Llegó la navidad y nos recuerda lo cruda que es la realidad con este fragmento de una poesía: “No vengas, Navidad, como insulto a la pobreza, no llenes de caros licores a los ricos de la empresa, ni ufanes a sus señoras con perlas y con diamantes. No vengas, Navidad, ten compasión, no vengas. No queremos combinaciones de contrastes humillantes con sedas finas de china y manta vieja y zurcida, con pavos de muchas marcas y sal en una tortilla”. Y es que el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) que entre el primer trimestre de 2021 y el segundo trimestre 2021, la pobreza laboral (porcentaje de la población con un ingreso laboral inferior al valor de la canasta alimentaria) disminuyó 0.9 puntos porcentuales a nivel nacional, al pasar de 39.4% a 38.5%.
Es importante señalar que después de ver cómo se distribuyó el PEF para 2022, se ve difícil que se pueda frenar el repunte de la pobreza. Entre 2018 y 2020, el número de mexicanos con rezago educativo pasó de 23.5 a 24.4 millones, y el de la falta de servicios de salud aumentó de 20.1 a 35.7 millones, refieren datos del Coneval. Los rubros de salud y educación son esenciales para reducir los índices de pobreza. Según los expertos, si se quisiera incrementar la cantidad de gasto que se dedica a salud y educación, los recursos deben provenir de otras áreas, proyectos o de una reforma fiscal que dé sustentabilidad.
Para 2022, el panorama no es nada alentador en materia de salud: Se prevé la eliminación de dos programas presupuestales: Seguro Médico Siglo XXI, por creación del Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi) y la extinción de la Comisión Nacional de Protección Social en Salud; además de la eliminación del Programa de Salud y Bienestar Comunitario por no encontrarse en operación, de acuerdo a la Estructura Programática a emplear en el Proyecto de Presupuesto de Egresos 2022. Por otro lado, se dice que, en materia de Educación, el año entrante se eliminará el programa escuelas de Tiempo Completo, debido a que ahora sus acciones son operadas a través del programa “La Escuela es Nuestra”.
En tanto, el presupuesto para ocho programas prioritarios de Educación Pública se estima un incremento de 3.2% de 2021 a 2022, esto no alcanzaría a compensar la inflación, para la cual se estima un nivel de 5.94% para este año, de acuerdo a la encuesta de julio del Banco de México (Banxico). Otro presupuesto que crecerá menos que la inflación (3.2% promedio), es el destinado a 10 programas prioritarios de Salud para 2022; en conclusión, los Servicios de Salud de los estados cayó 1.3% real, y el enfocado a la Educación Básica decreció 3.6%.
Entre el segundo y el tercer trimestre del año se redujeron los ingresos laborales reales del 60% de la población más pobre del país, y creció a 40.7% la proporción de personas cuyo ingreso laboral no alcanza para comprar una canasta básica. A consecuencia de la inflación, y especialmente del incremento de los precios de algunos productos de la canasta básica, las tres quintas partes más pobres, principalmente a la población que vive en un espacio rural, las mujeres y las personas indígenas, sufrieron un retroceso en el camino lento de la recuperación económica después del confinamiento derivado de la pandemia de covid-19, y además se agravó la tasa de desigualdad en el país, medida a través del índice de Gini.
Nos espera un año complicado sobre todo para los que menos tienen y ya se vio desde esta navidad, existen voces que lo señalan. En una nota de la revista Proceso, Rogelio Gómez Hermosillo, director del colectivo Acción Ciudadana frente a la Pobreza señaló que, ante el incremento de la pobreza en México durante los primeros dos años del sexenio de Andrés Manuel López Obrador, urge implementar una profunda reforma al sistema laboral para alcanzar un sistema de seguridad social universal, y financiarla con una “reforma fiscal progresiva”. Recalcó que, de manera sistémica, imperan los ingresos de miseria y la falta de seguridad social, producto “en gran parte” del sistema laboral en México, en el cual apenas 9 millones de trabajadoras y trabajadores reúnen “las condiciones mínimas decentes de trabajo” y 35 millones enfrentan condiciones de precariedad, y 24.6 millones no reciben ingreso, sea porque realizan labores domésticas –casi exclusivamente mujeres- o porque están desempleadas. Cabe recordar que desde hace ya algunos años el Movimiento Antorchista plantea un nuevo modelo económico en el cual predominan cuatro ejes fundamentales: creación de empleos suficientes, elevación de salarios, política fiscal equitativa y una reorientación del gasto público, derivado a la difícil situación económica que atraviesan más de cien millones de mexicanos, sólo así se podrá dar un rumbo mejor al país y no vivir en el mundo donde para el ejecutivo existen otros datos.
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