Dentro de la cartelera del XXIII Encuentro Nacional de Teatro del Movimiento Antorchista celebrado en San Luis Potosí, se presentaron en el escenario muchas obras valiosas por su capacidad de hacer reflexionar al público que, de manera gratuita, acudió a presenciarlas. De ese selecto conjunto quiero resaltar las enseñanzas de “Terror y miserias del Tercer Reich”, de Bertolt Brecht, dramaturgo alemán, misma que fue presentada por la compañía de teatro de la región noroeste del país. La obra es testimonial, pues se basa en hechos que sucedieron durante el gobierno de Hitler en la Alemania nazi y que Brecht conoció a través de testigos o notas periodísticas. Intentaré resumir algunos de ellos.
Dos miembros de la temible Sección de Asalto Nazi (SA), llegan a un domicilio a donde se encuentran dos mujeres: una abuela y una embarazada de tres meses; estos le entregan el “Socorro de Invierno” que consiste en papas, manzanas, una falda de lana, cinco marcos y una carta aneja que habla de la magnanimidad del Führer; la abuela, descuidadamente y agradecida por el apoyo, comenta a la mujer joven que la situación del país no está como dicen ella y su marido. Esta sola insinuación, alerta a esos mastines del Tercer Reich que inquieren sobre lo que dice la pareja. La abuela les platica que, según las cuentas de la joven, este año la despensa costó 123 marcos más que el anterior. Esto enfurece a los SA que se llevan a la joven porque no le pueden dejar pasar por alto que alguien ande “difundiendo calumnias”. La abuela, cayendo en la cuenta de su error, pide que la dejen, se desgañita en salutaciones: “Heil Hitler, Heil Hitler”, pero es inútil, sin querer, entregó a la joven; ante esto, su arrepentimiento y sorpresa la hacen expulsar la manzana que ya estaba masticando, al tiempo que se llevan a la joven para no volver.
¿Acaso no hoy se entregan modernos “Socorros de Invierno” que no representan más que una engañifa para que los beneficiarios no vean el aumento desmedido del costo de vida, así como la ruina que constante, inevitablemente, va alcanzando cada vez a más gente?
Continuando con la trama, un juez tiene que decidir sobre un caso de agresión de unos miembros de la SA contra un joyero judío al que le birlan miles de marcos en mercancía y le causan daños materiales por mil 432 marcos; en total los daños ascienden a 11 mil marcos. El juez es acosado por muchos funcionarios del gobierno nazi para que resuelva el caso a favor de los SA; es interés de Estado que castigue al joyero, pues no puede concebirse que la justicia nazi alemana le dé la razón a un judío. Vemos pues, a la justicia aplicada por encargo, a los jueces operando por consigna so pena de ser castigados, hasta con la muerte, y quedan de lado las indagatorias que le permitan una verdadera impartición de justicia, apegada a los hechos.
¿Dónde habremos visto semejante cosa? La presión a la que son sometidos jueces y magistrados para hacer lo que les dicta el poder y las amenazas que se les dirigen. Y más aún: la modificación de las leyes a contentillo del gobernante, para facilitar la labor represora de los que no se sometan a sus designios. Al final una y otra cosa: represión de impartidores de justicia o su sustitución por gente dócil, así como el atropello de las leyes, son fenómenos que tienden a dar un marco legal ideal para los abusos de los gobernantes que así lo promueven.
Pero hay más. Otra escena tiene lugar en una carnicería: un grupo de clientes espera a que se abra la lechería para que les despache; entretanto la mujer del carnicero, a la vista de todos, abre el negocio: una escena de terror queda descubierta cuando el carnicero, su esposo, colgado ya sin vida, aparece. Durante la noche, miembros de la SA levantaron a su hijo, que también era miembro de la SA, en represalia por haber comprado en el mercado negro carne a un comerciante judío. Así, con la vida o la desaparición forzada, las fuerzas de la SA nazi cobraban cualquier afrenta al Führer.
Cuántos jóvenes no son hoy en día defensores férreos de demagogos que aparecen como consecuentes guardianes de la voluntad del pueblo mexicano, como antes otros eran defensores de la “voluntad del pueblo alemán”, pero que en realidad están siendo víctimas de las peores consecuencias del sistema económico y social que estos toleran, ya que solo les da a la nuevas generaciones pobreza, tentaciones criminales, empleo mal pagado, con el señuelo de que todos pueden alcanzar el estilo de vida de tal o cual “influencer” de moda.
Reunidos tres obreros: dos hombres, uno viejo y uno joven, y una mujer, escuchan a través de la radio a una multitud que vitorea a Hitler a su entrada a Viena; los dos hombres, desesperanzados por los triunfos fascistas, quieren abandonar la lucha para promover el ¡No! entre los proletarios en el plebiscito que podría frenar o reforzar el poder del dictador. La mujer, les lee una carta de un comunista ejecutado, quien, en la víspera de su asesinato, aconseja a su hijo seguir con la lucha por la liberación proletaria en contra de los opresores, pues es la causa más digna a la que se puede dedicar la vida. Esto da a los hombres la idea de que no están solos y los anima a seguir en la lucha.
Hoy, mujeres valientes y claras de la clase trabajadora juegan un papel muy importante en la conformación de una gran organización popular de gente educada para lograr la toma del poder político. El valor, la inteligencia, la decisión, el carácter abnegado de ellas es indispensable para el avance del proceso revolucionario, enseña Brecht. En Antorcha ya lo estamos viendo.
Estas y más grandes lecciones para el pueblo tiene el teatro. Tantas coincidencias de nuestra realidad con la dictadura fascista no debieran dejarnos indiferentes, antes deben apurar las acciones organizativas para frenar el deterioro del nivel de vida de las masas. Más necesario es esto aún, ahora que el fascismo mundial pretende someter nuevamente a los pueblos de la tierra, para lo cual no vacila en empujarnos al precipicio de la guerra nuclear.
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