Cuando ganó el actual gobierno la presidencia de la república, sus seguidores, unos por convicción y otros por conveniencia, dijeron y aseguraron que todo cambiaría para bien, que ahora si las cosas iban a cambiar, al poder había llegado un iluminado que transformaría todo, como si tuviera vara mágica para hacerlo.
En el tema de salud, dijeron, por la propia boca del mismísimo presidente de la república, que la salud en nuestro país estaría igual o mejor que los países nórdicos, inmediatamente se echó a andar una campaña de desprestigio al antiguo programa de salud llamado “seguro popular” y de un plumazo se terminó con él, se instauró uno nuevo promovido por ellos, los del poder, el famoso y extinto también “INSABI”, que durante la pandemia quedó demostrado que no servía para nada.
En el tema educativo, nada se ha hecho por mejorar la educación como lo prometieron, fundaron escuelas como las universidades “Benito Juárez”, que muchas de ellas son escuelas fantasmas, solo sirven como instituciones para poder comprobar gastos en educación. Terminaron con las escuelas de tiempo completo, acabaron con las guarderías, que en algo ayudaban a las madres para poder trabajar o estudiar, quitaron los programas de becas e instauraron otros, que sirven meramente como programas clientelares para generar votos en las elecciones.
En el tema de seguridad, la cosa va mal, el presidente dijo y a dicho en muchas ocasiones que su política de seguridad es “abrazos, no balazos”, pero, a decir verdad, esta estrategia, salida de la ocurrencia, sin ningún fundamento científico apegado a la realidad, solo en la cabeza de ellos se piensa aun que puede funcionar. La realidad es terca, según datos del reporte de ‘MX: La Guerra en Números’, de T-ResearchMX, detalla con datos precisos sobre los homicidios dolosos de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, que el tiempo en que lleva la administración del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, las fiscalías estatales y federales han reportado hasta el momento 167 mil 108 homicidios dolosos, y contando. Las cifras más altas de los últimos tiempos, incluso de los presidentes que lo antecedieron.
En Nuevo León, las cosas no son distintas al resto del país, parece zona de guerra, pues una nota del Universal del 28 de septiembre cabeceó una nota: “Nuevo León suma 27 asesinatos en los últimos dos días” y continúa la nota, “Ayer, nueve personas fueron víctimas de homicidio doloso, que se sumaron a las 18 contabilizadas el martes, y que representan la cifra más alta de asesinatos en el estado en lo que va del año.
Faltando tres días para que concluya septiembre, dicho estado superó los 117 asesinatos registrados en agosto, al sumar 121 hasta el miércoles, de acuerdo con las estadísticas preliminares”.
Estos datos no dejan claro que la política de seguridad, promovida por el presidente de la república, como dicen acá en el norte “no jala”, la realidad lo demuestra. No esperen resultados distintos si se sigue haciendo lo mismo una y otra vez. Urge cambiarlo todo.
Como vemos, este gobierno solo ha ido tropiezo tras tropiezo, no van a cambiar, no lo harán, precisamente porque ellos no son representantes legítimos del pueblo, son un grupo más de poderosos que llegaron al poder porque aprovecharon la coyuntura política, pero recuerden, nada es para siempre y todo cambia, como dijo Heráclito de Éfeso.
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