Se ha convertido ya en una salida rápida y efectiva del presidente López Obrador recargarse en la que ha sido su máxima durante estos tres años de gobierno “tengo otros datos” ante cualquiera que intente razonar o contrastar los datos públicos que sus propias dependencias de gobierno manejan y los dichos del presidente en sus mañaneras. Cualquiera que intente siquiera hacerlo se topará con este muro salvador, se topará con piedra, pues por más que se intente confrontar dichos datos no se podrá y siempre estará erguido el muro de los “otros datos”.
Durante la primera mitad del mandato de López Obrador toda cifra, toda información que resulta nociva para él y la 4T, cae en la misma bandeja de los otros datos, es desvirtuada y catalogada como mentira absoluta y salen al quite los datos acomodados, hechos a modo, con un sesgo importante que siempre tenderán a beneficiar la imagen del presidente o de su partido, aunque estos no soporten ni el más mínimo contraste con la realidad, dándoles revuelo todo el ejército de bots para que así, con el dicho “una mentira dicha mil veces se convierte en realidad” puedan estar presentes en la vida común de la gente y con ello puedan hacerlos suyos, puedan considerarse verdades.
Recientemente en su tercer informe oficial (para él van once) hasta en eso tiene otros datos (sic) hacía referencia dentro de todas las vaguedades posibles, esto para echar humo a los ojos a los despistados, daba cifras de todos los alumnos que han dejado las clases y los motivos todos los sabemos, la incapacidad de las familias de costear las famosísimas Clases virtuales, que si antes de la pandemia ya era un calvario para las familias mexicanas el hecho de tener a un hijo, dos e incluso tres en el sistema educativo de México, ahora se volvió doble pesar para la ya mermada economía familiar. Y que en materia de educación todo iba bien. Pero todos conocemos a alguien que tuvo que abandonar la escuela precisamente porque no tuvo la suficiente solvencia económica para seguir adelante. Pero para él, todo va bien.
En el mismo sentido habló sobre los “logros históricos” de su gobierno fundados claro en esos famosos datos:
Es una apuesta muy grande y riesgosa anclar la popularidad de un presidente en datos que le gustan a la gente, en dichos que le endulzan los oídos al pueblo, al humo que puedan generar con todas las polémicas a las que el presidente se mete con toda intención. Basar su aprobación en la falta de interés del pueblo por poner a prueba sus dichos no es tener conciencia clara de lo que es hacer política en favor del pueblo. Para apuntalar esta estrategia tiene, claro, todos sus programas asistenciales para la gente, repartiendo según eso de forma directa, dinero y más dinero que en nada ayudan a mejorar su precaria vida. Este gobierno se ha convertido en palabras y nada de hechos.
Es deber de todo Mexicano poner en sus justos términos los dichos del presidente, esos dichos que atentan contra la inteligencia de todos nosotros, datos tan descarados que molestan hasta los más despistados y apáticos de la política. Poco a poco la gente comienza a confrontar los “otros datos” del presidente con la realidad en la que viven, la gente de a pie, la gente del pueblo no tiene dinero, no tiene trabajo, los muertos dentro de toda su familia por culpa de la covid ya son muchos, la educación no va bien, las escuelas no cuentan con la infraestructura necesaria para recibir en este momento a los miles de estudiantes, se van a contagiar, hay más violencia en las colonias, mas desaparecidos, mas baleados, más robos, y la lista podría seguir y seguir, pero esto es radicalmente contrario con los otros datos del presidente López Obrador.
Ésta es la realidad por la que pasa nuestro país, misma que todos nosotros deberíamos de analizar y hacerle frente, juntos, organizados y tanto como se pueda educados para crear un criterio propio y poder contrastar la realidad que pinta el gobierno y la que todos nosotros padecemos a diario. Así que a mis posibles lectores.
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