Nicolás Romero, México. La inclusión de todas las personas en las actividades de la sociedad para lograr su pleno desarrollo es una tarea que todavía no está completa; la sociedad aún presenta marcados rasgos de intolerancia e indiferencia hacia los individuos que presentan alguna discapacidad. Por tal motivo, la Organización de las Naciones Unidas (ONU), desde 1992 impulsa cada 3 de diciembre el “Día Internacional de las Personas con Discapacidad”, ya que representa una iniciativa para lograr concientizar a la población sobre la necesidad de la integración de este sector a las oportunidades de educación, empleo y a la formación artística.
En México, el problema de la discriminación hacia las personas que presentan alguna discapacidad, es de consideración; los datos que ofrece la Encuesta Nacional Sobre Discriminación, para el año 2017, 25 de cada 100 personas con discapacidad fueron víctimas de discriminación al menos una vez. La situación en el presente año es bastante similar, sólo que, por la creciente depauperación de los últimos tres años, el 49.4% de las personas con discapacidad vive en la pobreza, lo cual dificulta más su inclusión.
En la escuela primaria “José María Luis Mora”, ubicada en la colonia Clara Córdova Morán, el personal docente y los padres de familia tienen muy presente este problema que lastima gravemente a las personas que se encuentran en esta condición; es por eso que uniendo esfuerzos y sin ningún apoyo de alguna institución oficial o del presidente municipal, Armando Navarrete López, continúan construyendo los accesos necesarios para que los alumnos que presentan alguna discapacidad, puedan utilizar todos los espacios y servicios que se ofrecen aquí.
El sábado por la mañana, los padres de familia, directivos y personal docente se dieron cita para construir cuatro rampas de acceso, que junto con las que estaban construidas previamente, completarán la infraestructura para la atención de los alumnos. De esta manera es como la comunidad escolar hace los esfuerzos para desarrollar una cultura de respeto, tolerancia e inclusión entre los más pequeños, así como también ofrecer una alternativa a quienes forman parte de esta comunidad con alguna discapacidad.
Cuando la educación especial o los programas de inclusión no están contemplados en el presupuesto federal, o bien, cuando esos recursos no se aplican para apoyar a las instituciones que lo requieren, es evidente que la discriminación y la intolerancia que tienen ciertos sectores de la población, es el resultado de la indiferencia de los diferentes niveles de gobierno, es decir, este problema es el reflejo de lo que sucede con la actitud y los intereses de quienes ocupan los más altos cargos públicos.
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