La emergencia sanitaria por la pandemia del coronavirus ha generado que muchos sectores como el de la construcción, restauranteros, el comercio y el turístico el principal en Quintana Roo- tengan que cerrar para que los trabajadores se mantengan en cuarentena con la intensión de evitar la propagación del virus, pero estas medidas también han ocasionado que la inmensa mayoría de los trabajadores estén desprotegidos al no contar con las condiciones económicas para resguardarse y protegerse por el tiempo que las autoridades del salud indican.
Si bien por disposición de las autoridades de salud se exige acatar las indicaciones, estas medidas han generado impactos muy graves en la economía del estado y a nivel nacional, miles de trabajadores de todos los sectores laborales, e incluso los vendedores ambulantes, se verán afectados por la parálisis de las actividades lo que impide llevar el sustento a la familia para enfrentar la crisis sanitaria.
En Quintana Roo, en el sector turístico, por ejemplo, más de 16 de las principales cadenas hoteleras nacionales e internacionales establecidas obligaron a sus trabajadores a tomar "descansos solidarios" sin goce de sueldo, estamos hablando de más de 60 mil trabadores de este sector.Con esa medida los empresarios se ahorraran cerca de 24 millones de dólares mensuales para no pagarles la nómina a sus trabadores.
El sector hotelero genera poco más de 200 mil empleos directos y más de 400 mil indirectos, es decir, casi la mitad de la población del estado depende de este trabajo; según cifras oficiales, en 2019 este sector generó ganancias por más de cinco mil millones de dólares.A pesar de eso, los dueños dieron un trato alarmante e injusto a sus trabajadores, pues solo unos cuantos se solidarizaron con ellos, varios hasta aprovecharon la oportunidad para despedirlos sin liquidación pese a que la Secretaria de Turismo del gobierno de Quintana Roo, Marisol Venegas Perez, comentó que, si bien están cerrando los hoteles, existen acuerdos con los trabajadores para no despedirlos y mantener una condición salarial.En los hechos no se respeta el llamado "Pacto de Solidaridad para Quintana Roo".
La misma situación enfrenta los restauranteros, al señalar que el aislamiento por el pánico ha ocasionado pérdidas del 40 por ciento derivado de la baja de comensales, esto de acuerdo a los reporte de la Cámara Nacional de la Industria Restaurantera y Alimentos Condimentados.En el comercio local pasa algo similar, está muerto, los pequeños negocios no podrán subsistir a esta crisis.En el sur del estado, la misma suerte corre la industria de la construcción, los presidentes de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción, la Cámara Nacional de Comercio, y otras cámaras empresariales del estado, han solicitado al gobierno federal les otorguen apoyos fiscales para que les ayuden enfrentar la situación.
Pero los más afectados de todos serán los trabajadores informales.En Quintana Roo existen más de 395 mil trabajadores informales, de acuerdo con los resultados trimestrales del Instituto Nacional de Estadística y Geografía, y de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo para el trimestre octubre-diciembre de 2019.Miles de personas que viven al día ya no saben qué hacer ante la baja venta, no descansan porque tienen que pagar renta y alimentación, y aunque señalan estar conscientes de los riesgos que implica seguir trabajando, y al no tener otra fuente de ingresos para el sustento, corren ese riesgo. Ante este panorama, ¿el gobierno local y federal realmente están tomando las medidas adecuadas para enfrentar esta contingencia sanitaria que cada día se va volviendo más crítico? Por como están las cosas, parece que no.
Un ejemplo es la declaración de la secretaria de Turismo en Quintana Roo, Marisol Vanegas Pérez, quien señaló que la dependencia está diseñando una "estrategia" para incluir a todos los trabajadores desempleados en los apoyos gubernamentales mientras dura la crisis.Lo cierto es que esas mediditas llamadas "despensas" no combatirá de raíz el problema será algo así como un analgésico para engañar por un ratito el estómago, pues no se trata solamente de dar remedios sino de tomar medidas efectivas para garantizarle al trabajador estabilidad económica y seguro social de calidad.Es decir, independientemente de la contingencia u otros problemas, la clase trabajadora debe tener salarios justos y bien remunerados para el sustento familiar y también médico y medicinas de calidad como recompensa por su esfuerzo y trabajo.
El despedido masivo, las medidas despenseras del gobierno estatal y los amuletos del presidente, son una prueba más de que el pueblo trabajador debe educarse y organizarse para exigir condiciones laborales justas, mejores servicios de salud y, en esencia, una vida más digna.
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