Los precandidatos de Morena a la Presidencia de la República, las famosas “corcholatas” de López Obrador, andan prometiendo que cuando se sienten en la silla presidencial acabarán con la pobreza aplicando políticas económicas que beneficien a los más humildes. Ponen una cara bonita, se sonríen y se toman la foto con los pobres porque son tiempos de campaña, porque hay que ganar votos. Pero lo real es que le mienten a los humildes, porque no aplicarán medidas necesarias para combatir la miseria, ni el hambre, ni la desigualdad. ¿Por qué? Porque son candidatos de los ricos, que cuidan los intereses de los empresarios.
Veamos algunos datos sobre el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, del mismo que impulsa a esas “corcholatas” en Morena. Cuando fue candidato a la presidencia afirmó que su gobierno ayudaría “primero a los pobres”. Millones y millones de mexicanos votaron por él y se convirtió en el presidente que, en teoría, gobernaría primero para los pobres. ¿Pero qué ha pasado en su gobierno? ¿Los pobres dejaron de ser pobres? ¿Se acabaron los ricos? ¿Los pobres ahora se alimentan bien? ¿Se acabó el hambre? ¿Ahora los pobres viven mejor? ¡Claro que no! Los pobres son mucho más pobres y los ricos son mucho más ricos. Cada día hay más gente en los pueblos y las colonias que no tiene para comer carne, huevo, leche, tortilla o fruta; cada día hay más gente con hambre crónica.
“En su Informe de evaluación de la política de desarrollo social 2022, el Coneval muestra indicadores graves sobre la pobreza en el país: entre 2018 y 2020 las personas en situación de pobreza aumentaron en 3.8 millones de personas ya que pasó de 51.9 millones a 55.7 millones, que en términos porcentuales transitó de 41.9 por ciento a 43.9 de la población”, dice una nota de la revista digital etcetera.com.mx.
Ah, pero no es lo mismo con los ricos. Andrés Manuel López Obrador dijo “que no hay un rico de México que haya perdido dinero. Les ha ido bien”. El presidente de los pobres es el que enriqueció a los empresarios. Así de absurdo es el gobierno de Morena.
El columnista de El Universal, Mario Maldonado, publicó el 24 de mayo del año pasado un texto titulado “La extraña simpatía de AMLO por los ricos” en la que dice lo siguiente: en 2020 las 36 principales fortunas del país sumaron 171 mil 490 millones de dólares, un 20% promedio más que en el 2019. Si actualizamos esos datos, tenemos también que al cierre del 2021 la riqueza de los magnates mexicanos también aumentó. Según datos de Forbes, Carlos Slim tiene una fortuna estimada en 81 mil 200 millones de dólares, un incremento de 45.3%, su mayor valor desde 2013. El segundo millonario de la lista fue Germán Larrea, con 38 mil 800 millones de dólares, un aumento de 22.5%. El tercer millonario mexicano en la lista es Ricardo Salinas Pliego con 12 mil 400 millones de dólares, prácticamente igual que en 2021; sin embargo, en los últimos 10 años su riqueza subió 26%. Ocho de los 10 principales multimillonarios del país crecieron 28% sus fortunas el último año. Así que el presidente tiene razón: los ricos son más ricos en su sexenio, y los pobres más pobres, a pesar de las remesas y los programas sociales. Esa extraña simpatía de AMLO por los multimillonarios”.
¿Y qué debemos hacer los humiles, los pobres de este país? Formar un partido político que, educando a millones de mexicanos, tome el poder político que instaure un gobierno popular para cambiar la política económica y lograr un objetivo único: erradicar la pobreza con empleos, mejores salarios, un sistema fiscal progresivo y construcción de obras necesarias en las zonas marginadas. Por lo tanto, todos los antorchistas debemos llamar a los mexicanos a organizarse para formar el partido de los pobres: esa es nuestra tarea.
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