MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Los apoyos directos no paran la inflación ni acaban con la pobreza

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San Luis Potosí, SLP.- En su pronunciamiento de este jueves, Euribiades García, vocero del Movimiento Antorchista Potosino, dijo que, aunque Morena no es el único gobierno que ha recurrido a los programas de apoyo directo a las personas, para tatar de paliar los efectos de la pobreza, “sí es, con mucho, el que hace un uso electorero de los mismos, utilizando de manera abierta los recursos públicos para promover su imagen a través de ellos, a pesar de estar expresamente prohibido por la ley; el que explícitamente hace campaña proselitista fuera de los tiempos legales, y el que paga con recursos públicos  todo un “ejército” de gente, contratada entre los miembros de su partido político, autodenominados siervos de la nación, para realizar el levantamiento de censos a modo, de manera discriminatoria contra todo ciudadano que no comulga con ellos, aunque cubra con creses todos los requisitos para ser beneficiario”.

El vocero estatal dijo, que, para justificar esta acción, “se argumenta que ahora sí se está dando prioridad, y lo que realmente le corresponde al pueblo, al cual se le está beneficiando puntualmente, haciéndole justicia a los que menos tienen, para que ya no tengan carencias. Sin embargo, esto es falso de toda falsedad”.

Euribiades García, reiteró en que los censos levantados por los siervos de la nación no incluyen a todos los que tienen necesidad del apoyo, sino solamente a quienes previamente ellos ya han seleccionado, dejando fuera a millones de mexicanos en estado de vulnerabilidad.

Señaló, que lo que se les da a los beneficiarios (casualmente todos en edad de votar), aproximadamente 3 mil pesos bimestrales en el mejor de los casos, no alcanza para satisfacer las necesidades elementales de subsistencia de una familia.

Remarcó, que lo que antes les daba el gobierno a las familias por medio del Seguro Popular, PROSPERA, PROCAMPO, Empleo Temporal, FONDEN, Participaciones a estados y municipios que sufrieron recortes drásticos; el Ramo 23 para la realización de obra pública, los fideicomisos en educación, investigación científica, etc., les fue retirado por el actual gobierno, “de donde resulta que, lo que les dan ahora de manera directa, se lo habían quitado antes mediante el recorte al gasto público y mediante la negativa de solución a las necesidades de esos mismos “beneficiarios”, de sus familias, de sus vecinos y paisanos en general, por lo que, obviamente, ahora reciben menos aunque no se den cuenta por la “emoción” de recibirlo directamente, pues resulta que con lo que les dan no pueden resolver sus necesidades de salud, de obras, y, prácticamente, de nada”.

Dijo, que si tomamos en cuenta la inflación, que en términos muy llanos, “pudiéramos decir que es la forma de sacarle dinero de la bolsa a los consumidores por la vía de elevarle los precios de los productos y servicios por parte de los productores de las mercancías, y que ésta ha hecho polvo no sólo los salarios de los trabajadores, sino también el raquítico ingreso de las familias por conducto de los apoyos gubernamentales, nos daremos cuenta que esta forma de intentar sacar de la pobreza a la población no sirve. Si le agregamos que el gobierno lejos de hacer un gasto productivo en áreas que puedan generar más riqueza, privilegia el gasto al consuno, nos daremos cuenta de que vamos derecho a un agravamiento de las cosas en vez de ir hacia su solución. Es cierto que no basta el crecimiento de una economía para aliviar la miseria de la población, cierto que se requiere una distribución equitativa de la riqueza producida si se quiere en serio combatir la pobreza y la desigualdad, pero si no se tiene riqueza qué repartir, la distribución de ésta es sencillamente, imposible”.

En conclusión, remarcó, “claro que los apoyos directos en monetario o en especie ayudarían, sí, pero si fueran acompañados de la solución de demandas de obras y servicios para colonias y comunidades, como son el agua potable, la energía eléctrica, el drenaje, las carreteras, la salud, la educación, el empleo para todos, los salarios remuneradores, el apoyo al campo, la pavimentación de calles, la construcción de guarniciones y banquetas; transporte público eficiente y barato, instalaciones dignas y funcionales para la práctica del deporte, la cultura y la recreación, etc., pero también garantizando la seguridad pública a toda la población, el respeto al estado de derecho y a la vida democrática, así como los derechos políticos de los ciudadanos”. 

señaló, que todos estos, que son derechos de todos los mexicanos sin excepción por mandato de ley, “tienen su correlato en la obligación del gobierno de otorgarlos, porque a todo derecho corresponde una obligación y así como tiene derecho de cobrar los impuestos, y los cobra, tiene la obligación de satisfacer las necesidades de la ciudadanía. De no hacerse así, los “apoyos” directos se convierten en su contrario, en compra de votos por anticipado y de conciencias, en elemento de presión contra los ciudadanos por parte del poder, para chantajearlos; se convierten en dádivas y limosnas sociales  que inducen al conformismo del pueblo, aunque sus gobernantes lo que busquen sea la sumisión total de éste, a veces a costa incluso de sus derechos y libertades, por medios legales o extralegales, pero de ninguna manera acabar con la pobreza, que es realmente el mal que aqueja a la inmensa mayoría de los mexicanos y que es de donde parten todas nuestras desgracias”. 

Reiteró, que, para acabar con la pobreza lo que se necesita es otro modelo de país, otra forma de distribuir la renta nacional, y eso sólo lo podrá hacer el pueblo pobre organizado, educado y concientizado, cuando llegue a obtener, mediante el ejercicio democrático, el poder político.
 

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