Desde hace dos semanas iniciaron las comparecencias de los secretarios de Despacho del Gobierno de Veracruz ante el Congreso Local, en el marco de la glosa al Segundo Informe de Resultados del Ing. Cuitláhuac García, gobernador constitucional. El ejercicio ha permitido conocer mejor la calidad intelectual y moral de los funcionarios que forman parte de la administración pública estatal y, sobre todo, nos ha permitido enterarnos con mayor detalle del desastre en que tienen sumido a Veracruz. Veamos algunas joyas:
El secretario de Desarrollo Social, Guillermo Fernández Sánchez, abrió la semana el lunes 23 de noviembre. En la víspera de su comparecencia ya había mostrado su grado de compromiso con el bienestar de las familias más pobres de Veracruz, al declarar que una persona podía alimentarse cómodamente con mil pesos al mes, dijo que con ese dinero se podía comer maíz, trigo, arroz, carne de res, pollo y pescado, verduras, leche, huevo, aceites, etc. Al comparecer ante el Congreso, en lugar de retractarse de este absurdo y disculparse con los veracruzanos, defendió su afirmación y se justificó diciendo que "son los datos que maneja el Coneval”; más aún, presumió que el gobierno apoyó a 147 mil familias durante la contingencia y que "han podido salir adelante gracias a los apoyos de mil pesos”. Aclarando motu proprio, lo que muchas voces dijimos durante los meses de confinamiento: al Gobierno de Veracruz nunca le importó apoyar a la gente en desgracia.
Otro caso más. El miércoles fue el turno de Elio Hernández Gutiérrez, secretario de Infraestructura y Obra Pública, quien reconoció que dentro del gobierno sigue permeando el compadrazgo, el pago de favores políticos y la corrupción, pues de 243 obras públicas que se contrataron: 68 se entregaron en adjudicación directa y 128 "por invitación” a solo 3 empresas. Apenas 50 se licitaron públicamente como marca la ley. Informó que de nueva cuenta existe un subejercicio de cerca de 800 mdp de presupuesto que no ha sido asignado a ningún proyecto. Y por si el descaro fuera poco, Elio Gutiérrez presumió los "grandes proyectos” en materia de servicios básicos del gobierno estatal, consistentes en 90 pavimentaciones, 9 construcciones de guarniciones y banquetas, 4 obras de drenaje y alcantarillado y 3 obras de alumbrado y electricidad. Una verdadera vergüenza, dado el nivel de rezago de obras públicas y servicios básicos que padece el estado.
Finalmente, el viernes fue el turno de la Secretaría de Desarrollo Agropecuario Rural y Pesca, encabezada por Eduardo Cadena Cerón, quien señaló como logro fundamental de su administración el recorte de 155 millones de pesos que sufrió el presupuesto de la dependencia, dinero supuestamente utilizado para atender la emergencia sanitaria. Así, para el programa de Fertilizantes y Semillas para el Establecimiento de los Cultivos Básicos solo destinaron 8 millones de pesos para impulsar la siembra de maíz, arroz, frijol, sorgo y soya en 4 mil hectáreas de terreno. La cifra es suficiente para evidenciar el olvido y el desastre que ha provocado este gobierno en el campo. Con tales apoyos, apenas se benefició a un número bastante reducido de campesinos. Tan solo en San Pedro Soteapan, los programas de semillas mejoradas y fertilizantes a bajo costo apoyaban a la producción de más de 16 mil 800 hectáreas de maíz anualmente; ahora, los campesinos de la región han tenido que emigrar como jornaleros ante la imposibilidad de cultivar sus tierras.
Pero el abandono al campo, ha servido para que ese mismo viernes 27 de noviembre, la secretaria de Trabajo y Previsión Social, Diana Aróstegui, se regodeara con los logros de su gestión, pues gracias a su "trabajo” han aumentado hasta en 37% la cantidad de jornaleros agrícolas que emigran a otros estados para tratar de conseguir el sustento de sus familias, pasando de 3, 165 solicitudes de trabajo en 2019 a 5 mil en 2020. Como si el incremento de la miseria de los trabajadores del campo fuera motivo de orgullo. La secretaria también informó que debido a la pandemia se perdieron 55 mil empleos formales en la entidad y que los aprendices que ha formado el programa Jóvenes Construyendo el Futuro no encuentran empleo una vez concluido el año de aprendizaje.
Así, en términos generales, algunos de los secretarios de Despacho del gobierno del Ing. Cuitláhuac García Jiménez solo han confirmado con sus propios datos que la Cuarta Transformación en Veracruz ha resultado, en muchos rubros, peor que los gobiernos corruptos y "neoliberales” del pasado, o cuando menos, que sus funcionarios son igual de ineficaces, cínicos y corruptos.
Queda probado, de igual manera, que el Movimiento Antorchista en Veracruz no se ha equivocado en señalar que durante la pandemia la falta de apoyos económicos para la gente que perdió sus empleos o fuentes de trabajo ha provocado el aumento de la pobreza; que no hay obra pública en el estado, dejándose en el olvido a cientos de pueblos y colonias marginadas, que el campo está en total abandono y, sobre todo, que no existe un programa de gobierno serio que se proponga atender y solucionar los problemas que aquejan a los veracruzanos.
Demuestra además que todas y cada una de las protestas públicas realizadas por diversos sectores sociales y las críticas constantes hacia el gobierno de Cuitláhuac García están plenamente justificadas. Veracruz se encuentra sumida en una crisis económica y social, profundizada por la crisis de gobernabilidad. Nos encontramos, sin exagerar, al borde del desastre y no hay indicios de que se quiera corregir el rumbo.
Solicitarle a los morenistas que actúen de manera diferente, quizá sea pedir peras al olmo, sin embargo, tampoco es opción quedarse callados. Debemos continuar exigiendo que se respeten nuestros derechos y denunciando cada uno de los atropellos contra los veracruzanos. Por lo que a los antorchistas respecta, ya nos preparamos para presentarnos en alguna de las comparecencias que siguen, para ir a decir algunas cuantas verdades sobre este pésimo gobierno morenista.
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