
Entrevista con la nueva izquierda |
1989 |
El Salvador: La guerra revolucionaria, un largo camino a la victoria |
1990 |
Vanguardia y crisis actual |
1991 |
El socialismo: ¿una alternativa para América Latina? |
1991 |
Con la mirada en alto, historia de las FPL |
1991 |
Ideas nuevas para tiempos nuevos |
1991 |
Frente Amplio: los desafíos de una izquierda legal |
1991 |
Hacia el siglo XXI. La izquierda se renueva |
1993 |
Una alcaldía asediada |
1993 |
Aprendiendo a gobernar |
1993 |
De armonía y conflictos |
1993 |
Triturados por el aparato institucional |
1994 |
El sueño era posible |
1994 |
Gobernar tarea de todos |
1994 |
Retos de la mujer dirigente |
1994 |
Memoria oral y educación popular, reflexiones metodológicas |
1995 |
Haciendo camino al andar |
1995 |
Forjando la esperanza |
1995 |
Un pueblo que se constituye en gobierno |
1995 |
La lucha de un pueblo sin armas |
1995 |
Alcaldía de Caracas: donde se juega la esperanza |
1997 |
Fraguando el porvenir (escuela y comunidad) |
1997 |
Construyendo casas y transformando al hombre |
1998 |
Haciendo posible lo imposible: la izquierda en el umbral del siglo XXI (preliminar) |
1999 |
La Izquierda en el Umbral del Siglo XXI. Haciendo posible lo imposible |
1999 |
Delegando poder en la gente: presupuesto participativo en Porto Alegre, Brasil |
2000 |
Buscando el camino |
2001 |
La izquierda después de Seattle |
2002 |
Sin Tierra. Construyendo Movimiento Social |
2002 |
Hugo Chávez Frías. Un hombre, un pueblo |
2003 |
Militares junto al pueblo |
2003 |
Pinceladas de la historia de Cuba: testimonio de 19 abuelos |
2004 |
Venezuela: una revolución sui generis |
2005 |
Diseñando con los vecinos de la manzana |
2005 |
Herramientas para la participación |
2005 |
Presupuesto Participativo en Caracas, La experiencia del Gol |
2005 |
Los desafíos de cogestión (Cadafe y Cadela) |
2006 |
Reconstruyendo la Izquierda |
2007 |
Gobiernos comunitarios. Transformando el estado desde abajo |
2008 |
El P-MAS de Paraguay. Un instrumento político que nace del estudiantado |
2008 |
El sistema político yugoslavo. Buscando un camino alternativo al sistema representativo burgués y al sistema estatista soviético |
2008 |
Alfredo Maneiro. Ideas políticas para el debate actual |
2008 |
Transfiriendo poder a la gente. municipio Torres, Lara, Venezuela |
2008 |
MAS?IPSP de Bolivia. Instrumento político que surge de los movimientos sociales |
2009 |
Planificación participativa en comunidad |
2009 |
De los consejos comunales a las comunas. construyendo el socialismo del siglo XXI |
2009 |
Estado Kerala, India: una experiencia de planificación participativa descentralizada |
2009 |
Planificación y democracia económica de Pat Devine, resumido por Marta Harnecker y Camila Piñeiro |
2009 |
La descentralización ¿fortalece o debilita el estado nacional? (coordinadora) |
2010 |
América latina y el socialismo del Siglo XXI. Inventando para no errar |
2011 |
Ecuador: Una nueva izquierda en busca de la vida en plenitud |
2012 |
Para entender el capitalismo. Conceptos previos |
2012 |
Sobre la explotación capitalista |
2013 |
Instrumentos de la política |
2013 |
Un mundo a construir (nuevos caminos) |
2015 |
Planificando desde abajo. Una propuesta de planificación participativa descentralizada |
[1] Al final del texto, anexo una tabla con todos los libros y folletos publicados de Marta Harnecker.
[2]https://rebelion.org/rebelion-
[3] Estos y otros detalles biográficos los narra la propia Marta Harnecker en una entrevista que le hizo Néstor Kohan en 2014 (https://youtu.be/YnGdv8D55pM)
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