MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Leyes como garrote para los más pobres

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La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos dice que todas las personas gozaremos de los derechos humanos reconocidos en ella. Esta contiene los principios y objetivos de la nación, en ella se establece la existencia de los órganos de autoridad, sus facultades, limitaciones, así como los derechos y obligaciones tanto de ciudadanos como de autoridades; se lee bonito, sólo que en nuestro país la realidad es otra.

En días pasados, el Congreso de Puebla aprobó una iniciativa que envió el gobernador, Luis Miguel Barbosa Huerta, para modificar la ley de ordenamiento territorial y desarrollo urbano en el que se castigará con una pena de hasta 15 años de cárcel a quienes permitan la instalación de asentamientos humanos irregulares con fines de vivienda. ¿Con qué finalidad? ¿Contra quién va dirigida esta modificación a la ley? La respuesta es obvia, contra todos aquellos que carezcan de una vivienda.

De acuerdo con el informe del Coneval, Puebla ocupa el cuarto lugar nacional en población en situación de pobreza y el noveno lugar con mayor carencia de vivienda, siendo Puebla capital el municipio con 642 mil 168 habitantes en pobreza, esta es la evaluación de las políticas públicas aplicadas por quienes nos gobiernan; más pobres, con mayores carencias.

Pero estos resultados parecen no importarle al que ordena desde Casa Aguayo, crecen los indicadores de manera alarmante y la solución es cárcel para el que promueva asentamientos humanos irregulares. Resulta asombrosa la total falta de sensibilidad ante las necesidades que más le duelen a los poblanos. ¿Alguien en su sano juicio podría pensar que la gente se asienta a construir su humilde vivienda, cerca de un río, barranca, ductos, debajo de torres de alta tensión, por mero gusto? Está claro que los asentamientos humanos surgen por la necesidad que tiene la gente para resolver el problema de la vivienda, conozco muchas colonias populares que ahora el gobierno nombra asentamientos humanos irregulares que están establecidos desde hace mas de 40 años y que actualmente carecen de todo tipo de servicios básicos; la solución ahora para seguirle negando acceso a los servicios más elementales a los colonos es modificar una ley. 

Está equivocado el mandatario si cree que modificando la ley va a detener a la gente más humilde de este estado para que resuelva un problema que le toca a él como autoridad y que, además, es su obligación, como lo dice claramente el artículo cuatro de la constitución mexicana, sobre que la vivienda es un derecho.

 “Toda familia tiene derecho a disfrutar de vivienda digna y decorosa. La ley establecerá los instrumentos y apoyos necesarios a fin de alcanzar tal objetivo”, cita la carta magna. 

Actualmente, a los trabajadores formales se les ofrece la alternativa de una vivienda a través de Infonavit o de Fovissste, donde las viviendas de interés social rondan el costo de más de 700 mil pesos a pesar de que son verdaderos palomares en los que las familias viven hacinadas. Pero ¿qué alternativa de vivienda se le ofrece a los trabajadores informales que son un buen porcentaje de la población? Ninguna. Ah, pero cuando la gente busca un predio, se asienta y establece, con mucho esfuerzo, su vivienda, llega ahora sí la autoridad con la ley del garrote en la mano para decirle: ¡ahí no te puedes asentar! ¡Es delito e irás a la cárcel! o ¡no tienes derecho a los servicios básicos como luz, agua, drenaje!, ya ni imaginar pavimento porque vives en un asentamiento humano irregular. 

Pero qué tal en tiempos electorales, ahí sí no se fijan si pisan o no un asentamiento irregular, en épocas electorales se meten como la humedad a todos lados, con sus demagógicos discursos y prometiéndole a esa gente humilde de los asentamientos irregulares falsas promesas que, al cabo de ya casi seis años en nada se han cumplido, salvo la amenaza de cárcel para el que luche, por dotarse de una vivienda como sus condiciones económicas se lo permitan.

Porque por parte de la autoridad el cumplimiento de nuestros derechos constitucionales es letra muerta. Como dijo Pablo Neruda en su poesía “El Barco”: “Si es una broma triste, decídanse, señores, a terminarla pronto, a hablar en serio ahora. Después el mar es duro y llueve sangre”.

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