Los resultados para las clases populares en tres años de la 4T en materia de bienestar social no son alentadores; al contrario, lo que demuestran es que la pobreza sigue la misma tendencia a aumentar que con los gobiernos anteriores. Para México el problema de la pobreza no es algo que haya tenido su origen en el presente siglo, al contrario, es un problema que viene prácticamente desde la formación del estado mexicano moderno hace más de un siglo, por hablar solo de la historia contemporánea. El cambio de gobierno a nivel federal en el 2000 no significó un cambio drástico en la lucha contra la pobreza, y aunque ya los diferentes partidos existentes han tomado las riendas del país, es claro que no han podido o no han querido atacar las causas profundas del problema.
Sin embargo, en 2018 se presentó el morenismo como la alternativa, como el partido que contaba con las soluciones para remediar el problema, si no en su totalidad, al menos sentar las bases para lograrlo. El apoyo obtenido en las urnas en ese año fue una muestra del deseo de la población de un cambio, de que los encargados del estado hicieran lo necesario para mejorar las condiciones en las que viven. Condiciones que se caracterizan por las grandes carencias: salud, educación, servicios públicos, vivienda, inseguridad, etc. El pueblo de México no ha pedido otra cosa sino vivir dignamente. Pero ya van casi tres años de Gobierno morenista, durante los cuales han tenido en sus manos el poder del Congreso de la Unión, con amplias facultades para implementar las medidas necesarias, para aprobar las grandes ideas que el Ejecutivo decía tener para solucionar los grandes problemas del país.
¿Y cuáles son los resultados? Ciertamente no los que la población esperaba. Recientemente se han publicado los resultados en materia de medición de la pobreza del 2018 al 2020, y solo los fanáticos de la 4T son capaces de seguir afirmando que estamos viviendo un cambio de régimen hacia uno donde se haga realidad aquello de que “por el bien de todos, primero los pobres”. A nivel nacional, se registra un aumento de 3.8 millones de personas en situación de pobreza. En Sonora pasamos de 774 mil a 885 mil personas en esta situación. Uno de los aspectos que llama en particular la atención, tiene que ver con el acceso a los servicios de salud, que en el contexto actual debiera ser considerado como prioridad, pero lo que revelan los resultados es que en Sonora se registra un aumento del 12% al 20%, un aumento significativo. Igualmente, el acceso a la alimentación, la vivienda, así como el rezago educativo son problemas graves tanto a nivel nacional como estatal.
Como se sabe, la forma que todos los gobiernos recientes han aplicado para solucionar estos problemas son los programas sociales, mismos que han demostrados que no son las soluciones definitivas a los problemas. Sin embargo, con la 4T y su idea de universalizar estos programas se perdió toda noción de focalización, es decir, de localizar los focos rojos de pobreza sobre los cuales aplicar las acciones pertinentes. La forma en que la 4T concibe los programas sociales ha empeorado aún más la situación de las personas más vulnerables, y los resultados del Coneval, por limitados que sean, muestran claramente el fracaso de la 4T en la lucha contra la pobreza.
En este contexto, la respuesta que el presidente de la república dio sobre los resultados del Coneval demuestra que en sus prioridades no está el bienestar de los pobres, pues con su típica respuesta a todo lo que demuestra el fracaso de su gobierno, él tiene otros datos. Y en este sentido, resulta preocupante el destino de los sonorenses el próximo sexenio, pues el gobernador electo es un retrato fiel del presidente, lo que nos lleva a deducir que en Sonora no habrá un cambio de rumbo.
La solución a los grandes problemas nacionales y de Sonora no está en la llamada “Cuarta Transformación” (4T), sino en la población misma, pero esto solo es posible si está dispuesta a tomar las riendas de sus asuntos. Para que los millones de personas que se encuentran en situación de pobreza salgan de ella, es necesario que se organicen en torno a un proyecto político de país en el que se busque beneficiar realmente a quienes más lo necesiten, y para el pueblo de Sonora la única alternativa viable es el proyecto que el Movimiento Antorchista propone.
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