Antes de comenzar me referiré al concepto de “sociópata” que es aquel que padece un trastorno llamado desorden de personalidad antisocial, que se caracteriza por presentar impulsividad, dificultades para transmitir empatía y, puede demostrar rechazo o desprecio por los demás sin razón. Son egocéntricos, mentirosos y manipuladores, por ello, es importante identificarlos para poder saber con quién estamos tratando. Ahora, después de un largo, accidentado y sangriento proceso electoral, la definición valdría para nombrar como el sociópata de palacio nacional al que corona su triunfo en un falso y autoelogioso informe de gobierno, que deslumbra a sus adoradores pero que enciende las alarmas de los que vemos en él un peligro para la libertad y la democracia.
El pueblo de México ha estado sometido a lo largo de su historia a la manipulación, a gobiernos que mentían, que desaparecían opositores, se confrontaban abiertamente a la prensa o en su defecto la compraban, que querían militarizar el país, que robaban que, en resumen, tenían sumido al país en la más profunda miseria; trátese del partido que sea, la situación se agudizaba cada vez más; de ahí que el pueblo de México, cansado de tanto abuso, decidió darle la confianza a quien con su discurso se comprometió a rescatar al país desde su primer día de gobierno.
Pero la realidad que vemos millones de ciudadanos es triste y amarga, ahora no solo se mantienen las prácticas que prometió combatir, quisiera decir que se avizora un riesgo, pero en el tiempo que lleva al frente del país ya no se puede llamar riesgo, sino un peligro práctico en tiempo real. En otras palabras, parafraseando al presidente: “México está en crisis en términos reales”.
Temas hay muchos, su último informe tendría material para destrozarlo, separarlo, analizar cada mentira y formularle cargos por mentiroso y manipulador; pero es claro que lo que el presidente quiere es ganarse la voluntad del pueblo mostrando una realidad que solo él tiene en la cabeza. Grave o gravísima la forma en la que se está comportando, ya no distingue la realidad, no ve el sufrimiento y ¡cuidado! porque si alguien se atreve a contradecirlo, le manda cortar la cabeza, cual Reyna Roja de Alicia en el País de las Maravillas.
Su ambición de poder ha puesto en riesgo la soberanía del país; ha mancillado el honor de las gloriosas fuerzas armadas; ha llamado golpistas a los padres de niños con cáncer, así como lo lee, “golpistas”, menuda declaración, en lugar de andar de conspiracionista debería comprar tratamientos completos, debería dignificar el sistema de salud en su conjunto o de tener siquiera lo que tenía el extinto seguro popular, pero ¡no! el señor vio corrupción. ¿Pero si en lugar de quitarle beneficios al pueblo hubiera metido a la cárcel a esos corruptos, no hubiera sido mejor?; sigue y cuenta, ha felicitado al crimen organizado por portarse bien en las elecciones entonces: ¿y los candidatos y funcionarios muertos durante el periodo de campaña?, ¿y las amenazas para que precanditatos declinaran? y ¿las balaceras?, su solución fue pactar con los morenistas para darle a los militares el control de la seguridad pública y ¿entonces dónde quedó su promesa de regresar el ejército a los cuarteles?, y vuelve el sentido común, ¿será que todas las pruebas apuntan a que tenemos un narcopresidente? y darle el poder a los militares quizás sea ¿por qué serán los que lo defenderán en el ejercicio democrático cuando el pueblo cansado de sus estupideces lo saque de palacio? ¿Se estará curando en salud?, todas esas preguntas resultan de su mal gobierno, esas y muchas más que por espacio no menciono, pero basta un vistazo a la prensa para darnos cuenta de todo.
Hoy existe un riesgo grande para la democracia, pues durante el proceso electoral, con todas las armas físicas y mediáticas que usó López Obrador no ganó la mayoría absoluta en la Cámara de Diputados y perdió la mayoría de las alcaldías en la capital política y financiera del país; sabe que su mal gobierno corre peligro y comienza una persecución descarada de lo que él y sus subordinados como Miguel Barbosa, gobernador de Puebla, consideran un peligro para sus intereses.
Ha pasado casi un mes de haberse dado a conocer los resultados electorales, pero hoy, nos encontramos que la mano del gobierno de la 4T quiere pasar por encima de la voluntad de los ciudadanos de Huitzilan de Serdan y de Santa Clara Ocoyucan, en el estado de Puebla, desconociendo las elecciones y manipulando al tribunal electoral para quitarles la victoria a quienes fueron elegidos, compañeros que son emanados del pueblo, que son humildes ciudadanos honestos, trabajadores y que militan en el Movimento Antorchista. Esto que está sucediendo en Puebla es un reflejo de lo que sucedió y sucederá si seguimos siendo indolentes, la cuarta transformación es una mentira, es un desatino tenerlos gobernando, y es claro que si esto se deja pasar no habrá barrera alguna que nos defienda de la embestida del gobierno para hacer su voluntad, que da como resultado que día a día contemos más muertos, más enfermos, más desabasto, más militares, más pobreza, más rezago educativo, más de lo malo, más de todo…; hago un llamado al pueblo de Tabasco a que nos mantengamos unidos, vienen cosas peores, invito a que nos solidaricemos para denunciar y defender la democracia en Puebla y, para ustedes, nuestro mensaje compañeros poblanos: cuenten con el apoyo incondicional de sus hermanos de clase, no dejaremos que se cometan injusticias y desde nuestra trinchera estaremos preparados para lo que venga.
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