Los mexicanos tenemos derecho a tener una vivienda digna, tener asegurada la alimentación, la educación, la cultura, la salud y el abastecimiento de agua potable, entre otros; son considerados derechos humanos, protegidos por la Constitución Política Mexicana y el estado debe proveer lo necesario para garantizar la observancia de tales derechos. Sin embargo, en los hechos estos derechos son letra muerta, no se cumplen.
En los tiempos que corren, en los que ya contamos más de 194 mil personas fallecidas y más de 2 millones de contagios a causa de la pandemia generada por la covid-19, en los que resulta indispensable contar con vivienda digna, alimentación y agua potable para observar las medidas sanitarias recomendadas por las autoridades de salud, son millones los mexicanos que carecen de estos derechos.
En el Sur de Jalisco, se encuentran los municipios de Zapotitlán de Vadillo, Tolimán y Tuxcacuesco considerados entre los 10 municipios más pobres del estado, abundan las comunidades más marginadas en todos los municipios de esta región, con un muy alto grado de marginación, pues carecen de vivienda digna, escuelas, centros de salud, servicios básicos como el agua potable, el drenaje y la electrificación.
En la comunidad de La Croix del municipio de San Gabriel desde hace décadas han solicitado a los diversos gobiernos en turno se resuelva su carencia de agua potable, se han hecho estudios geofísicos, se han realizado diversas gestiones ante todos los niveles de gobierno y sigue sin resolverse esta urgente necesidad, la misma distribución que cada semana les llega por tandas desde la cabecera municipal es irregular, pero como La Croix, están otras comunidades que corren la misma suerte en ese municipio y otros municipios; de igual modo sucede con la luz eléctrica que continúan sin contar con ella diversas comunidades y colonias pobres.
Son sólo ejemplos del grado de marginación de estos asentamientos humanos, lo mismo ocurre si hablamos de la educación, no hay escuelas, no cuentan con servicio de internet, no hay maestros; es la misma situación con la vivienda, hay hacinamiento en los hogares, no hay un plan de apoyo a las familias más vulnerables para que cuenten con vivienda digna.
Lo peor, en esta crisis sanitaria la población no cuenta con un sistema de salud que le permita garantizar su atención médica en caso de enfermedad; por todos es conocido que el gobierno de la Cuarta Transformación eliminó el Seguro Popular, quitó los medicamentos para los enfermos de cáncer, las casas y centros de salud son elefantes blancos, abandonados por las autoridades de la salud, no se destina personal médico ni medicamentos para atención a la población, no cuentan con ambulancias en caso de emergencia.
La pandemia ha puesto de manifiesto el fracaso del sistema de salud mexicano, se ha abandonado a su suerte al pueblo pobre de México, las mismas vacunas no terminan de llegar a todos los hogares, a todas las personas, se han utilizado sólo como propaganda electoral en favor del partido en el gobierno.
La eliminación del Ramo 23 del Presupuesto de Egresos de la Federación trajo como consecuencia que muchas obras solicitadas simplemente se dejaran al olvido, archivados los expedientes en los municipios y en las dependencias gubernamentales estatales y federales; dándoles a los funcionarios federales el mejor de los pretextos para negar la solución a dichas solicitudes, simplemente lavarse las manos y decirle a los peticionarios “no hay dinero” para hacer obras de drenaje, de abastecimiento de agua potable, luz eléctrica, mucho menos para vivienda digna, escuelas ni hospitales.
La crisis económica ha incrementado la pobreza y el desempleo, en todos los órdenes sociales se resiente la ausencia de un plan de gobierno que garantice la observancia de estos derechos, los tan cacareados derechos humanos son una mera ficción.
La denuncia de esta situación por si sola es estéril, los mexicanos tenemos que reconocer que la nueva situación impuesta por los cambios orquestados desde el gobierno de la Cuarta Transformación se originó porque creímos en las promesas de campaña de Morena y de su entonces candidato, el ahora presidente de la República el licenciado Andrés Manuel López Obrador, porque el pueblo quiso castigar al PRI y a la clase política que detentaba el poder, sin imaginar que con ello caeríamos de la sartén a la lumbre.
En las próximas elecciones recordemos estos hechos, el fracaso del gobierno de la Cuarta Transformación prácticamente en todas las áreas, a saber: la salud, la educación, la economía, el empleo, la seguridad; derivado de ello la violación a los derechos humanos consagrados en nuestra Carta Magna. El Gobierno de Morena resultó peor que sus antecesores.
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