Desde hace bastante tiempo se ha venido agravando en nuestro país, como una manifestación de que la pobreza se han agudizado en gran parte del mundo, provocando así, el gran desplazamiento de personas que vemos actualmente. Para muchos quizá es un tema, que aunque muy sonado, no tiene gran importancia y trascendencia, pero lo cierto es que México es paso obligatorio para los millones de migrantes centroamericanos y sin duda, uno de los principales países cuyos ciudadanos, por causas económicas y de seguridad van en busca del “Sueño Americano” a los Estados Unidos.
Sin desviarme del tema, quiero hacer énfasis en que estamos iniciando ya oficialmente la contienda electoral para elegir al próximo, o próxima presidenta de la república, quien será encargado de dirigir el rumbo de nuestro país ante esta profunda crisis generalizada que enfrentamos, y lo menciono porque precisamente en su campaña electoral, Andres Manuel López Obrador, con el afán de presentarse como un político con gran sentido humanista, prometió abrir las puertas del país y un trato digno a todos los centroamericanos para que transitaran libremente en nuestro territorio.
“AMLO PIDE TRATO DIGNO PARA MIGRANTES… Hay que hablar con los migrantes y ofrecer soluciones, alternativas y protegerlos. Que puedan tener albergues, si son familias, si tienen niños y al mismo tiempo buscar soluciones, que tengan posibilidad de trabajo. En el caso de México, nosotros estamos haciendo el compromiso de entregar visas de trabajo y vamos por el desarrollo del sureste, donde se van a sembrar un millón de hectáreas de árboles maderables y se va a construir el tren Maya” (El universal del 19 de ocubre del 2018). Así iniciaba el presidente sus promesas. Seguido después de una valiente carta al entonces presidente estadunidense Donald Trump en la que propuso impulsar un programa de desarrollo para dar oportunidades a los migrantes, que como sabemos terminó en un rechazo total, y la amenaza de impedir el ingreso de los productos mexicanos de exportación destinados a ese país, además, la vergonzosa actitud de sometimiento del gobierno de AMLO, que mandó miles elementos de la Guardia Nacional a las fronteras sur y norte del país a detener las caravanas de migrantes.
A partir de ahí su discurso quedó rebasado, pues es claro que eso no solo no se cumplió, sino que se ha demostrado que los migrantes en México, son víctimas de la delincuencia organizada, de la rampante corrupción y maltrato de nuestros cuerpos de seguridad, lo que es un flagrante contradicción con lo que viven muchos mexicanos y una ingratitud oficializada. Peor aún, fue por los deleznables intereses de buena imagen ante los países hermanos de América Latina, que se hizo esa promesa irresponsable que acarreó problemas políticos y económicos con el imperialismo norteamericano, y digo deleznables intereses, porque han sido solo declaraciones, y no verdadera defensa de los países que, como nosotros, son víctimas del dominio del vecino del Norte.
Para probar el falso discurso, podemos recordar la trágica muerte de 40 migrantes en el incendio del Instituto Nacional de Migración en Ciudad Juárez; en su mayoría guatemaltecos, que según el presidente, fueron ellos mismos los que tuvieron la culpa porque prendieron fuego a una colchoneta como manera de protesta, sin embargo, se comprobó que estaban encerrados, como si fueran delincuentes, pero esta verdad se ocultó con las declaraciones de todos los funcionarios, incluido el presidente, que como dijo, se ofreció al mundo como el defensor de los migrantes. Además, Forbes México publica el 30 de agosto de 2023 que México registra más de 1800 migrantes desaparecidos”, convirtiendo así en el lugar más inseguro de su largo recorrido.
Pero el verdadero problema no es ese para los mexicanos, sino el de que como la migración de centroamericanos se hace visible, porque implica la movilización de personas en las terminales de autobuses o los ferrocarriles y su paso por las distintas ciudades, de cierta manera, oculta una realidad aún más grave, de la cual no dice nada el gobierno de la 4T y esto es, que nosotros expulsamos cantidades aún más grandes de ciudadanos a Estados Unidos.
Veamos a la realidad que se nos oculta; el diario elpaís.com, dijo el 30 de junio 2023: “El trabajo informal crece en México y supera el 55%. Más de la mitad de la población con oportunidad de trabajar se encuentra en condiciones de vulnerabilidad. En lo que va de este sexenio apenas se ha reducido un 1%. En México, poco más de 32 millones de personas se encuentran en condiciones de informalidad laboral, repuntando a 55,23%, mientras que a finales de el 2022 se encontraba en 54,85%. Es decir, en nuestro país, no hay suficiente trabajo para los ciudadanos.
Fijémonos ahora en otro aspecto de la realidad que también es poco abordado: según los datos de México de enero 2021 a Junio 2023 que publica bbvaresearch.com, dice que el promedio mensual de mexicanos que van hacia EE. UU. es de 63 mil personas al mes; por su parte, aristeguinoticias.com, de abril 202 menciona, “el número de personas de origen mexicano en Estados Unidos asciende a 33.6 millones de personas, incluidos 11.6 millones que nacieron en México, de acuerdo con estadísticas divulgadas hoy por la Oficina del Censo estadunidense; y según el portal: www.bbva.com, del 24 de agosto 2023. Las remesas en México cerrarán 2023 con nuevo récord en 63,700 md, y llegarán a 67,900 md en 2024, con lo México se afianza como el 2° país con más remesas en el mundo.
Seguramente un porcentaje importante de estos 33 millones de personas, de tener trabajo remunerado y digno, vivirían en México y no en Estados Unidos, pero el desempleo va disminuyento y la población aumenta constamente, es decir, no solo ya es una población mayor a varios países que hay en el mundo, como Corea del Norte que tiene alrededor de 30 millones de habitantes, sino que el problema se va a seguir complicando y eso no dicen nuestras autoridades, y tampoco ofrecen una solución, mucho menos se colocan en el terreno de la comprensión y apoyo verdadero a quienes tienen que dejar su tierra, su familia y arriesgar la vida para buscar un empleo que no les proporciona su país, como está obligado constitucionalmente. Nosotros debieramos entender eso, porque más de 30 millones de nuestros compatrioras son víctimas de nuestras autoridades, su corrupcion y persecución, además de que muchos mueren en la frontera o son víctimas de discriminación y explotación ¿y por qué no podemos comprender lo que eso significa y tratar mejor a nuestros hermanos latinoamericanos? Pues porque no tenemos un gobierno de los pobres, sino un gobierno que necesita discursos humanistas para quedar bien, solo eso, una política cínica e hipócrita.
Este problema pues, no es solo de los centroamericanos, y no son ellos los que tienen el mayor problema, sino nosotros, la sociedad mexicana, pero los medios de comunicación, los políticos ocultan esta realidad y su agravamiento. Por tanto, lo primero que tenemos que hacer, es luchar porque nuestro gobierno garantice el pleno empleo y mejores condiciones de vida para que no tengamos que irnos a buscar oportunidades al extranjero y, si no lo hace, decidirnos a cambiar el país participando activamente y cambiando de clase social en el poder, instalando un gobierno verdaderamente popular, que vele por los intereses de las clases trabajadoras; y después, entender que no va a existir verdadera solidaridad entre latinoamericanos, solo con discuros, sino cuando hagamos realdiad el sueño del gran libertador Simón Bolivar, que dijo que este continente será libre en verdad, cuando instaure un gobierno democrático y unido para toda la america, como una gran federación de hermanos.
Finalmente y para invitar a una reflexion final a todos los oaxaqueños, me referiré al “Envío de remesas a Oaxaca, que observó un aumentó de 9.8% en el primer semestre de 2023, según, finabien.gob.mx, 10 de agosto 2023. Entre enero y junio de este año la entidad recibió un total de 1,518.8 millones de dólares por concepto de remesas, en contraste con los 1,370.1 millones de dólares recibidos en el mismo período de 2022, detallan cifras del Banco de México (Banxico). Seguramente las remesas desempeñan un papel crucial en la economía de Oaxaca, contribuyendo a mejorar las condiciones de vida de muchas familias y a dinamizar la actividad económica local. Pero este aumento quiere decir que cada vez más oaxaqueños tienen que irse a estados unidos porque acá no hay oportunidades para ellos, y obviamente van a sufrir en las más de 72 horas por autobús a la frontera, enfrentando la violencia, la extorsión y las carencias.
Muchos de nosotros lo hemos vivido o tenemos seres queridos que enfrentan este escenario, por ello, los invito a que comprendamos la difícil situación de quienes, sufriendo por lo menos como nuestros familiares, tienen que venir a lo desconocido, a vivir en la calle y en las terminales de transporte y a que mostremos solidaridad y comprensión, sin fobias ni racismo, pues en días pasados en Oaxaca hubo conflictos con migrantes porque habitaban en la vía pública, y con respeto digo, no es que yo crea que tengamos que darles lo que es nuestro, pero tampoco creo que sea correcto decir que si no nos resuelven nuestras demandas los gobiernos de los tres niveles, tampoco se los debe atender o tratar con dignidad a los migrantes. Sino que son cosas distintas, el gobierno tiene que resolver nuestras demandas y debemos exigirles que lo hagan sin que tenga nada que ver con la migración.
Y el que no nos resuelvan a nosotros no debe ser argumento para que se diga que no se debe brindar albergue, cobijo y un plato de frijoles a los migrantes, pues lo menos que pueden hacer nuestras autoridades, es ayudarles en estas pequeñas cosas, porque es lo que toda persona de bien, agradecida y verdaderamente humana, esperaría que nos brinden a nosotros o anuestras familiares cuando migran.
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