En menos de tres años de gobierno en manos de Morena y con Andrés Manuel López Obrador a la cabeza de la presidencia de la República, el cobre ha sido exhibido en su máxima expresión con un desgastado discurso, una crisis económica, sanitaria y política, que ha incrementado la miseria, la inseguridad y la muerte por una pandemia de covid-19 pésimamente atendida, que ha enlutado a más de 229 mil familias mexicanas. Nuestro país está padeciendo una de los peores tiempos de muerte, manteniéndose en el cuarto lugar de mortalidad mundial, solo por debajo de Estados Unidos, India y Brasil.
Las recientes elecciones en México representaron ni más ni menos que un termómetro para medir todo el descontento social que existe por las malas decisiones tomadas desde el púlpito mañanero de López Obrador; de 30 millones de votos que obtuvo morena en 2018, más o menos con 80 % de aprobación, en esta ocasión una parte nada despreciable de electores que lo llevaron al poder hoy le dieron su voto de castigo en condena a este gobierno autollamado “Cuarta Transformación” (4T), con una aprobación del 56%, según datos de Grupo Reforma. Y claro, es bien sabido cómo es que este señor se gana los votos, a través de las trasferencias monetarias que sirven para comprar conciencias.
El discurso demagogo de morena y López Obrador se ha ido derrumbado y dejando al desnudo el mal gobierno que se instauró en Palacio Nacional, que tuvo en estas elecciones una clara intromisión, con ataques directos al Instituto Nacional Electoral (INE), acusándolo de cómplice de fraudes y amenazándolo con desaparecerlo; la tragedia ocurrida en la línea 12 des Sistema de Transporte Colectivo Metro (STC) que dejó como saldo 26 personas fallecidas, también ha puesto al descubierto el pésimo gobierno de la 4T que ni siquiera es capaz de invertir recursos en una revisión periódica y exhaustiva de todas las líneas del metro, para seguridad de los casi cinco millones de usuarios diarios de este transporte masivo, y las consecuencias son muy lamentables.
Bastaron solo tres años para desencantarse de este gobierno que en campaña prometió que primero estarían los pobres, pero hoy se muestran contrarios a ese discurso y a toda costa están dañando a esos mismo pobres a los que prometieron defender y sacar de su pobreza. Y hoy solo otorgan a unos cuantos unas dádivas limosneras que en nada alivian su pobreza.
Desgraciadamente, el pasado 6 de junio no se pudo apreciar todo el descontento social, porque muchos de los inconformes seguro ni siquiera acudieron a emitir su voto, y los que fueron son los que aún albergan la esperanza en que este gobierno los apoye y los saque de su pobreza, pero seguro seguirán esperando algo que jamás va a ocurrir, porque claramente se ve que morena solo pelea el poder por el poder y a toda costa quiere mantener el control del país.
López Obrador y Morena están creando una deuda impagable con el pueblo mexicano, y los 15 millones de votos que le quedan, seguramente se irán esfumando cuando todos los mexicanos caigan en cuenta que a este gobierno no le importa ayudar a los más pobres, sino para favorecer a los más ricos y para dispone de los recursos públicos para gastarlos en los caprichos del presidente.
Mientras tanto, los resultados en los comicios pasados vislumbran un futuro nada prometedor y verdaderamente preocupante. No sabemos a dónde vamos a ir a parar como país. Por eso es urgente que todos los mexicanos, como lo dijo el maestro Aquiles Córdova, hagan una profunda reflexión acerca de si a los políticos a los que les otorgaron su voto, son los idóneos para sacar adelante a nuestro país, que cada día el gobierno actual lo empuja al abismo, porque si a pesar de saber que no es así y se les dio el voto de confianza a cambio de un mísero pago, deberían de pensar en qué país le están heredando a generaciones futuras y que están siendo cómplices de los verdugos que están empobreciendo a México.
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