Como es costumbre, el Gobierno federal ha minimizado no sólo la cantidad en dinero de lo que robaron en Seguridad Alimentaria Mexicana (Segalmex), sino que las consecuencias prácticamente se han ignorado; y es que hay un sector ampliamente perjudicado por varios factores entre ellos las consecuencias de la mencionada estafa.
En la estafa de más de 9 mil millones de pesos a Segalmex están involucradas 30 empresas y 29 funcionarios públicos; además hay 40 denuncias penales en contra de 29 funcionarios y de 28 personas morales por corrupción en Liconsa y Diconsa; a pesar de que dijeron que habría “cero tolerancia”, que “no habría carpetazo” frases por cierto muy desgastadas por las autoridades, no hay avances; mientras los que sufren son los campesinos productores de los alimentos básicos de los mexicanos, que de por sí ya la venían padeciendo, ante las restricciones de entrega de fertilizantes impuestas por la 4T a su llegada al gobierno.
Esta dependencia, creada para mejorar las condiciones de vida de los campesinos y lograr la autosuficiencia alimentaria del país, parece ser sólo un cascarón creado para actos de corrupción, mal que tanto ha criticado el gobierno federal y que calla al presentarse tal desfalco, ya que no basta sólo decir qué sucedió y buscar alternativas para el campo mexicano, aparte de que Ignacio Ovalle Fernández fue removido el pasado 14 de abril, sin que su nombre fuera incluido en las investigaciones, esto hace pensar que hay cosas calculadas en este fraude.
Ahora bien, los primeros perjudicados son los miles de productores del campo exigen audiencia con el presidente de México a través de los 45 líderes representantes de productores de maíz, trigo y sorgo de Sinaloa, Tamaulipas, Sonora, Chiapas, Durango y Jalisco ya que se han reunido con los secretarios de Gobernación, Adán Augusto López y Agricultura, Víctor Villalobos y no han tenido una respuesta que resuelva el problema.
Decía al inicio, que el problema de Segalmex agravó la situación ya que el campo ha sido severamente golpeado por los efectos de las políticas públicas para el campo, de la actual administración; la inconformidad radica en la aplicación limitada de precios de garantía, la desaparición del ingreso objetivo, la eliminación de subsidios, seguros y apoyos para la energía y hasta la desaparición de la Financiera Nacional de Desarrollo.
Lo que los líderes piden es apoyo emergente adecuado a cada producto y región; recursos por 15 mil millones de pesos, para evitar la quiebra de los productores, establecimiento una política de comercialización que incluya: ingreso objetivo, agricultura por contrato y coberturas de precio.
Es obvio que el gobierno no va a aceptar lo que ellos proponen por eso el ejecutivo no quiere dar la cara, y más bien propone la compra por parte de Segalmex de 1.5 millones de toneladas métricas y de 500 mil toneladas métricas por el gobierno del estado de Sinaloa del maíz cosecha o-i 2022/2023 y la respuesta de los agricultores es que no resuelve la comercialización de 6.3 millones de toneladas métricas, ya que la producción de ese tipo de maíz provocaría que sólo tendrían precio de garantía 2 millones de toneladas métricas de Sinaloa, creando un trato discriminatorio entre productores y estados; además los productores señalan que el subsidio entre precio de compra más gastos y precio de venta, será del orden de 6,000 millones de pesos aproximadamente, es decir comprar caro para vender barato.
Los productores buscan un apoyo a toda la producción comercial evitando caer en cartera vencida y que la actividad agropecuaria siga siendo rentable; el gobierno no acepta porque no considera características y ciclos de la producción en el campo; entonces, las preguntas que se hacen los trabajadores del campo son: ¿para qué se formó Segalmex? ¿Acaso es sólo la estructura para que se diera el desfalco? Mientras algunos se enriquecen, el campo sufre y las consecuencias se verán más adelante para los consumidores, por ahora lo que importa a los que están en el poder sin las futuras elecciones para que sigan haciendo de las suyas; no nos sorprende que algunos digan que la estafa fue orquestada por ellos mismos.
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