Recientemente se realizó una marcha en la que participaron miles de ciudadanos de los distintos estados de la república mexicana, manifestación que tuvo como objetivo protestar y exigir respeto al Instituto Nacional Electoral (INE) por ser uno de esos organismos que, en su momento, se le facultó para organizar y vigilar las elecciones de cada periodo electoral, así como expedir las credenciales de elector de todo ciudadano mexicano, siendo, pues, lo que es y estar investido de una autonomía concedida por la inmensa mayoría de los mexicanos, ¿Cómo puede ser posible que tenga enemigos?, sin embargo, los tiene.
En un tiempo, el hoy presidente Andrés Manuel López Obrador aplaudió la formación de este instituto para lograr elecciones limpias y transparentes en cada elección que sucedía, pero hoy, este mismo personaje se ha vuelto en contra de este instituto y quiere aniquilarlo a como dé lugar con la finalidad de hacer otro, pero con gente afín solo al partido en el poder, esta maniobra burda de querer burlar la decisión de millones de mexicanos es lo que ahora tiene a López Obrador en alerta máxima porque, al parecer, su maniobra no le está funcionando, y, por lo tanto se ha convertido en el enemigo número uno de este instituto autónomo.
Es increíble, además, que la máxima autoridad de este país se haya convertido ahora en el personaje más violento y alentador de la inseguridad, al tachar de enemigos de su gobierno, corruptos y conservadores a todos los ciudadanos que marcharon para decirle al presidente que con el INE no debe meterse, que no busque quitarle su autonomía porque éste es propiedad de todos los mexicanos y no de un partido político en particular como lo intenta hoy ser morena; esta actitud de los marchistas es lo que el presidente López Obrador no asimila todavía, ya que sigue pensando que él tiene la razón y nada más, y que, por tanto, tiene la autoridad suficiente para decidir unilateralmente lo que le conviene al país también.
Y bien, de acuerdo con sus elucubraciones, al país le conviene que el INE sea sustituido por otro organismo, cuando en realidad con esta marcha el pueblo mexicano está demostrando que López Obrador no tiene razón y que debe dejar por la paz a este organismo autónomo y se ponga a pensar mejor en cómo resolver los problemas de nuestro país, ya que desapareciendo al INE no se resolverán los problemas más agudos como la inseguridad, la trata de personas, el narcotráfico, la delincuencia organizada, esto son los problemas torales.
Agreguemos a esto la crisis económica, la educación y la salud y nos daremos cuenta que tenemos a un presidente que con esta actitud nos está diciendo en realidad que no le importa el bienestar del pueblo mexicano, que lo que le importa más es cómo mantenerse en el poder para seguir viviendo del erario público y punto. Esta es la realidad del país, el pueblo, por tanto, solo ha marchado porque se siente atropellado en sus derechos elementales como es defender la democracia, al defender al INE como vigilante de esta misma, y estando así la situación, Obrador sabe que no la tiene fácil ahora y su maniobra de reforma electoral no le está dando el resultado que esperaba.
Ahora será mejor que esté pensando cómo ir alistando su equipaje para retirarse de la vida política porque para esta empresa ha demostrado que no sirve porque sus resultados no convencen a nadie ni a sus propios amigos de viaje y de partido, ahí está por ejemplo Fernández Noroña, Ricardo Monreal, Porfirio Muñoz Ledo, Tatiana Clouthier y otros más.
Su partido se está resquebrajando porque tiene este mal de origen de por sí y la división que existe internamente demuestra que nunca se han propuesto luchar por un solo objetivo, sino que tienen concepciones diferentes y por tanto diferente visión política y esto es la muerte para los morenistas y de ahí el afán de Obrador por controlar al INE para que a pesar de la división interna que traen pueda mantenerse en el poder.
Al mexicano consciente solo le queda una opción, aprender el arte de hacer política para aplicarla de acuerdo a sus intereses de clase, pero para ello tiene que forjar también una verdadera organización transformadora, revolucionaria, dispuesta a cambiar de raíz lo que otros incluido López Obrador no han sabido cómo hacerlo; el Movimiento Antorchista Nacional se ha puesto a la altura de las circunstancias para ser en un momento dado una opción para los mexicanos empobrecidos y poder elegir por convicción a éste movimiento, sabedores de que Antorcha sí nos puede llevar a buen puerto en un futuro de corto plazo. Que así sea.
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