Ahora es el arranque de la construcción de un pequeño puente peatonal en la colonia La Antorcha, de Hermosillo, el que muestra la capacidad y los resultados de una organización popular perseverante y que defiende sus intereses de forma disciplinada. El pasado miércoles 13 del presente, se dio inicio a la obra del nuevo puente peatonal que sustituirá al anterior, que estaba a punto de colapsar debido a la inexorable erosión causada por el agua del canal “Lázaro Cárdenas”. Al arranque de construcción asistió el edil Antonio Astiazarán, funcionarios y comisionados antorchistas para dar fe de la inversión pública que totalizará 4.3 millones de pesos.
Esta obra, sencilla, pero muy útil, tiene toda una historia de grandes esperanzas puestas en ella por cientos de personas durante muchos años. En efecto, desde la creación de la colonia La Antorcha, con ya alrededor de dos décadas de existencia, fue una constante estar luchando por construir el puente que lograría unir, primero las dos secciones de la colonia y, con el paso de los años, a las colonias que después se fueron formando del otro lado del canal.
El primer puente fue construido entre 2006 y 2007 por los mismos vecinos de la colonia La Antorcha, organizados en el Movimiento Antorchista, y fue el vecino Mario Núñez Gastélum, ya fallecido y propietario de un taller de herrería, quien lo construyó, recargándolo en ese entonces en las paredes aún firmes del canal. Fue un trabajo de toda la comunidad, que cooperó con recursos propios y mano de obra y, pequeño como era, significó sin embargo una empresa exitosa.
Una vez levantada, la estructura metálica que saltó el precipicio admiró a propios y extraños pues mostró triunfante la capacidad resolutiva de un pueblo que se decide a hacer las cosas. La primera batalla entre la naturaleza bronca del arroyo y el hombre organizado, la ganó este último. Pero la constante erosión no perdonó.
A los ocho años ya presentaba serios peligros y hubo necesidad de darle una rehabilitación: las paredes del canal se desboronaban lluvia tras lluvia. Se pidió ayuda al gobierno del estado y fue un batallar para lograr la autorización de recurso para ese trabajo. Así fue que, en 2016, bajo la dirección del compañero Ricardo Esquivel Castañeda, se logró darle una rehabilitada mediante la cual se reforzó con pilotes encajados en el lecho del canal de agua. Pero el tiempo es inflexible y la erosión continúo haciendo su trabajo, con el paso de más años, hasta dañar ahora los pilotes y prácticamente desencajarlos, ladeando peligrosamente el puente que, sin embargo, por no contar con otra alternativa cercana, la gente continuó usando con grave amenaza para su integridad.
Desde la temporada de lluvia de 2021 el puente original quedó definitivamente dañado y era urgente sustituirlo definitivamente: ya no bastaba la voluntad y el trabajo populares, ahora era necesaria una inversión pública. Para lograrla fue de nuevo un agobiante batallar ante muchos funcionarios y algunas instituciones que presentaron resistencias.
Se hicieron compromisos, pero por una u otra razón, con uno u otro argumento, a veces banales, se retrasaban. Fueron muchas las denuncias que aparecieron en los medios de difusión y en las fuentes de información antorchistas, los constantes llamados de atención por parte de los responsables antorchistas de la zona, las advertencias de posibles desgracias si la falta de intervención gubernamental continuaba, las visitas a oficinas para tratar el tema y muchas las respuestas esperanzadoras, pero escasamente realizadoras.
Finalmente, ante nuestra insistencia, el edil Astiazarán tomó una decisión salomónica que complace a la población y ha dado el paso: él mismo dio el banderazo de arranque a la nueva obra, ahora en compañía de los actuales dirigentes, Bernardino Domínguez Cruz y Javier Valenzuela García.
Este caso muestra a los habitantes de la región cuán importante ha sido su participación a lo largo de todos estos años, no sólo para lograr el puente, sino muchos otros bienes y servicios que han sido resultado de su lucha organizada: caminos, escuelas, electrificaciones, introducción de agua potable, drenaje, apoyos diversos para construcción de la vivienda, regularizaciones, becas, los apoyos económicos que ya existían desde antes de AMLO, no sólo para la colonia La Antorcha, sino incluso para las vecinas que también se verán beneficiadas por este puente peatonal, como son la Cajeme, “Humberto Gutiérrez”, “Manuel Serrano”, “Loreto Gastélum”, y otras.
Muy importante es destacar dos cosas: una, la unión y fuerza de todas estas colonias, que con el apoyo de todo el antorchismo hermosillense lograron la construcción del puente vehicular (ojo, no el peatonal) que da servicio a todas y, dos, la innumerable cantidad de eventos políticos, culturales y deportivos que han organizados en todos estos años; son tantos que ya perdimos la cuenta, pero que han dejado una profunda huella de fraternidad y sensibilidad en el espíritu de todos los habitantes.
Nada de esto les ha llovido desde una nube color de rosa: cada obra de esas, cada evento, implicó un rosario de actividades igual o mayor a las que hay detrás del puente peatonal, todas esas colonias han hecho importantes progresos en su desarrollo urbano gracias a su insistencia en permanecer organizadas y en luchar constantemente. Finalmente, las reuniones con motivos civiles dan resultados, demuestran sobradamente su utilidad, la historia de estas colonias es una prueba clara de ello. Tanto estudiar artículos de política que nos enseñan cómo funciona la sociedad también tiene su buen resultado. ¡Enhorabuena por otro puente más!
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